Asesino

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El arma era compacta y aún sin ser disparada ya se sentía a la fría muerte acechando al tenerla cerca.

-Te lo repetiré una última vez-Advirtió el bandido-¿Qué haces aquí? ¡Habla!

Julio no decía palabra. Se dio cuenta de que dijera lo que dijera, de allí no saldría vivo.

El criminal golpeaba su cabeza para que hablase de una forma casi rítmica. Una y otra y otra vez. Pero eso no lo animó a hablar, al contrario, le hizo darse cuenta de que tenía que actuar y rápido.

En una de esas veces que el delincuente levantaba el arma para golpearlo Julio aprovechó para agarrarla. Ambos forcejearon sabiendo que dos empezaban aquella pelea, pero que sólo uno podía acabarla.

La pelea no duró mucho el arma se disparó impactando en el abdomen de un tercer hombre que aparecía en ese momento en escena.

Tras el estallido hubo un momento de silencio ordenado por un eco mudo. El disparo que utilizo la herida al impacto pero el agujero era demasiado grande y el hombre cayó de rodillas en el suelo.

-¡MIKE!-gritó el delincuente al mismo tiempo que se dirigía hacia el herido.-No hermano, no te vayas. Quédate conmigo. No...

Las lágrimas del hombre que acababa de perder a su hermano resbalaban por sus mejillas y caían sobre el cuerpo casi fallecido. En un momento de ira, cogió el arma de su hermano.

-¡TÚ!-grito.

-Yo sólo me defendía.

-¡Defiendete de esto si puedes!-dijo el hombre apuntando a Julio con el arma.

Mike se inclinó hacia su hermano y le hizo bajar el arma.

-No merece la pena-Dijo casi sin vida-Hay que cumplir la misión, es más importante que tú, que yo o que la venganza.

-Pero hermano.

-Anthony. Si quieres vengarme. Cumple la misión-dijo, exhalando su último aliento.

Anthony no se separaba del cuerpo, lo abrazaba con todas sus fuerzas, como si eso fuera a devolverle la vida a su hermano fallecido. Acto seguido se levantó, recogió la pistola y secándose las lágrimas se dirigió a Julio.

-Tienes suerte. Por hoy vas a vivir.Te necesito.

Julio no tenía palabras para expresar cuanto lo sentía y la falsa cara de indiferencia de Anthony no se lo ponía nada fácil. Parecía que en cualquier momento iba a empezar a gritar y romper cosas.

-¿Para qué? - Dijo Julio finalmente.-Yo no sé que puedes necesitar de mí.

-Mi hermano y yo teníamos un encargo y como ya has visto el tablón y has...ya sabes. Me hace falta que me acompañes.

-¿A donde?

-Curmass Tower, planta 116.

-¿ESTAS LOCO? No podemos subir ahí arriba-Exclamó Julio.-Ahí vigilancia 24 horas al día y sólo los trabajadores de Curmass SA tienen pases de acceso.

Anthony se dirigió poco a poco al tablón lleno de fotos. Mientras Julio hablaba, él se dedicaba a jugar con los hilos, ignorando su papel en la conversacion hasta que finalmente abrió la boca.

-Tenemos que ir. Si te fijas en el tablón ves que todo apunta a Turok Curmass. El empresario que dirige los hospitales Curmass. Lleva años robando a la gente para pagar su fortuna.

-Pero con su dinero paga hospitales, no entiendo que tiene de malo.

-Sólo un 5% de su fortuna es invertida en los hospitales,-dijo mientras cojía un machete del tamaño de su brazo-imaginate cuanto dinero ha robado entonces, sabiendo lo que cuesta mantener un hospital. Hay que cortar el problema de raíz.-acompañó la frase clavando el machete en la mesa hasta la mitad del mismo.

Julio cada vez tenía más miedo.

-¿A que te refieres?¿Qué pinto yo en todo esto?

-Quiero que me ayudes. En media hora Turok se reunira con sus agentes de bolsa para debatir sobre su fortuna. Vamos a entrar ahí y secuestrarlo.

-¡QUÉ! Yo no voy a secuestrar a nadie.-gritó Julio dirigiéndose a la puerta.

Anthony corrió tambien hacia ella y le bloqueó la salida.

-Por favor, era el último deseo de mi hermano y no puedo hacerlo solo.

Julio lo miró a los ojos dándose cuenta de que estaba a punto de llorar. Era triste y conmovedor ver a un hombre así, pero Julio no podía dejarse conmover y apartandole el brazo pasó a través de la puerta.

-Sofía.-dijo Anthony-Sofía Cauthon.

-¿Qué?

-La chica del callejón. El día que te disparé, había una mujer en el suelo. Era Sofía Cauthon. Una jueza corrupta. Había condenado a más de 50 inocentes, todo por el dinero que le facilitaba Jason Dumas.

-¿Y que me quieres decir con eso?

-La verdad.-dijo Anthony-si quieres saber el resto sabes donde encontrarme.

El exdelincuente entró en la habitacion donde se encontraba su fallecido hermano y cerró la puerta.

Todo esto había sido demasiado para Julio. Nada era como antes, y parecia que nunca iba a serlo.

Se encaminó hacia casa pues era ya tarde y comenzaba a chispear. Además, su casa se encontraba demasiado lejos y como mínimo le llevaria 2 horas llegar.

Estaba cansado de muertes y crímenes y se arrepentía de lo que había hecho.

Pero lo de los justicieros le había llamado la atención.

Futuro ImperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora