¿Por qué tiene que ser tan estupido?
Me pregunté a mí misma mientras lo seguía en la calle oscura, si moríamos, sería su culpa.
--No hagas ruido...-susurro enojado, si no fuera por qué nuestros hijos peligraban hubiera golpeado su cabeza hasta dejarlo inconsciente.
--¡Papi!-chillo lucia en sus brazos, mis ojos se abrieron del susto, pensaba que estaba dormida. Los gruñidos se escucharon por todos lados.
--¡Corre!-gritó Sam comenzando a correr, lo seguí cómo podía tratando de que Camilo en mis brazos no se despertara, mire hacia atrás para encontrarme con tantos caminantes que no quedarían ni los huesos de nosotros si llegaban a atraparnos.
Mire a mi hija en los brazos de su padre y mi corazón se rompió, estaba llena de lágrimas y aterrada, de seguro piensa que es su culpa, pero no lo es, pobrecita solo tiene tres años.
--Por aquí.-dijo Sam abriendo una de las puertas de los apartamentos a patadas, entre y la oscuridad que había ahí dentro era mil veces pero que la de fuera.
Sam dejó a Lucia en el suelo quien corrió a mí para abrazar mi pierna, y en la oscuridad, tomó algo para tapar la puerta e impedir que pasaran los muertos.
Nuestros corazones estaban acelerados, y la puerta luchaba por abrirse,
--Vayan dentro, y no salgan por nada del mundo.-dijo Sam.
--No pienso dejarte.-dije decidida tomando su mano.
--Y yo no pienso perderlos, ve dentro.-dijo, no me quería ir, pero la puerta comenzó a abrirse y los gruñidos cada vez eran más. Mire a Sam como si fuera la ultima vez que lo fuera a hacer, tomó mi rostro y beso mi frente, él estaba asustado, y yo lo había insultado ahora, me sentía mal.
La puerta casi se abre de un golpe, y con mi mano libre cargue a Lucia y corri dentro de la casa, la habitación más alejada de todas, abrí la puerta y pase poniéndole en seguro.
Solté a Lucia y deje a Camilo en el piso quien se había despertado pero sólo miraba a todos lados, busque en mi bolso la linterna y alumbre la habitación que había escogido.
Había una ventana donde podríamos huir, corri a ella y me asomé a través del cristal, y estábamos rodeados.
--Mami...-su voz estaba llena de miedo, me volteé alumbrando a todos lados y casi grito del susto.