Los días fueron pasando y mi relación con Jace estaba mejorando cada día. Reíamos, bromeábamos y podíamos estar juntos y solos sin tener silencios incómodos o enojarnos el uno con el otro. Todo estaba perfectamente.
Algo que también está mejorando es la salud de Matty. Jace y yo lo llevamos unos días después de navidad al hospital en que le seguirán haciendo el tratamiento. Le hicieron un par de exámenes y ya recibimos los resultados. Ha mejorado, no tan rápido, pero lo está haciendo. Eso es lo importante. No ha tenido recaídas aunque si hubo algunos días en que su ánimo no estaba precisamente de lo mejor, pero solo son días contados con los dedos de una mano. Mi hijo está bien, no totalmente, pero lo estará. Confío en que eso suceda.
Hoy es treinta y uno de diciembre. Hoy termina este año tan difícil en mi vida. Un año que me ha traído demasiadas sorpresas. Me trajo un amigo que no esperaba, pero que me alegro de tener a pesar de todas las circunstancias. Me trajo un nuevo hogar. Una nueva hija, porque considero a Lexie como mi propia hija. Me trajo una enfermedad mortal para mi hijo, esa fue la peor sorpresas de todas. Pero me trajo a Jace de vuelta. Trajo al chico que me quita el aliento de vuelta a nosotros, donde pertenece y no parece querer irse muy pronto.
Este año me trajo muchas sorpresas y sé que el próximo me traerá muchas más. Espero que sean más buenas que malas porque todo está yendo demasiado bien ahora como para que de un momento a otro todo vuelva a estar mal. Nunca se sabe lo que la vida te traerá. Por algo es una sorpresa.
Ahora estamos Jace y yo con los niños en la playa. Emma y Josh se quedaron haciendo la cena aunque no sé si eso sea una muy buena idea. Creo capaz a mi hermana de lanzarle toda la comida a Josh si éste comienza a molestarla. Así es mi hermana y así todos la queremos. Josh debe amarla mucho si soporta que ella lo golpee casi todo el día... pero bueno. Son felices eso es lo que importa.
Es un día soleado. Menos mal que compramos un quitasol. Creo que quedaríamos todos tostados si nos expusiéramos al sol directamente. Tengo a Lexie conmigo mientras Jace está con los mellizos en el agua. Solo en la orilla porque aun son muy pequeños para adentrarse más. Dudo que algún día los deje adentrarse más...
Lexie le tiene miedo al agua. Emma me contó que el día en que ellos los trajeron aquí, Lexie ni siquiera quiso acercarse al mar. Supongo que para una niña tan pequeña como ella el mar se ve como algo peligroso y la asusta. El ruido de las olas tampoco ayuda mucho.
-¿Quieres que vayamos con Mia y Matty, Lex?- pregunto a la pequeña
Ella niega rotundamente con la cabeza. Me ve con ojos asustados. Todo en su pequeño cuerpo demuestra que está asustada.
-No me gutah- dice con voz infantil
-Vamos, Lex. Sólo es agua. Te cuidaré, lo prometo.
Lexie me mira con desconfianza, pero después asiente con la cabeza. La tomo en brazos y la llevo donde están Jace y nuestros hijos jugando con la arena.
-¡Hola, pequeña!- dice con mucho ánimo Jace- ¿Quieres tocar el agua, Lex?
-¡No!- grita y se esconde en mi cuello- No me gutah
-¿Cómo sabes que no te gusta si ni lo has sentido?- pregunto y ella me mira con confusión.
Si, es muy pequeña para intentar dialogar con ella de esa manera. Tal vez cuando tenga cinco o seis pueda hacer entender a los chicos de esa forma.
-Si dejas que te mojemos los pies con el agua te compraré un helado.
Los ojos de Lexie se abren de par en par. Si no puedes dialogar con ellos, chantajéalos. Eso es lo bueno de que aun sean niños pequeños. Puedes pedir que hagan lo que quieras y lo harán si tienes el chantaje adecuado.
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Sorpresas de la vida (SDLV #1)
ChickLitLa vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Maddie había escuchado ese dicho miles de veces a lo largo de sus 22 años de vida. Se decía a si misma que la vida no le iba a dar sorpresas a ella, la chica que le gusta tener el control sobre todas...