Epilogo

75.8K 3.7K 245
                                    

Siete meses y medio después

Acaricio mi vientre de ocho meses y medio mientras estoy sentada tras mi escritorio. Mis alumnos están dando un examen sobre la literatura inglesa y todos se ven con cara de confusión. Creo que gastaré mucho mi lápiz rojo cuando revise este examen.

Si, sigo trabajando a pesar de estar muy embarazada. Mi vientre está bastante gigante porque a mi bebé le gusta crecer. Jace no quería que siguiera trabajando después de los siete meses, pero fui fuerte con mi decisión de seguir trabajando. No quería dejar a mis alumnos sin su profesora por tanto tiempo. Además, que me he sentido bastante bien durante este embarazo. No he tenido complicaciones de algún tipo ni he estado muy cansada. Puedo seguir haciendo clase, al menos hasta que nazca mi hijo o hija.

Si, aun no sabemos qué es lo que vamos a tener porque Jace quiso que fuera sorpresa. No estaba convencida en un principio porque ya hemos tenido suficientes sorpresas para una vida entera, pero al final cedí. ¿Qué es una sorpresa más? Además, es una buena sorpresa. Amaremos a nuestro bebé sea lo que sea. Lo único importante aquí es que esté sano y según los pronósticos está muy bien. 

El no saber el sexo de nuestro bebé nos ha dado algunos problemas eso sí. Por ejemplo, no hemos podido pensar bien en nombres porque siempre proponemos muchos de ambos sexos y no podemos ponernos de acuerdo. Creo que sería más fácil y concreto si supiéramos qué vamos a tener. Por ahora, a mi me gustan los nombres James y Julie para niño o niña respectivamente y a Jace le gustan los nombres Jonah y Jennifer. Al menos sabemos que el nombre tiene que comenzar con una J. Es lo justo ya que los nombres Mia y Matty son por mí y ahora el nuevo bebé deberá tener un nombre con una J en honor a Jace y a toda su familia. Otra cosa es el color de la ropa. Hasta ahora hemos comprado muy poca ropa y toda blanca. No hay muchos colores neutros. Prácticamente tenemos ropa para una semana de vida del bebé y después podemos comprar ropa de niño o niña según sea el caso. La habitación del bebé- que era la habitación de huéspedes antes- es otro problema. Tuvimos que pintarla de un color neutro y eso lo encuentro un poco aburrido. Ya le dije a Jace que cuando nazca el bebé tendremos que arreglarla más.

Bueno, él tendrá que arreglarla más.

Veo el reloj y quedan cinco minutos para que la hora de clase termine. Veo que muchos escriben lo más rápido posible para poder terminar el examen. Es como un placer culpable ver a tus alumnos complicados por un examen tuyo. Al menos cuando revise el examen me daré cuenta de quien estudió de verdad o mejor dicho quien entendió mejor la materia. Solo espero que alguien lo haya hecho, sino habré fallado como profesora.

-Se ha acabado el tiempo, chicos. Todos entreguen su examen ahora. 

Mis alumnos se levantan con cara de derrotado y se acercan a mi mesa a dejar el examen. Muchos de ellos se detienen a tocar mi vientre y sentir a mi bebé que no ha dejado de moverse en todo el día. Ha estado muy inquieto desde ayer, pero es normal a esta altura de mi embarazo. Lo malo es que como está tan grande comienza a patear mis costillas y eso duele bastante o al menos es incómodo. 

Tengo el presentimiento de que va a ser hombre y que le va a gustar el fútbol solo por las patadas que da. No pensé que un bebé pudiera tener tanta fuerza.

Como es la última clase del día, tomo mis cosas y camino hacia el estacionamiento donde está Jace esperándome. Desde el séptimo mes que no me deja ir a ningún  lado sola. Me dice que como en cualquier momento puedo entrar en trabajo de parto, él quiere estar allí cuando suceda. Por una parte es tierno, pero por el otro es demasiado exagerado. Como sea él va a estar presente en el momento del parto.

Visualizo a Jace quien tiene a Mia en brazos y veo a Matty quien esta jugando con unos autos sentado a unos pocos centímetros de su hermana y su padre. Jace me ve y me sonríe, yo le devuelvo la sonrisa, pero solo por unos segundos porque el bebé me da una patada muy fuerte en mi bajo vientre.

Sorpresas de la vida (SDLV #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora