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--Na, sigo insistiendo en que la chica de rasta verde estaba más buena, dio más pelea.-dijo el hombre mientras se ponía los pantalones, y todos ellos se burlaban entre sí de mi.

Yo solo me aferre a la liviana manta que había en la cama, sintiendo un asco horrible, sintiendo que quería estar muerta ahora mismo. Todos se voltearon hacia mi, mirándome con risas burlones en sus asquerosos labios.

--Gracias por la noche linda...

Pero deje de escucharlos al ver que una cabeza subía por las escaleras, tenía una gorra negra, era Sam, o bueno, lo que quedaba de su cuerpo muerto. Subía las escaleras a pasos lentos y en silencio, cuando volví a la realidad era por qué los hombres me jalaban la sabana que me cubría, acaso no era suficiente humillación ya.

Sus risas eran tan Fuertes que no escuchaban los gruñidos de Sam, y como si Dios mismo en el cielo me hubiera escuchado, atacó al que estaba más cerca. Mordiendo su cuello, el hombre grito cállenlo al suelo, los demás se alarmaron y comenzaron a buscar con que matarlo, y mordió a otro en el mismo lugar, lo empujaron cayendo al suelo boca arriba luchando.

El de cabello largo levanto su pie para pisarle la cabeza y matarlo, pero Sam fue más rápido y dio vueltas sobre el torpemente para levantarse, hombre sacó su arma, y el líder empujó a Sam al suelo.

Y soltó un tiro que dio directo en su frente, pero no fue lo suficientemente rápido como para impedir que Sam mordiera su pierna arrancando un pedazo de piel antes de morir, me levante corriendo quitándole el arma de en manos al hombre mientras este chillaba de dolor por su pierna y le dispare justo en el cuello haciendo que de ahogara con su propia sangre.

Apunte al líder, quien dio pasos atrás asustado, y me acerqué llena de lágrimas, lo odiaba tanto... Y lo hice chocar contra la pared y se bajó quedando en el suelo pidiendo piedad.

--¿Piedad? ¿Acaso tú me la diste a mí? ¿A mis hijos? ¿A mi esposo?-las palabras salían quebradas, no lo deje responder, por qué ya había alargado bastante el asunto, y dispare a su cabeza.

En Los Brazos De Un Angel (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora