Cuando logré limpiar todas las lágrimas que cubría mi rostro y calmar mi ansiosa respiración, seguí leyendo;
Los días desde que te perdí han sido mediocres, nostálgicos y vacíos, las noches tristes, angustiosas y oscuras.
Ni yo ni mi vida hemos tenido una razón de ser desde que te fuiste, así que ahora mi cuerpo yace bajo tierra y sólo tu recuerdo perdido es culpable de ésta tragedia.Alguien dijo que no puede ser bueno quien nunca ha amado, pero yo sé que tampoco puede serlo alguien a quién el amor ha dejado malherido.
Nunca pude atarme a otra persona, créeme, aunque besara otros labios y sintiera otros cuerpos. Yo soy tuya, mi cuerpo es tuyo, mi alma y ser te pertenecen.
Sólo te pido claveles sobre mi tumba, sin visitas y lágrimas de piedad, pues suficiente dolor me causaste dejándome atrás. Y por favor, perdóname, pues cometí graves errores y estaba tan ciega de amor que no pude soportar tu rechazo y frialdad tras el accidente,
Te amo incondicionalmente, Ainoa.
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Kósmos. Segundo libro.
Storie breviEs calma y serena, pero es mi éter al fin, y movería cada astro del cielo por ella. © 2015. Iulia Kosztandi. Todos los derechos reservados.