16. Primera cacería oficial

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16. Primera cacería oficial

Pasaron un buen rato explicándole a Lily lo que implicaba la "enfermedad fantasmal", cuando comprendió todo decidieron hacer un plan. La primera víctima, Oscar Loren, murió hace una semana, luego cayó Paul Reckot hace cuatro días y recientemente el shérif Robinson hace unas horas. Por lo que sabían de los periódicos, la enfermedad duraba dos días aproximadamente antes de que el huésped muriera. Por lo tanto, tenían dos días para arreglar el tema.

Como casi toda enfermedad, se transmitió por tacto. Sam había estado en la morgue con los otros cuerpos y Dean con el shérif una vez muerto. El último odiaba volver a pasar por tal enfermedad, recordaba que la última vez no iba a ningún lado solo y le daba miedo hasta un pequeño perro. No quería repetir todo aquello con la rubia delante.

Los dos Winchester ya sentían el miedo correr por su sangre, la enfermedad por sus venas. Tosían de vez en cuando, pero cuando lo hacían era con tanta fuerza que salía sangre de ellos. Pronto adquirieron fiebre alta. Lily los obligó a recostarlos un rato, para que al menos se les bajara la fiebre. Les puso un paño con agua en sus frentes (a lo cual Dean se quejó como si le estuvieran violando) y esperó unos segundos sentada en una silla pensativa.

Pasó la noche sentada ahí, a veces dormida contra la mesa de madera. Consideraba que si mantenía despierta podía ayudar sus hermanos, quienes estaban sumidos en un sueño tremendo. No le dio valor de despertarlos a eso de las nueve de la mañana. Había pasado una mala noche, pero era peor que dormir tranquila en una cama sabiendo que sus hermanos serían la siguiente víctima de Brenda.

Una media hora más tarde, el castaño despertó tosiendo y con la piel algo pálida. La rubia tomó dos paños mojados y los colocó sobre la frente de cada Winchester. Sam se quedó despierto unos minutos con el paño refrescándole y luego se incorporó para ver a la muchacha que los cuidaba. Sonrió agradecido.

-¿Por qué yo no me contagié? -preguntó de repente Lily. Entendía lo de la enfermedad fantasmal, pero lo que no entendía era por qué ciertas personas se enfermaban. ¿Qué tenían ellos que no tuviera ella?

Sam se sentía algo mejor que la noche anterior, pero sin duda dejaría de estarlo si no paraban pronto al fantasma de Brenda. Dean se removió en su cama, posiblemente también despierto.

-Aparentemente nosotros entramos en el perfil de esos idiotas -respondió el castaño.

-¿Mataron a chicas que no querían acostarse con ustedes? -dijo con algo de nervios, esperando que los dos se negaran al instante. En cambio, se quedaron pensativos.

Dean se incorporó más, como su hermano, para ver a la rubia. Ésta tenía el pelo algo despeinado y unas profundas ojeras. Se sintió horrible por ser la causa de que Lily no durmiera tranquila. Cuando leyeron los periódicos sobre las muertes de Loren y Reckot, pensaron que sería un simple caso. Un Salt & Burn tranquilo, pero terminó siendo mucho más.

-Por favor díganme que no mataron a ninguna chica por el rechazo de ésta -rogó la rubia cuando no hubo respuesta de sus hermanos. Sabía que sus dos hermanos eran muy distintos a los de su dimensión, pero que sean asesinos era otro nivel que no estaba a dispuesta comprender de ellos.

-No, pero sí amamos a alguien que luego murió por nuestra culpa -comentó pensativo el castaño. Dean lo observó unos segundos pensando en lo dicho—. Los fantasmas no ven lo gris de las situaciones. No las matamos directamente, pero sí murieron por nosotros.

-Entonces ahora Brenda los persigue por haber amado a alguien y que esa persona muera. Genial -lanzó Lily algo enojada con el fantasma. Se cruzó de brazos mientras se recostaba contra el respaldo de la silla—. ¿Y si llamamos a Cas? Tal vez él nos pueda ayudar con esto.

Black Wings [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora