Capítulo 6 "¿Quién es ella?"

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Capitulo 6 "¿Quién es ella?"

*Narra Mili

Auriculares con música a fondo. Así es, estaba escuchando la nueva pista que había grabado hace minutos. Esa fue la razón por lo que no me di cuenta de que el celular estaba vibrando en la mesa. Aunque, minutos más tarde, una pequeña luz me llamó la atención. Miré la pantalla del aparato y vi como el nombre de Carlos se hacía presente en mi pantalla. Pues, me estaba llamando.

Me quité los audífonos y atendí.

—Diga —contesté llevando el teléfono a mi oído.

—¿Mili? —se escucha al otro lado del aparato.

—Sí, ¿qué paso, Carlos? —pregunté.

—¿Hasta cuándo vas a estar ahí?

—No lo sé. ¿Por qué?

—No, por nada.

—Okey...

—¡No cortes! Te espero a las 12.30 en Ellen's Stardust Diner. ¿Quieres que te pase a buscar?

—Ok y no, gracias.

—Cuídate, hermanita.

—Sí, hermanote. Vos también cui...

Y sonaron varios pitidos. Lo único que eso significaba era que Carlos había finalizado la llamada, ósea, me había cortado.

Guardé mi celular en el bolsillo de mi pantalón. Miré el reloj, las 10.45. Tenía que entregarle la pista a Scott. Así que, la guardé en el CD y me encaminé a su escritorio.

—Hola, Mary —saludé a la persona que se encontraba sentada detrás del escritorio—. ¿Está Scott?

—Sí, señorita. Está en una reunión. ¿Qué necesita? —preguntó con amabilidad.

—Aahh... No, nada. Solo le quería entregar esto —le mostré el CD.

—Démelo que yo se lo doy —habló extendiendo su mano.

—No, Mary. Yo se lo doy.

—Entonces, va a tener que esperar —dijo, señalando los sillones.

Y allí fue en donde me senté. Ahí había tres sillones grandes de color azul que, claro, combinaban con la pared blanca. También, había tres cuadros colgados en la pared, arriba de los sillones. Y, frente a éstos, había una mesita que arriba era de vidrio y abajo tenía unas maderitas, las cuales sostenían revistas. En las esquinas de la pared, ósea, al lado de los sillones, había otras mesitas que arriba tenían plantas. Y al lado del sillón en donde me encontraba sentada, estaba la puerta de la oficina de mi padre.

La sala de reuniones estaba en el mismo piso. Al igual, que un estudio de grabación, el más grande del edificio.

A cada rato miraba la hora y Scott no salía. Mientras más quería que aparezca, menos pasaba el tiempo. De tan aburrida que estaba, me puse a leer lo que decían esos tres cuadros, los cuales tenían una frase. No cada uno, sino que los tres formaban una sola frase. Aunque, tenían distinta decoración.

El primero tenía grandes pinceladas en dorado y un rectángulo que dentro de él estaba escrito en negro «Las cosas buenas llegan a los que saben esperar». El segundo tenía rayas negras horizontales y encima de estás, estaba escrita en dorado la siguiente frase: «Las mejores, a los que no se rinden y luchan». El tercero, y último cuadro, tenía un margen en dorado y dentro de éste estaba la última frase escrita en negro que decía: «Y las grandes bendiciones, a los que cree...».

Amor ConfusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora