24. ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

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24. ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

El ángel sabía que algo había mal en su hogar.

Llegó al Cielo y lo primero que vio fueron cuerpos. Cuerpos descomponiéndose en un césped tan verde que parecía artificial. Marcas de las alas de los ángeles por doquier. Castiel miró a cada cuerpo y se lamentó. Esa misma escena la había presenciado cuando estaba lleno del poder de los Leviatanes y era soberbio. Matando ángeles a diestra y siniestra. Era una etapa de su larga vida que no quería repetir, el solo hecho de pensar en eso le hacía querer tomar su espada angelical y clavársela en el pecho.

Pero recordó a la rubia. Tal vez Lily era la razón más importante para no matarse. Lily lo necesitaba. Pero en realidad, Castiel tenía miedo en admitir que él la necesitaba. Dejó de pensar en sus errores y en la rubia, porque con esos pensamientos simplemente se distraería del verdadero problema.

Se volvió a centrar en situación inicial: los cientos de ángeles muertos. No eran los mismos que él había asesinado hace tiempo. No, esos hermanos estaban vivos la última vez que Castiel chequeó. Alguien los mató, y los sobrevivientes huyeron apagando la radio ángel. Definitivamente, eso no podía ser bueno.

Caminó con lentitud por los cuerpos, lamentando cada muerte y reconociendo cada soldado caído. También intentaba encontrar alguna manera de descifrar quién había sido el asesino de todos esos ángeles. Aunque no habían demasiadas opciones.

-Justo el ángel que estaba buscando -comentó una voz británica a sus espaldas. El morocho se dio al vuelta para presenciar el mal encarnado en un cuerpo—. ¿Cómo está mi linda y bellísima Lily? Espero que la hayas cuidado, la necesitaré preparada -agregó caminando a su lado.

Por fuera, Castiel no mostró ninguna expresión, pero por dentro temía. Nunca había sentido un temor similar al que estaba teniendo en ese momento. Sentía su pecho inflamarse con rapidez y exhalar el aire pesado de sus pulmones. Moah tenía la misma vestimenta que la primera vez que él lo vio. Camisa negra, con un par de botones abiertos, junto pantalones del mismo color. Esta vez tenía un collar de cuentas marrones alrededor de su cuello. Aunque el ángel tuviera curiosidad, no le preguntaría.

-¿Cómo entraste aquí? -preguntó con seriedad el morocho. El rubio opaco empezó a caminar nuevamente alrededor del de gabardina, parecía que era una costumbre hablar de su malévolo plan mientras daba vueltas alrededor de quién escuchara.

-No te lo diré, genio -comentó el británico-. Mira, puede que me hayas visto como un psicópata en la fiesta de Lily, pero no soy idiota. Simplemente me dejé llevar por el gozo de mi libertad. Ahora tengo un plan. -sonrió de manera maliciosa.

Castiel no sabía que hacer al respecto del Seguidor que se presentaba en el Cielo. Teóricamente no podían volver al mismo lugar una vez expulsados. Al menos no sin ayuda. En ese momento, pensó en los tres arcángeles diseñadores de las Jaulas y quién era el traidor entre ellos. Tal vez aquél que traicionó a los ángeles dejó entrar a Moah en el Cielo. Con un hechizo era posible.

Sin pensarlo dos veces, dejó caer su espada angelical de su manga para que su mano derecha la tomara con fuerza. No iba a poner a Lily en peligro, y si debía morir mientras peleaba con Moah... Que así fuera. Había tenido una larga vida, mirando a la humanidad creciendo de a poco, conociendo a sus mejores amigos en la Tierra y en ese momento agradeciendo los momentos con la rubia.

Moah también sacó su espada dorada y observó el filo con interés. Miró al ángel con ojos divertidos.

-¿Vamos a pelear o qué?

(...)

Lily ya no se podía mantener despierta. Había perdido demasiada sangre, sentía el líquido carmesí caer por sus piernas y brazos hasta llegar al concreto del suelo. Incluso podía escuchar las gotas que golpeaban el charco de sangre que había debajo de ella. Apenas mantenía los ojos abiertos. Crowley pasó a ser una figura negra borrosa y sus monólogos ya no los escuchaba. De vez en cuando captaba algunas palabras como "¿Por qué tu alma es tan solicitada?" o "Dime dónde está el ángel". Pero si no podía mantenerse despierta, ¿cómo pretendía Crowley que hablara y le contestara sus preguntas?

Black Wings [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora