Amor Confuso

Capítulo 12 "Conocí a Shawn Mendes"

CAPITULO 12 "CONOCÍ A SHAWN MENDES"

N A R R A   M I L I

Los tres hombres mayores se fueron. Dejándome sola con mi ídolo. No sabiendo qué decir, ni qué hacer.

¡Habla rápido, Shawn!

Deseé.

—¿Estás bien, Mili? —preguntó, tomando toda mi atención. Asentí—. No te voy a comer ni nada de eso, ¿sabes? —bromeó y sonrió.

¡Por Dios! ¡Su sonrisa! ¡Estaba muriendo! Y era literal.

—Lo sé —contesté con una sonrisa.

Quería sonar divertida. No pasó.

—Ooh —dijo en tono burlón—, ¡al fin! —soltó—. Pensé que te había comido la lengua los ratones.

—No... no... eso no pasó.

—Ow, mira —me señaló—, te sonrojaste.

Él era un tierno. Una persona muy dulce. Y hasta ahora, aparentaba ser sencillo.

—Gracias —lo miré y sonreí.

—De nada —me guiñó el ojo de forma divertida—, ¿cuántos años tienes?

—Diecisiete.

—No sos de acá, ¿cierto?

Pregunta algo más obvio, Shawni.

—No, para nada.

—¿De dónde eres entonces?

Qué curioso que es.

—Del lugar que nunca diste una fecha para tu tour. Bueno, uno de esos hermosos países de Latinoamérica que quieren que vayas, pero parece que para vos no existen porque no los encontras en el mapa. No valen los trending topics ni nada para hacerte ir, ¿eh? —expliqué—. Soy de Argentina, ¿sabes dónde queda?

—Sí, sé en donde es... Argentina, ¿eh? —se rascó la nuca—, recibí varios tweets de por allí y vi todas las tendencias. No pude contestar, pero pronto estaré por allá.

—¿Pronto? ¿Cuándo? —pregunté, emocionada—. ¿En febrero o marzo?... lo digo por las fechas que ibas a anunciar —expliqué, cuando me di cuenta que no me había entendido.

—Pronto —contestó, frío—. ¿Puedo saber por qué estás acá?

—Esa, es una historia muy larga, detective Mendes —bromeé.

Era difícil enojarse con él.

Era tan lindo cada vez que mostraba su sonrisa amplia, blanca y tentadora. La amaba y la sigo amando. Esa pequeña acción hacia mis días más lindos, me los iluminaba.

Lo que me era raro de su cara era su mentón. Siempre cambiaba en las fotos.

—Okey —dijo, levantando sus manos en forma de defensa—. No quise hacerte tantas preguntas... Bueno... si quise porque quiero conocerte —agachó la cabeza, minutos después la volvió a levantar—, ¿acaso está mal? —preguntó, mirándome directamente a los ojos.

¡Oww! Qué ternurita. Me lo comería eterno.

—No. Eso está más que bien —opiné—, supongo.

—¿Supones?

—Sí —afirmé y le dediqué una pequeña sonrisa—. Espero que te guste lo que vayas a descubrir.

—Te aseguro que me gustará —dijo, con una gran sonrisa.

—¿Por qué?

—Pareces una buena chica.