12. Peleas de hermanos

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12. Peleas de hermanos

Pasaron unas horas hasta que la rubia se levantó tranquilamente, sin sueños sobre el británico y, para su sorpresa, sin evidencia del ángel en su habitación. Estaba segura de que Castiel había pasado con ella la noche, pero parecía haberse ido antes de que ella despertase. Se decepcionó un poco al no verlo cerca. Luego negó con la cabeza. ¿Qué esperabas? ¿Levantarte con él y que todo sea un hermoso sueño? Madura, Lily.

Se levantó de la cómoda cama y se metió al baño, necesitaba refrescarse. La noche anterior se decidió por entrenar de todas las maneras posibles, iba a evitar en todo momento a Moah. Pediría ayuda a sus hermanos y después vería cómo prohibirle el paso al británico en su cabeza. Era obvio que la opción de volver a su mundo sin haber cambiado en el otro era imposible. Ya no era una niña indefensa, quería estar preparada para lo que el Universo le trajera. Y en ese momento, era Moah quien amenazaba contra su persona.

Sintió el agua fría corriendo por su piel. Cerró los ojos y se relajó. El sueño de la noche anterior verdaderamente le había alertado, no podía creer que Moah hubiera hecho eso. No estaba cien por ciento segura de que lo que él le mostró fuera verdad, pero tenía el presentimiento de que lo era. Es decir, ¿qué otras cosas podía hacer el Seguidor en su dimensión a pesar de buscarla a ella?

Por un segundo se puso en los pies de Moah, pensó en la obsesión que tenía por ella y cómo hubiera reaccionado. Sin duda era un psicópata, por lo tanto toda posible reacción a perder lo que quería sería desastrosa. Si todo su pueblo estaba muerto, ¿eso abarcaba también a Amy? ¿A sus hermanos? No podía seguir pensando en eso, quería con todas sus fuerzas convencerse que esos dos días solamente fueron un mal sueño...

-¡Lily! -gritó una voz ronca desde su puerta. La rubia escuchó los sonidos secos que alguno de sus hermanos hacía al golpear la madera.

Con rapidez cerró el grifo, ya estaba fresca y limpia, la ducha a veces era su lugar de pensamiento y podía quedarse horas debajo de la misma. Tomó la toalla más cercana y la envolvió contra su cuerpo.

-¿Lily? ¿Estás dentro? -en ese momento, la rubia reconoció la voz, era Dean. Se aseguró de que la toalla se mantuviera en su lugar y abrió la puerta con una sonrisa.

-Has llegado a la residencia de Lily Winchester, ¿puedo ayudarle en algo? -habló graciosa. Dean rodó los ojos con una pequeña sonrisa.

-Lamento interrumpir tu baño -se disculpó el cazador al notar la tela azul marino contra el cuerpo de la muchacha—. Sam se ha ido. -anunció.

-¿Ido? -preguntó extrañada—. ¿A dónde?

-No lo sé, ha dejado una nota -señaló él mostrando un papel amarillo que decía en una letra apurada "Vuelvo más tarde -S" Lily se sorprendió tanto como Dean al ver la nota.

-¿No te ha dicho a dónde? -insistió confundida. No era costumbre del castaño desaparecer así en su mundo, pero tal vez ahí sí.

-No, por eso te pregunto -explicó mirando la nota con intensidad como si de pronto se revelara el paradero de su hermano—. Pensé que tal vez te había dicho a dónde fue.

-No lo hizo -aseguró la rubia, si su hermano le hubiera dicho a dónde iba no lo olvidaría.

-Bien... Supongo que intentaré llamarlo de nuevo.

-Me parece bien. Me cambio y luego vemos qué haremos con ese gigante -señaló la chica antes de cerrar la puerta y buscar algo de ropa entre sus cajones.

Sintió los pasos de Dean al alejarse y se quedó mirando sus conjuntos. Se decidió por una camisa azul a cuadros y unos jeans. Después de cambiarse, se secó el pelo e intentó mantener los bucles. Se puso la cadena que tenía las placas de su padre, desde la posible muerte del mismo, se sentía más cómoda con algo de él en ella.

Black Wings [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora