El mes de enero pasa muy rápido. Demasiado rápido para mi gusto. Pasamos los días en la playa viendo como los niños se tiran arena entre ellos. La mayor parte del tiempo jugamos con ellos también. Jace ha hecho más de cinco castillos de arena con los niños y siempre esperan que el siguiente sea mejor que el anterior.
Estoy relajada, debo admitirlo. Nunca me había sentido tan relajada en toda mi vida. ¿Cómo no estarlo? Estoy en la playa, descansando, tomando sol mientras veo a las personas que más quiero estar a mi lado. Matty ha estado mucho mejor. Ya casi no hay días en los que se canse con demasiada rapidez. Todos los días amanece con el mismo ánimo del día anterior y a veces mejor. El doctor que está atendiendo a Matty dice que el tratamiento y los medicamentos que tiene que tomar están haciendo efecto de forma correcta. Incluso redujo los días que tenemos que ir al hospital a seguir con el tratamiento. Ahora solo tenemos que ir dos días a la semana. La vida está volviendo a ser hermosa. No, ahora es incluso más hermosa de lo que una vez fue para mí.
De pronto un miedo comienza a corroer mi cuerpo. Nada puede ser tan bueno. En algún momento las cosas cambiarán e irán para mal. Estoy esperando ese momento en que todo vaya mal. Es lo que siempre me ha dado la vida, un momento bueno por muchos malos. Este es mi momento bueno, ahora falta que termine y comiencen los malos. Tal vez solo estoy exagerando, pero como he dicho muchas veces, nunca se sabe las sorpresas que la vida te puede poner.
Tengo dos hijos y su padre que lo demuestran.
Bueno, si algo malo me sucede solo espero que no tenga nada que ver con mis hijos. Los quiero fuera de peligro, a salvo, como siempre debieron estar. No quiero más enfermedades mortales en ellos, y más tomando en cuenta que Matty no sale aun de su enfermedad. Si algo malo tiene que suceder en mi vida que solo me afecte a mí, no a ellos.
Miro hacia la orilla del mar y ahí esta Jace jugando al pillarse con Mia. Es una imagen demasiado adorable. ¿Cómo algo malo podría sucedernos? Somos una familia que ya ha pasado por mucho. Merecemos un descanso. Merecemos una vida feliz.
Merecemos más hermosas sorpresas.
Siento que alguien se sienta a mi lado. Tengo a la vista a todos mis seres queridos. Con curiosidad veo a mi lado y ahí esta alguien que no me esperaba encontrar. Cameron.
-Espero que no les moleste que haya venido- dice cuando nota que fijo mi mirada en él- pero quiero pasar un poco de tiempo con mi hija.
-Claro que no molestas, Cam
No parece el mismo Cam de siempre. Ese chico chistoso y que siempre tiene una sonrisa en la cara ha desaparecido, en su lugar hay un tipo con su misma cara, pero con unas ojeras enormes y expresión de tristeza. Está incluso más delgado de como lo vi la última vez.
-¿Tienes algo que quisieras contarme?- pregunto de forma cautelosa.
Él asiente y mira al mar a un punto fijo. No mueve la cabeza, no me mira en ningún momento. Parece muerto en vida.
No me gusta ver a mi amigo así. Por más que nos hayamos alejado un poco no me gusta para nada ver que Cam se ha convertido en este tipo triste.
-Solo puedo ver a Lexie en vacaciones y fiestas de fin de año- dice con voz ahogada. Pareciera como si quisiera llorar- Y solo año por medio. Es decir, si la veo en las fiestas un año la veré para las vacaciones al año siguiente. Sarah ha ganado. Me ha quitado a Lexie.
Me quedo completamente en silencio. ¿Qué será de Lexie sin poder tener a su padre cerca todos los días? Un niño debe crecer con su padre. Eso lo he entendido ahora que Jace ha aparecido en nuestras vidas.
-Sé que no es gran consuelo- digo poniendo una mano en el hombro de mi amigo- pero al menos podrás verla. La última vez que hablamos de ésto estabas seguro de que no ibas a poder ver a Lexie nunca más.
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Sorpresas de la vida (SDLV #1)
ChickLitLa vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Maddie había escuchado ese dicho miles de veces a lo largo de sus 22 años de vida. Se decía a si misma que la vida no le iba a dar sorpresas a ella, la chica que le gusta tener el control sobre todas...