36.- Veintiocho años

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Hoy es un día muy importante. Hoy es el cumpleaños número veintiocho de Jace. ¿Cómo me enteré? Obviamente no por él porque por alguna razón no quería que nadie se enterara de cuando es su cumpleaños. Josh me lo dijo hace una semana más o menos. Me dijo que Jace no quería nada de celebraciones, pero en eso él estará muy equivocado porque le haré la fiesta perfecta para que él se arrepienta de no haberme dicho.

El mundo está a mi favor hoy. Jace se va antes que yo, menos mal. Porque no sé si me habría resistido a correr, abrazarlo y gritarle al oído "Feliz cumpleaños". También hoy los alumnos salen temprano por consejo de rectores. Yo como no tengo mucho que ver con eso saldré a la misma hora que mis alumnos. Así me dará tiempo de preparar todo. 

No quiero hacer una gran fiesta porque en verdad no conozco a los amigos de Jace. En verdad ni siquiera sé si tiene amigos. Por eso será algo pequeño en la casa del padre  y abuelo de Jace con ellos dos, Emma y Josh, mi mamá, los mellizos y yo. Algo pequeño. Algo familiar. Creo que se merece que lo celebren. Se ha portado muy bien conmigo este último tiempo y lo mínimo que puedo hacer es una fiesta de cumpleaños con toda su familia. Saber que nos preocupamos por él y que lo queremos. Además, pasará su primer cumpleaños junto a los mellizos y conozco a Jace, para él  eso es muy importante. 

Tomo desayuno temprano para así poder despertar a los mellizos, ir a dejarlos a casa de mamá y después ir a trabajar las pocas horas que tengo hoy. Mientras desayuno escucho que tocan la puerta. Dudo mucho que sea mi hermana o Josh porque ellos deben estar preparándose para ir a la universidad en este momento. Jace ya debe de haber llegado a su oficina y no tendría sentido que fuera mamá porque yo tengo que ir a dejarle a los mellizos. Me pongo una bata porque aun estoy en mi pijama y abro la puerta. Allí me encuentro a Sarah con una muy dormida Lexie en brazos. 

Hace mucho tiempo que no veía a Lexie. Siempre intentaba escuchar si Lexie estaba llorando en su departamento, pero nunca escuché nada. Supuse que como ahora Cam no estaba aquí (y el maldito sigue sin contestarme el teléfono) Sarah comenzaría a cuidar de mejor manera a su hija, pero parece que me equivoqué. Lexie no tiene buen aspecto. Está sucia al igual que su ropa. Se ve cansada, como si le hubieran cambiado sus horarios para dormir. Al menos parece que la ha alimentado porque está llena de comida por todas partes.

-¿Quieres que cuides a Lexie?- le pregunto a Sarah

Sin saludo, sin buena onda. Nada porque ella no se merece que la gente sea buena con ella porque ella no es buena gente con nadie. Ni siquiera con su propia hija.

-Por dos días- dice ella y yo asiento.

Tomo a Lexie en brazos con delicadeza para que no despierte y cierro la puerta en la cara de Sarah. Si no fuera por Lexie ni siquiera hablaría con ella. Todo lo hago por esta pequeña que no tiene culpa de la madre que le ha tocado. Le dijimos a Cam que cuidaríamos de su hija y estoy más que dispuesta a cumplir esa promesa.

Como me levanté más temprano de lo normal hoy tengo tiempo para darle un baño a Lexie y ponerle ropa limpia de Mia. Menos mal que mi hija y ella son prácticamente de la misma talla. La despierto con delicadeza y mientras ella está entre dormida y despierta la baño y la visto bien. Parece más feliz ahora que no tiene todo su cuerpo lleno de comida.

Despierto a los mellizos para que los tres tomen desayuno. Todo muy tranquilo porque ellos aun están medios dormidos. Visto a mis hijos, me visto yo y estamos listos para salir.

Llego al instituto justo a tiempo para que las clases comiencen. Todo transcurre de manera rápida y tranquila aunque aun no me puedo acostumbrar a que Cameron no esté aquí conmigo. Siempre que voy a la sala de profesores busco con la mirada a mi mejor amigo. Él siempre me preparaba un café porque llegaba antes que yo aquí.

Sorpresas de la vida (SDLV #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora