26.- Disculpas y cita

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Saco una de las maletas en las que habíamos traído la ropa y comienzo a echar la mía. Siento que mi cabeza va a explorar. Mis manos sudan y de vez en cuando me vienen unos escalofríos horribles. Mientras guardo mi ropa mi vista se vuelve borrosa para que después también se vuelva doble. Comienzo a marearme y estoy segura de que voy a caer al suelo cuando siento unos brazos agarrarme justo en el momento adecuado.

No tengo que preguntar quien es. A pesar de todo lo que me dijo no puedo evitar que mi corazón lata a mil por hora. Yo tengo la culpa de lo que pasó hace unos minutos, no me puedo enojar por como reaccionó él. Me lo merecía.

- Mierda Maddie ¿Qué pasa?- pregunta con un tono muy preocupado.

- Me siento mal- digo. Siento que Jace me deja acostada en la cama y él se sienta a mi lado- Me duele la cabeza y no veo bien.

Escucho que masculla un "mierda" muy bajo para que yo no lo escuche, pero claramente mis oídos no están afectados por lo que sea que le este pasando a mi cuerpo.

-¿Te tomaste el medicamento que te traje?

- Si, hace una hora quizá.

En todo momento mantengo los ojos cerrados porque eso me da tranquilidad y hace que el dolor sea menos intenso. Escucho como Jace toma una caja de medicamentos. Seguramente el que me había traído antes.

- Dame dos de esas cosas- digo con voz sufrida.

Ni siquiera yo reconozco mi propia voz en este momento.

- Eso serían tres en tu sistema, Madison. Es un medicamento fuerte. Solo una.

-Creeme que vale la pena el riesgo.

-No para mí.

Siento que se levanta de mi lado y sale de la habitación. Regresa en seguida y vuelve al mismo asiento en el que estaba hace unos segundos.

Jace toma mi mano y escucho que maldice de nuevo. Este chico cree que soy sorda.

-Estás congelada- dice con un tono aún más preocupado.

- No tengo frío- respondo.

Me pone un vaso en la mano que él antes había tocado. En la otra mano me pone lo que creo es una pastilla.

Abro los ojos, pero la luz es demasiado intensa. No puedo ver bien aunque si puedo distinguir a dos Jace. Si, estoy viendo doble.

Me tomo la pastilla lo más rápido que puedo al igual que el agua del vaso. Mi mamá siempre me decía que el agua era buena para todo. Espero que tenga razón.

-Maddie, no quiero que te vayas...

- No me voy a ningún lado, Jace. Lamento lo histérica que me puse. No entiendo que me pasó...

- Estás enferma. Obviamente estas más irritable. Lo siento yo. Respondí muy mal. Nada de lo que dije es cierto.

-Lo sé - lo interrumpo y me obligo a darle una sonrisa para que deje de sentirse mal- Sé que nada de lo que dijiste lo sentías de verdad.

Jace me devuelve la sonrisa. Mi vista ya va mejorando y ahora solo veo un Jace. Algo borroso, pero es uno.

-¿Por qué no intentas dormir? - pregunta Jace mientras me acaricia el cabello.

Este hombre sabe cuales son mis puntos débiles.

- No sé si pueda.

- Me quedaré contigo hasta que lo logres- dice mientras se acuesta y se comienza a acomodar a mi lado. Mi espalda contra su pecho- Lo prometo.

Sorpresas de la vida (SDLV #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora