Había pasado un tiempo desde que su memoria fue borrada, pero esto no le resultaba ser ningún impedimento para ser feliz con Ferid y con Krul, ya que eran ellos dos los que se encargaban de cuidar de él y jugar con él. Aunque era cierto que le resultaba un tanto extraño el hecho de no jugar con otros niños, ya que, obviamente, a esa edad los niños se pasaban el día jugando con otros niños, mas no sabía si en ese lugar había más niños, puesto que apenas salía del palacio. Al finalizar uno de los entrenamientos con Ferid, se acercó a este, alzando ligeramente la vista para poder verle a la par que guardaba su espada, suspiró un poco y abrió la boca para hablar. -¿Por qué no juego con otros niños? ¿No hay otro a parte de mi...?- Fueron las palabras que articuló, deseoso de oír su respuesta. Ferid soltó una carcajada y asintió ligeramente. –Claro que hay más niños a parte de ti, pero... son un tanto especiales.- Aquella fue su respuesta, a continuación se agachó para quedar a su altura y poder acariciarle el cabello con suavidad, con bastante cariño. –Pero no viven aquí.- Suspiró con pesadez, dándole, como siempre, un botecito que contenía sangre, ya que, tras los entrenamientos, Mika se sentía realmente cansado.
-Quiero jugar con ellos...- Dijo Mika, con un tono entre feliz y desanimado, quería relacionarse con otros niños, no solo con Ferid y Krul, si bien le parecía divertido jugar con ellos, pero a veces quería jugar con alguien de su edad. Ferid no se veía muy convencido, ya que sabía perfectamente lo que iba a suceder cuando viesen a Mika, sin embargo, no podía negarle nada por mucho que quisiese, por lo que solo asintió y acompañó al rubio a su habitación para que pudiese cambiarse de ropa. Luego quizás se tomaría una ducha, pero ahora quería ir corriendo a jugar un rato. Salió del palacio, viendo la enorme ciudad que había a los pies del mismo, y según Ferid, en la mayoría de las casas vivían niños. Corrió bastante feliz por los callejones, buscando si había alguien fuera jugando, mas no encontró a nadie tan pronto, tuvo que estar un buen rato buscando hasta encontrar a un pequeño grupo de niños jugando. Se acercó a ellos muy feliz, viendo como estos jugaban, sin decir nada hasta estar cerca de ellos. Estos se detuvieron y le miraron un tanto extrañado, nunca le habían visto antes, y eso que se conocían todos. Mika sonrió ligeramente, saludándoles con la mano. -¿Puedo jugar con vosotros?- Preguntó bastante animado, sin dejar de sonreír, feliz por haber encontrado a alguien de su edad con el que jugar. Sin embargo la única respuesta que hubo por parte de los niños fue desprecio, desprecio y miedo, las únicas palabras que el rubio podía oír eran "monstruo" y "asesino", luego se fueron corriendo, dejando a Mika solo y destrozado por sus palabras.
Ferid, que le había seguido, se acercó a él y le abrazó por detrás, viendo cómo este empezaba a llorar, girándose para abrazarse a él también. -¿P-por qué...?- Sollozó, dejando que el peli plateado le cogiese en brazos, ocultando su rostro en el hombro de este. –Los humanos son crueles, Mikaela.- Respondió mientras se lo llevaba de vuelva al castillo, ahí estaría a salvo de todo desprecio por parte de los niños. Le soltó sobre la cama, sin embargo Mika no se despegó de él, quería que se quedase a su lado durante un rato, al menos hasta que se calmase. –No quiero que vuelvan a ser crueles conmigo...- Murmuró, quedándose sentado en el borde de la cama, apoyado en uno de los brazos de Ferid, clavando la mirada en la nada y dejando que el peli plateado le secase las lágrimas, no le apetecía hacer nada, solo quedarse sentado. Sin embargo Ferid parecía tener otros planes para el rubio, comenzó a darle pequeños besos en las mejillas, descendiendo un poco hasta su cuello para besarlo de igual forma, notando el ligero estremecimiento del menor, cosa que le pareció realmente tierna por su parte.
Mikaela no sabía cómo responder ante aquella situación, solo se quedó inmóvil, observando al contrario y sin entender nada de lo que estaba haciendo, sin embargo, le gustaba el suave cosquilleo que sentía en el vientre cada vez que Ferid besaba su cuello de aquella forma tan delicada, como si su piel fuese un objeto frágil que se podía romper con solo un suspiro. Ni siquiera soltó una sola queja, pero tampoco dijo nada al respecto mientras Ferid seguía llenándole el cuello de besos, sin querer dejar marca alguna en la blanca y suave piel del rubio. -¿Te gusta?- Preguntó el mayor a la misma vez que tumbaba al joven en la cama, acomodándole bien, desabrochando lentamente la cremallera de la camisa para poder quitársela y seguir su camino de besos, repartiéndole unos cuantos por el pecho y vientre, alzando un poco la vista para poder apreciar sus reacciones. Mika se tapó la boca con una mano, sintiendo su corazón bastante acelerado, al igual que su respiración, de igual modo estaba bastante nervioso y no podía casi articular palabra alguna, por lo que únicamente asintió a la pregunta que le había hecho el peli plateado.
La única respuesta de este fue sonreír y seguir con su "trabajo", acariciándole la cintura con las yemas de los dedos, acomodándose mejor encima suya, apoyando cada pierna a un lado del cuerpo ajeno para no hacerle daño, mirándole desde arriba. –Haré que te guste mucho más, Mi-Mika~- Musitó, sin embargo no le dio tiempo a hacer nada más cuando se vio obligado a apartarse del todo de él ya que Krul había entrado en la habitación, interrumpiendo así, por supuesto, todo lo que estaba haciendo Ferid. Mika se incorporó al darse cuenta de que le estaban hablando, colocándose de nuevo la camisa y acercándose a Krul, percatándose de que esta miraba muy mal a Ferid. –Ven, te voy a presentar a dos personas, para que, cuando no podamos jugar ni Ferid ni yo, puedas hacerlo con ellos.- Murmuró, pasándole una mano por el cabello antes de llevárselo de la habitación, dejando solo a un Ferid que no dejaba de quejarse por haber estropeado su "momento" con Mika, sin embargo afirmaba que volvería a repetirse, muy pronto.
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Forget everything you were. {MikaFerid} (Suspendido)
ФанфикEste es un pequeño AU en el que Ferid hace que Mikaela olvide todo lo que ha ocurrido con su familia para que deje de odiarle, y quizás, con otras intenciones ocultas. Estas se verán a lo largo de los capítulos, donde Mikaela irá cogiéndole cada ve...