- Jean, Jean. Despierta.
- Mhh, solo, solo cinco... - El sueño me arrastra a sus profundidades y no consigo terminar la frase.Más tarde un roce ritmico y sin prisa en mi cabellera me despierta, abro mis ojos y la primera imagen del dia es la de mi amor, un amor sonrirnte, espero que en los dos sentidos.
Solo me falta el canto de un ruiseñor para asemejarme a los tan cantados amores del plautismo.Las imágenes de ayer me devuelven a hoy, no puedo evitar sentir un profundo sentimiento de verguenza por lo que hicimos esa noche así que cierro los ojos para dar fin al contacto visual, aun sigo acostado en la cama con Marco aciriciandome el pelo y observándome.
- ¿Es que has despertado mudo? - Dice en tono vacilón.
- No, e-es solo que aun tengo sueño. - Mentí, por supuesto. Lo que pasa es que ayer, o mas bien hace unas horas yo, yo a Marco, a su parte, la lamí, y toqué y ... No puedo pensar en ello.- ¿Cuándo vas a decidir despertarte? - Dijo tumbandose a mi lado.
- ¿Ha sonado la campana?
- No, aún no.
- Entonces no pasa nada si sigo durmiendo. ¿Por qué vas vestido ya?
- No podía dormir así que aproveche el tiempo. - Me estaba mirando fijamente, lo nataba aunque yo siguiera con los ojos cerrados. Dios mío, estamos tumbados frente a frente en su cama.
-¿En que piensas?
- ¿Ehh?, No, no pienso en nada.
- Mentiroso, es la segunda vez que te sonrojas. - Abrí mis ojos de par en par. ¿Se me nota el sonrojo? Me di la vuelta.
- Son imaginaciones tuyas. - Al darme la vuelta la manta ya no me tapaba del todo y aunque estuviéramos a principios de julio las mañans eran frescas. Tuve que aguantarme. Pero gracias al frío recordé que estaba desnudo y por lo tanto que al levantarme debería hacerlo con la ayuda de alguna tela.
- ¿Disfrutas provocandome?
- ¿Qué? - Justo al terminar la palabra noto algo caliente en mi cuello - Ahh, Marco - era su boca y su lengua - Ahhh - gemí cuando sus dos manos se abrieron camino por mi torso una acariciandolo y la otra jugando con mis pezones.
- Te amo, Jean. - Su voz, su aliento, chocaron en mi oído el escalofrío creado por ellos recorrio mi cuerpo, la excitación se apodero de mí y en un par de segundos ya estaba frente a Marco, cara a cara.
- ¿Estas llorando? - Dijo secandome las lagrimas con sus dedos.
- No. - Una risita salió de entre sus labios y luego esos mismos labios besaron los míos pero sólo eso, los besaron, un simple beso. - Quiero más. - Me atreví a decir y lo abrazé para sentir aún más su escencia.
- ¿A qué te refieres? - Pregunto el bobo de Marco.
- Quiero más, más que un simple beso. - Su cara. Su cara paso de sorpresa a una sonrisa de felicidad. Me estoy dando cuenta de que es muy fácil saber qué siente solo con ver su cara. ¿Seré yo igual de expresivo para el?
- Eres adorable. - Dijo abrazandome y tumbandome quedando el encima de mí.
- No soy.... - No llegué a terminar la frase, la campano sonó.
- Te espero a fuera.
- ¿Fuera? ¿Por qué?
- Aquí mismo, al otro lado de la puerta porque estás, en fin, sin, ya sabes, sin ropa.
- Ah. Sí, vale. - Dije sentandome en la camaSoy muy afortunado de haberme enamorado de él. Pensé al tumbarme de nuevo y recordé lo que pasó anoche. - Te amo Marco. - Pronuncié levemente mientras aspiraba el olor de su manta, su olor.