Recuerdo que volví a la terraza a la que te llevé mucho tiempo atrás y busqué la mesa en la que te sentaste justo en frente de mi.
Al llegar me sorprendió ver en la mesa una taza de té vacía.
Me moví alrededor de la mesa antes de sentarme, pedí un café y cuando la chica que me atendió movió su mano con intención de llevarse la taza vacía le pedí que la dejara donde estaba.
Ahora era la loca que tomaba café con un trozo de porcelana teñida de colores.
Cada vez sentía mayor indiferencia por todo, y di un amargo trago mientras buscaba un cigarrillo con la otra mano.
Mis antiguos hábitos, no muy saludables, habían empeorado a medida que dramatizaba en mi mente los últimos meses de mi vida.
Resultaba extenuante ser una persona sin memoria, sin pasado y no suficiente, ser una negada al presente.
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Siento muchísimo haber tardado tantos meses en actualizar y en ponerme a escribir en serio, pero mi vida se ha vuelto loca y aunque no estoy escribiendo con las mismas ganas quiero acabar esta historia.
Nuevamente, disculpas a aquellos que seguís leyendo, votando y comentando, sois demasiado.
PD: los multimedia últimamente son basura porque he usado imágenes al azar, ignoradlas hasta que pueda poner algo lógico.
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Kósmos. Segundo libro.
Short StoryEs calma y serena, pero es mi éter al fin, y movería cada astro del cielo por ella. © 2015. Iulia Kosztandi. Todos los derechos reservados.