"CONFIDENT"

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Oh, la confidencia. Algo que dos personas debe mantener y nunca romper.


Observé a la pelirroja con mucha atención, pero ella solamente me miraba como si fuese una muñeca en exhibición.

-Jasmine, responde a mi pregunta.-insistí.

Ella sonrió fría.

-Bueno, no hay que decir el que yo este aquí responde obviamente tu pregunta, Evelyn. -jugó con un mechón de su cabello rojo-. ¿No te parece?

Miré el parquecito y por supuesto que todo encajo. Tantos momentos que intentaba acorralarme y lo consiguió. ¿Pero cómo...?

-No fue Dominic el que me citó aquí sino tú. -respondí ante lo evidente.

-¡Rin, Rin, Rin! ¡Bingo! -Jasmine rió con desprecio-. Tal vez te resulte familiar este lugar. Por lo general Dominic cita a sus chicas a estos lugares.

Di un paso hacia atrás, esperando que Jasmine atacara. Pero Jasmine no hizo nada. Con una media sonrisa en mi boca el hice frente.

-A mi nunca me traído a estos lugares. -dije mirándola fijamente.

Jasmine le cambió la cara.

-Si... -siseó con rabia-. Olvidé que tú eres especial para nuestro Dominic. Como también lo era Juliette. -Me tensé y ella lo notó-. ¿Te duele, Evelyn? Saber que no fuiste la única que estuvo en el corazón de Dom.

-Cállate. -gruñí. Ella rió burlonamente mientras se tocaba el pecho como si le afligiera.

-Si te duele.

Ardí en ganas de darle una cachetada, pero empuñé mi mano para no hacerlo. Era mejor no provocarla, pero obviamente mi boca no decia lo mismo.

-¡Que te calles! -le grito- ¡¿Por qué me has traído aquí?!

Jasmine caminó hacia a mi a la vez jugaba con su carterita de diseñador.

-Para reclamar lo que es mío. Una vez te lo dije, Evelyn. Si te interponías entre Dominic y yo, haría tu vida miserable.

Entonces la veo meter la mano a su cartera y sacar un arma. ¡Dios! Rápidamente doy dos pasos atrás y la miré fijamente. Mantuve el rostro impasible, aunque era consciente de que me había quedado pálida. Comprendí que nadie me había mirado con verdadero odio hasta este momento. Era evidente que Jasmine me deseaba todo tipo de males, salvo la muerte... o tal vez esa también.

-Tu no haría eso. -me sorprendió que mi tono de voz sonara muy tranquilo.

La cara de Jasmine estaba tensa, sus ojos brillando con la locura y el odio.

-No, tienes razón. Pero lo traje para darte un susto. -sonrió como una niña inocente.

Con vertiginosa rapidez, alguien me sujetó desde atrás con una fuerza brutal. Antes de que pudiera gritar, siento un pinchazo en mi cuello y de pronto el decaimiento se apoderaba de mi cuerpo. El miedo me hizo abrir los ojos de par en par y trato de forcejear, de moverme, pero el cuerpo no respondía.

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