Julio 20, 2015
Querida Mörgen:
No sabes cuánto me alegré al saber que por fin habías decidido salir a dar un paseo, aunque el resultado al final no fuera tan emocionante como el hecho de que hayas cruzado por el umbral de tu nuevo apartamento.
Te felicito, no es sencillo decidirse a poner un pie fuera de la cama para mover después el otro a la par y así, retomar las viejas rutinas que acostumbrabas llevar, como tomar el desayuno, comer algo a medio día y deglutir la cena y de algo estoy seguro, aunque un americano y un pedazo de panqué no son precisamente lo que cualquier nutricionista llamaría un desayuno "saludable" se que incluso tu terapeuta reconoce que ese menú es lo mejor que has podido comer en meses.
Imagino que la sorpresa de descubrir que tu vida ahora forma parte de la "mítica" del vecindario, no fue agradable, pero al menos deberías agradecer que todos los que te rodean ahora saben de ti. Aprovecha las ventajas de ser la "lastima del lugar", ya que estoy seguro de que el desayuno corrió a cuenta del establecimiento después de descubrir que eras "La Mörgen" de la que tu madre había hablado; si te esfuerzas un poco más, podrías incluso conseguir una cena completa en el restaurante italiano de unas cuadras más adelante y si tienes suerte, un servicio de lavandería sin desgastar uno sólo de tus euros. ¿Quieres mi consejo? aprovecha la fama que tu madre gratuitamente te ha regalado.
Ya lo sé, pensarás que estoy completamente lunático y que no considero tus sentimientos, pero, aunque es triste aceptarlo, hay algo con lo que tendrás que cargar el resto de tu vida y eso será el magnífico estado de "Viuda permanente" que Jürgen te ha dejado y es que, debes aprender algo, al mundo le importará un carajo cuantos años lleves con el luto encima, o en el mejor de los casos, sin él, jamás se preguntarán si ya has tenido nuevas citas o incluso, si te has repuesto de su partida, para ellos y todo el mundo, nunca podrás quitarte la sombra de Jürgen de tu espalda y, aunque a veces llegue a parecer una maldición, quizás sea al final pueda resultarte una gran ventaja. Piénsalo mejor, siempre, no importa qué, cuando mires a todos con mala cara, los demás dirán: pobre, es que lo pasa mal porque extraña a su difunto marido. Si se te antoja lloriquear por el vecindario porque el entrometido inquilino en la puerta 307 no ha respondido a tu última carta, cualquiera que se cruce en tu camino pensará que te has acordado de tu vida pasada y si un día decides mandar a todos directo a la mierda y sin boleto de regreso, te perdonarán al imaginar lo complicado que es para ti estarlo pasando sola desde tu llegada. Las personas por desgracia, Mörgen, tienden a creer todo lo que se rumora a tu alrededor y serán muy pocos los que se acerquen a preguntar que es lo que ha pasado realmente, o si es que estás mejor, los demás, como es la naturaleza humana, se unirán al cotilleo general, creyendo cualquier estupidez que llegue a sus oídos, porque todos, sin excepción alguna, hemos sido etiquetados. Unos cuantos somos los amargados de la cuadra, otros, los solitarios sin suerte en el amor, existen también las zorras sin oficio ni beneficio y un poco más allá, los drogadictos desempleados, así que créeme, llevar la etiqueta de "viuda permanente" no suena tan mal, después de todo, podrías haber conseguido la de "Amante incómoda de cualquier ejecutivo" y ahí sí que todas las mujeres del lugar volverían tu vida un infierno.
La gente hablará siempre, algunas veces poco y otras, demasiado, lo importante es que hablen; si no hablan quizás es porque no eres importante, y si no eres importante encontraras muchas menos razones para quedarte, así que, acepta lo que estas pasando y no desees huir de nuevo hacia Hamburgo, porque aunque te has ganado mi simpatía en estos meses, no es lo suficiente para aceptar tu propuesta ya que pretendo denegar tu oferta de devolver la hermosa casa que ahora ha pasado a mis manos.
Créeme, es lo mejor, aunque no puedas imaginarlo, poco queda de tu amada propiedad y no, no soy un homicida de tus recuerdos o un terrorista de tus melancolías, simplemente soy un nuevo inquilino que ha decidido darle aires de nueva vida a la bellísima construcción que tu madre puso en venta en tu ausencia.
De la vieja estancia, queda poco, me tomé la libertad de quitar un par de paredes para hacer el espacio más amplio, ahora la luz no se corta a la mitad del recibidor, sino que logra bañar todo el primer piso desde las primeras horas cuando el sol comienza a resplandecer en el horizonte. La cocina, esa de los utensilios rojos y las paredes blancas, ahora se ha convertido en una eficiente barra marmoleada al centro con los alrededores cromados, perfecta para un soltero codiciado. Las habitaciones no han tenido demasiadas mejorías... aún, pero ya se me han ocurrido un par de ideas maravillosas, aunque necesito meditarlas antes de llevarlas a cabo. El terrible estudio de la desgracia, además de tener un hermoso piso nuevo, ha cambiado de color. El gris de sus paredes ahora es perlado y la amplia pared solitaria al fondo, ahora está cubierta por un magnifico cuadro minimalista de piso a techo (unos puntos, uno rojo y uno negro son lo único que representa la obra) Por otro lado, el jardín no ha sufrido modificaciones, pero sé que algo se me ocurrirá a final de mes para renovarlo y la puerta, esa de color rojo que tanto llama la atención con su No. 307, desaparecerá seguramente tarde o temprano, haciéndote aún más difícil reconocer esta casa que, desde hace meses, dejó de ser esa que tanto añoras de nuevo.
Así que alégrate, ya no hay mucho que puedas volver a recuperar en Hamburgo, te lo he hecho todo más fácil de olvidar.
Deseando que no olvides pasearte de nuevo por el vecindario,
Markell.
PD. Deberías aceptar el empleo, al menos de esa forma tendrías un buen pretexto para que la editorial no te acose exigiendo el nuevo manuscrito, tomarías una reconfortante ducha más seguido y además, dejarías de buscar excusas para justificar el que Jürgen te haya dejado sin previo aviso.
PD 2. Por supuesto que no he tocado nada de tu vieja casa detrás del no.307, siquiera he tenido tiempo para desempacar y desempolvar los alrededores, sin contar el ático que sé, tendré que poner en orden pronto; tan sólo esperaba que la simple fantasía de pensar que todo ha cambiado aquí, te obligue a olvidar la idea de volver a un lugar donde no podrás ir de nuevo hacia adelante. A veces, Mörgen, tirar demasiado la cuerda hacia atrás, no te llevará precisamente hacia delante, sólo te mantendrá en un permanente estado de resignación que tú y yo sabemos, no te gustará experimentar en absoluto.
PD.3 Debo confesarlo, el estudio si cambió de color, no soportaba el gris fúnebre que escogieron para decorarlo. En verdad, ¿Qué demonios pensaban al pintarlo?
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La puerta 307© (En edición)
General FictionHa pasado 1 mes desde que el funeral de su amado esposo se llevó a cabo y Mörgen K. escribe la primera carta que enviará al nuevo inquilino detrás de la puerta 307. Sin esperanzas ni rumbo fijo, Mörgen lucha por encontrar una buena razón para conti...