Mike y Anthony 1

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-Malditos chupa sangres-exclamó Ethan kennet mientras observaba las facturas.-nos piden que paguemos sus guerras, cuando no podemos pagar las nuestras.

El crepitar del fuego era débil en aquella escena, pero aún estando a punto de apagarse le daba un aire risueño a la escena. Los pequeños Mike y Anthony kennet se encontraban en el salón de su casa, jugando con sus muñecos de acción, mientras su padre, preocupado, revisaba las cuentas para comprobar cuánto dinero desaparecería de su cuenta para pagar los presupuestos de la guerra.

El conflicto bélico acababa de comenzar pero aún así los desperfectos parecían de décadas de destrucción. El bando blanco(como ellos se hacían llamar) había lanzado bombas en más de territorios. Eso era la tercera guerra mundial.

-¿Qué pasa papá?-dijo Anthony con la tierna voz de un niño pequeño-¿Porque lloras?

Sin darse cuenta Ethan, de sus ojos habían comenzado a brotar lágrimas al pensar en que pronto él tendría que ir al frente. Trataba de alejar esos pensamientos de su mente siempre que podía, pero evitar por siempre el problema era imposible.

-No pasa nada hijo-dijo con voz paternal.-me habrá smetido algo de ceniza en el ojo. Mejor me alejo de la chimenea.

-Papá, papá.-comenzó ahora el pequeño Mike-el sábado es mi cumple. ¿Podemos ir a comer fuera ese día?

Ethan había temido ese momento. Desde que su mujer falleció el había sido el único sustento de la familia, pero hacia meses que estaba en paro debido a las nuevas tecnologías. Un androide podía hacer el trabajo de 10 hombres en la mitad de lo que tardaba uno. ¿Cómo competir con eso?

-Di papá,¿podemos ir?

-Claro que si hijo-dijo con voz temblorosa tras abrir su cartera y no ver nada en ella-lo que tu quieras.

Llegó el sábado y Mike estaba que no cabía en si de gozo. Iba a cumplir 8 años e iba a hacerlo en el Mac Burger, el mejor lugar del mundo. A su cumpleaños no habían ido muchos niños. De hecho, sólo estaban él y su hermano. No tenía más amigos y su padre tuvo que coger otro trabajo.

-Mira hermano, mira-decía continuamente-la carne es de verdad. Mira.

Anthony le daba la razón aunque no le importase un comino la carne de la hamburguesa. Él se entretenía más mirando como su hermano sonreía con el gorrito que te daban con la comida en la cabeza. Después de todo, tan sólo era un niño disfrutando una hamburguesa.

Entre risas y bromas pasaron la mayor parte de la tarde. Ya habían dejado atrás la hamburguesería pero el pequeño de los dos aún seguía con el gorro puesto,un ridículo gorro rojo y verde con una corona pegada en la parte superior que daban una pinta bastante insulsa a Mikey.

Se encontraban ya de regreso a casa cuando se les cruzaron unos compañeros del colegio. Estos eran unos seis niños mimados de, como mucho, un año más que Anthony.

-Mira por donde, si aquí hay una princesa.-Dijo uno de ellos mostrándose de Mikey y causándole lágrimas-fíjate la princesita va a llorar.

-Déjale, no queremos problemas.-explicó Anthony acudiendo a la razón

-¡Oh!¡SÍ!Si que los queremos.

Acto seguido uno de los cinco matones le quitó la gorra al cumpleañero alfar tiempo que otro lo empujaba. Todos se reían de él. De su "torpeza" y de su forma rechoncha que le complicaba la tarea de levantarse.

-Mirad a la tortuga, no puede darse la vuelta jajajaja-Se oían las carcajadas.

-¡Dejadlo en paz!-exclamo airado el hermano mayor.- o si no os juro que... Que...

-¿Qué "que"?-preguntó el más grande y tonto de todos ellos.-Acaso vas a hacer algo.

-Os voy pegar si no dejáis tranquilo a mi hermanito.

La mofa fue global y la reprimenda horripilante. La cara de los abusones cambio, dejaron de reírse y agarraron al chico. Dos le sujetaban los brazos y otros dos le agarraban las piernas y por más que se retorcía para liberarse no podía soltarse. El pequeño trataba de ayudar agarrando al quinto chico y rogándole que soltaran a su hermano. Oprimía su pierna con la poca fuerza de la que disponía y se negaba a soltarla, hasta que el niñato fanfarrón le dio una patada en la cara que lo tumbó en el acto.

-¡DEJADLO EN PAZ! -Suplicaba Anthony-Por favor, no le hagáis daño.

Los abusones comenzaron a murmurar entre ellos. La patada que le habían asestado podía haber resultado letal y encima, había un testigo.

-¿Qué hacemos tío?-Decía uno.

-Yo no quiero ir a la cárcel-Decía otro.

-Tranquilizaos- dijo- Nadie va a ir al a cárcel. Solo tenemos que deshacernos del cuerpo. Lo llevaremos al vertedero, alli nadie lo encontrara.

-¡NO! ¡ESTÁIS ENFERMOS! ¡PSICÓPATAS!-Se retorcía Anthony-¡DEJADLO EN PAZ!

-¿Y que hacemos con el otro?-Preguntó uno que aun no había abierto la boca.

-También lo llevaremos allí, no sobrevivirá a la caída.

Y así lo hicieron, los llevaron al vertedero municipal en mitad de la noche y los abandonaron allí, dándolos por muertos.Pero Anthony seguía con vida y que Mike también lo hiciese dependía de el.

Allí mismo Anthony juró proteger por siempre a su hermano

Futuro ImperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora