Las primeras 3 semanas de mi noviazgo con Marco fueron horribles.
- Jean.
- ¿Sí? - Antes de darme cuenta los labios de Marco estaban a punto de rozar los míos, no podía permitirlo, salí corriendo. ¿Porqué no entiende que aún no estoy preparado? ¿Y porque sigue insistiendo? Es decir, ya ha intentado besarme más de una veintena de veces y siempre he encontrado una u otra manera de evitarlo, entonces porqué no para de reintentarlo. No es que no quiera besarlo pero no sé besar y no quiero que se ría de mí o que nuestro primer beso sea un fiasco. ¿Es demasiado pedir?.
Después del entrenamiento...
- Armin, ¿puedo preguntarte algo?
- Claro, dime.
- Pero no aquí, acompañame. - Eren, Mikasa, Reiner y otros estaban cerca y no quería que nadie más a parte de Armin escuchara mi pregunta o peor aún, la conversción que quería tener con Armin por eso fuimos a mi habitación.
- ¿Qué es lo que me querías preguntar? - Preguntó para romper el silencio que se había formado. No sabía como empezar. ¿Cómo podía preguntarle algo así?
- Esto, verás,... confío mucho en tí Armin y por eso te he escogido a ti.
- ¿Escogido? - Preguntó extrañado.
- Sí, esto... estoy saliendo con alguien y... - No me dejo terminar la frase con la pregunta que quería decirle.
- ¿Qué? ¿En serio? ¿Porque no me dijiste nada? y ¿Quién es?, espera, espera ¿Es Annie?
- ¡No! No es Annie.
- ¿Y quién es? - No me quitaba los ojos de encima por la emoción de descubrir quien era.
- Me da verguenza, lo siento, entiéndeme por favor. - "Espero que con esto baste". Pensé en ese momento.
- ¿Pero no decías que confiabas en mi?
- Sí, pero,.. vale te lo diré pero no hoy, sólo cuando me vea capaz.
- Eso parece una de esas escusas que se pueden repetir día tras día para evitar algo. - Dijo algo enfadado.
- Confía en mí. - No sabía que otra cosa decir, además me pilló esa era una escusa que tenía pensado repetir una y otra vez para no decirle nunca que mi pareja sentimental era Marco: un hombre.
- Vale. - Dijo de nuevo enfadado. - ¿Y qué querías preguntarme?
- ¿Qué? - Con los nervios de ser decubierto o de hacerlo enfadar olvidé a lo que vine. - Ah,... sí. Querría pedirte que me ensenyes a besar.
- ¡¿Quéé!? ¡¿Cómo puedes pedirme eso!? - Dijo alterado.
- No, no me malinterpretes,... - Me costó mucho decir lo siguiente. - No quiero practicar contigo sólo explícamelo. - Él se sonrojó, pero demasiado, supongo que al tener una piel tan blanca cuando se sonroja se nota mucho más que con alguien con una piel tirando a oscura.
- Lo siento Jean pero no puedo ayudarte en eso. No es que no quiera pero yo nunca he salido con alguien. - Dijo aún colorado.
- Va- vale. - Empezó otra ronda de silencio incómodo.
- Bueno, he quedado con Mikasa así que.. lo interrúmpí.
- Vale, sí, vete, no la hagas esperar. - ¡Por fin se acabó! dije para mi mismo pero no estuve solo por mucho tiempo poco después entró Marco; al fin y al cabo esa era también su habitación.
- Hola. - Dijo acariciandome el pelo y con la sonrisa de siempre, simplemente no pude mantener la mirada y la bajé, su sonrisa es demasiado para mí.
- Ho- hola. - Seguí con la mirada en ninguna parte.
- Quiero hablar contigo de algo importante.
- ¿Eh?, ¿sobre qué? - Tuve mucho miedo, ¿Iba a dar fin a nuestra relación? Seguramente sí pensé, es decir, llevamos 3 semanas juntos y lo único que hemos hecho como pareja es dormir abrazados y encima sólo lo hicimos una vez.
- Sobre nosotros. - Dijo Marco séntandose en la cama y haciéndome sitio a su lado.
- Pe-pero,... noo,... yo,... ¿Por- porqué? - Dije casi llorando, no tardó en bajarme la primera lágrima.
- Jean, Jean, no es lo que parece. - Dijo en un tono preocupado mientras me secaba las lágrimas. Yo, pero, no quería escuchar nada, en ese momento sentía un gran ardor mi pecho. Y mis pensamientos se inundaban con ideas como: "¿Porqué no he aprovechado el tiempo en el que hemos sido novios?", "¿Porqué no lo he abrazado todas las noches?", "¿ Porqué no lo dejé besalme?", "¿Se ha cansado de mí?", "¿ o solo ha sido una broma, un juego para él desde el principio?".
- ¿Jean? Jean,. - Me abrazó. - Te quiero. - Pero, ¿no iba a terminar conmigo?
- Pero, Marco...
- Shht, recupera el aliento y luego hablamos.- Siguió abrazándome y como siempre dirigió su mano a mi pelo y empezó a revolverlo, me encantaba, ¿cómo podía algo tan simple sentire bien?
Pasados unos minutos Marco dijo las primeras palabras.
- Antes le pediste a Armin que te explicara como besar.
- ¡¿Qué!? - ¿Como lo sabía? ¿Nos había espiado? ¿Escucahado? ¿ Se lo dijo Armin?, En ese momento sentía que mi dignidad estaba disminuyendo por segundos. - ¿Cómo lo sabes? Esto es vergonzoso. - Dije en un murmullo.
- Jajaja, eres adorable ¿lo sabías? - Dijo para después levantarme la barbilla y secarme las lágrimas, en esa ocasión tuvimos contacto visual pero lo corté de immediato.
- No soy adorable. - Dije finalmente distanciandome de él y sentandome en la cama, él hizo lo mismo. ¿Porqué no entiende que no quiero estar a su lado después de que haya descubierto que no sé besar? Es simplemente demasiado humillante.
- Puso su mano en mi mejilla y se acercó ¿iba a besarme? - No, por favor, no. - Dije con los ojos cerrados esperando lo peor: un beso de Marco.
- Sólo confía en mí. - Dijo después de darme un dulce beso en la mejía. - Yo simplemente quiero besarte, me da igual dónde mientras sea tu cuerpo. - "Esto es demasiado" pensé, notaba como el fuego de mi pecho se expandia rítmicamente llenando todo mi cuerpo.
- Yo, yo confío en tí, es solo que nunca antes he besado a alguien y, en fin, no sé. - ¿Cómo pude decirlo?
- Yo tampoco nunca he besado a alguien pero es por eso que quiero besarte, quiero que tu seas el primero. Te quiero Jean. - Esas palabras, esas dos últimas palabras ¿porqué me hacen tan feliz? Definitivamente lo amo.
- Yo también te quiero. - ¿Porqué no puedo dejar de llorar?, de nuevo Marco me secó las lágrimas y lentamente me tumbó en la cama al instanté me aferré a él cruzando mis brazos en su espalda.
- Eres demasiado adorable. - Dicho esto me besó en la frente y desató mis brazós lentamente tirandose hacia atrás para luego coger una de mis manos y besar la palma de esta. Simplemente se sentía demasiado bien.
- Ahh! Marco. - ¿Porqué las lágrimas siguen en mis ojos?
- Te quiero. - Siguió besando mi mano y poco después empecé a sentir algo caliente ¿o era frío?, espera era caliente y al instante se convertía en frío y de nuevo en caliente y a la vez sentía el mismo placer que antes pero más fuerte. Cuando abrí los ojos para ver qué estaba haciendo Marco para que yo pudiera sentir esas sensaciones tan agradables ví que estaba lamiendo mi mano y mis dedos. - Ahh! - No pude evitar gemir, esa imagen de Marco me superaba además el tenía los ojos cerrados y su lengua: lenta y seductora.
- Ahh! Mmm