Recuerdo que gracias a aquella profesora con la que me topé de casualidad mientras retrataba por la calle al pequeño mi currículum se movió por los despachos adecuados, dándome un lugar de trabajo la misma semana siguiente. Sería la sustituta de una profesora de Historia del Arte, sin embargo no tuve queja y acepté casi de forma inmediata.
Mientras preparaba todo el material que emplearía en mis clases, dejé abandonadas varias cartas aún por leer sobre mi escritorio, junto a las azuladas rosas que les correspondían.
Y nunca fui capaz de responder pues quien las escribía se molestaba en que los carteros no me desvelaran el asunto de la dirección, por lo que me pasaba los días fantaseando con obtener respuestas del misterioso anónimo a las miles de preguntas que me rondaban la cabeza.
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Kósmos. Segundo libro.
Cerita PendekEs calma y serena, pero es mi éter al fin, y movería cada astro del cielo por ella. © 2015. Iulia Kosztandi. Todos los derechos reservados.