-Hablaré contigo- repito a Jace cuando Emma ya se ha ido.
Me siento muy débil aun. Mis ojos tienden a cerrarse y pequeños temblores azotan mi cuerpo, aunque eso puede ser porque estoy muerta de miedo sobre lo que puede pasar en esta conversación.
Jace ha vuelto. Dijo que lo haría hace un año, pero no me sentía preparada para que me buscara y mucho menos para que me encontrara. Ha llegado en un mal momento. Ha visto a Matty, lo vio... Ya no puedo ocultarlos, es imposible. Jace ya sabe de su existencia y es momento de decir la verdad. Todo lo que le guardé esa semana en Alemania tendrá que salir a la luz y estoy segura que me recriminará cuando le cuente todo.
Tengo miedo, pero estoy demasiado débil como para sentirlo fuertemente. Solo quiero terminar con todo esto, que Jace tome una decisión sobre los mellizos y sobre mí. Solo espero que no decida odiarme... creo que eso no lo aguantaría.
-¿Estás segura de que puedes hablar?- dice él. No me mira a la cara y eso duele- Estás muy pálida...
-Estoy bien- aseguro- pero me harías un gran favor si me trajeras unas galletas que guardo en la cocina para los mellizos. No he comido nada en todo el día.
En ese momento Jace me mira. No veo odio en su cara, solo confusión y puede que preocupación. ¿Será por mí? No lo creo...
-Trae dos- digo nuevamente- Estás muy pálido tú también.
Es verdad, su cara a perdido al menos dos tonalidades de color. Jace se levanta y siguiendo mis indicaciones encuentra las galletas que le suelo dar a los mellizos después de comer. Más a Mia que a Matty porque él ha perdido mucho el apetito a causa de la enfermedad...
Cuando Jace llega a mi lado se sienta junto a mí y me da uno de los paquetes. Lo abro y comienzo a comer. Este último tiempo he dejado de comer, como Matty he perdido el apetito, pero soy consciente de que necesito estar fuerte por mis hijos y por Jace ahora. Necesita que le explique las cosas. Parece bastante desesperado por encontrar respuestas. Puede que incluso ya las tenga y solo quiera mi confirmación.
-Necesito saber la verdad, Madison- dice Jace muy serio- Siento que me has mentido, escondido cosas y personas- hace énfasis en personas- Solo dime la verdad. ¿Quién es el padre de tus hijos?
No esperaba que fuera tan directo, me toma por sorpresa. Creo que él ya sabe la respuesta y por eso está preguntando. Por un momento la cobardía vuelve a mí y agacho la cabeza incapaz de decirle a la cara que él es el padre de Matty y Mia.
No soy capaz de decirle de forma directa la verdad, así que simplemente lo digo de forma indirecta esperando que él me entienda y no me haga decirle la verdad a la cara.
-Eres el único hombre con el que he estado- digo en un susurro.
Sé que Jace me escuchó porque su cara se pone blanca como el papel. Pasa su mano por su cabello repetidas veces. Veo miedo en su cara.
No se hará cargo de los mellizos. Tiene miedo, no lo hará. Nos dejará solos aquí y el volverá a Alemania y no querrá vernos de nuevo.
Ahora soy yo la que está muerta de miedo.
Jace se levanta del asiento y va hacia un pequeño balcón que tenemos en departamento. Me levanto también y lo sigo. Creo que es mejor ser directa en esta situación. Me guste o no, creo que es lo mejor para todos.
Me pongo junto a él, pero no muy cerca porque debe de estar odiándome en este momento. Ambos miramos hacia el exterior. Como si buscaramos la respuesta a todos nuestros problemas. Ojalá fuera así de fácil, pero la vida es cualquier cosa menos fácil.
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Sorpresas de la vida (SDLV #1)
Romanzi rosa / ChickLitLa vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Maddie había escuchado ese dicho miles de veces a lo largo de sus 22 años de vida. Se decía a si misma que la vida no le iba a dar sorpresas a ella, la chica que le gusta tener el control sobre todas...