Capitulo 4 (Parte 1)

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______ acababa de salir del cuarto de baño y avanzaba en ese momento por el pasillo con la intención de colarse en la cocina para hacer café, cuando sonó el timbre de la puerta. Corrió a abrirla antes de que Justin se despertara. Cosa rara, aún no se había marchado. Estaba dormido boca abajo, con el brazo izquierdo colgando del sofá. Tenía la sábana y la manta enroscadas al cuerpo. Antes de meterse en la ducha, -se había pasado por lo menos cinco minutos mirándolo. Aquel deseo que sentía por Justin resultaba divino.
Miró por la mirilla y retiró la cadena antes de abrir la puerta.
-Gracias a Dios que eres tú.
-¿Esperabas al alcalde o algo así? -Blair Boback asomó la cabeza por el hueco; con casi un metro ochenta de estatura, tenía la altura perfecta para mirar por encima de la cabeza de ______-. ¿Tienes a alguien aquí?
-Sí.
-Vaya... -dijo Blair en tono sensual-. ¿Alguien de la reunión? -empujó la puerta-. Tiene que ser Justin Bieber. No te llevarías a nadie más a casa.
______ se quedó quieta.
-Justin no estuvo en la reunión.
Blair dejó de mirar hacia el salón y la miró a la cara.
-¿Ah, no? Maldito chico. ¿Pero entonces a quién tienes aquí? Sabía que pasaba algo cuando me llamaste anoche...
-Calla -______ se llevó el dedo a los labios-. Vas a despertar a mi invitado.
Blair tenía una voz profunda, como la de un hombre.
-¿No es un hombre?
______ sonrió.
-Sí que lo es.
-¡Pero chica, qué has hecho!
-No puedo contártelo ahora. Es bastante complicado.
Blair volvió a levantar la cabeza para mirar. Entonces abrió mucho los ojos.
-Pues quienquiera que sea está de pie en tu salón medio desnudo.
______ no se dio la vuelta.
-Mmm... Ven con mamá -dijo Blair con su voz profunda y aterciopelada. -Entra.
______ la agarró de la mano y tiró de su vecina antes de que alguno de los demás vecinos de otros pisos la oyera y salieran a curiosear. Se tomó su tiempo para echar todos los cerrojos y la cadena. Finalmente se dio la vuelta.
-Blair Boback, te presento a Justin Bieber.
-Holaaa... -ronroneó Blair mientras jugueteaba con el remate de plumas de marabú de su bata.
Justin no dijo nada, sino que se limitó a agarrar con más fuerza la sábana que le cubría. Parecía sorprendido.
Blair no apartó la vista de Justin.
-Pensé que dijiste que no había estado en la reunión.
-No estuvo...
Justin la interrumpió.
-Nos encontramos después -dijo, y le echó una sonrisa a ______ que la hizo estremecerse, aunque supiera que lo había hecho porque estaba allí Blair.
-¿Ah, sí? Caramba, qué astuta, ______ -Blair continuó mirando a Justin como si fuera un helado de chocolate y nata y ella estuviera a dieta.
La cuestión era por qué Justin quería que Blair pensara que se habían acostado juntos. Ya sabía que a ella la idea de hacer eso la emocionaba, pero sospechaba que Justin tenía otros motivos.
-Os habéis dado una buena paliza -comentó Blair, refiriéndose a las vendas y cardenales de Justin-. Me sorprende no haber oído gritos y golpes por la pared -le guiñó un ojo-. ¿______, querida, nadie te ha dicho nunca que si rompes tus juguetes no podrás jugar más con ellos?
-No ha sido...-la mirada de Justin interrumpió la negación de ______, que lo miró algo sofocada y al mismo tiempo curiosamente halagada.
-Yo que tú le dejaría que se curara antes del próximo round.
Estaba segura de que Blair no se estaba tragando aquel cuento. La conocía bien ya que hacía varios años que eran vecinas. Pero su amiga le seguiría la corriente.
-Esto, ha sido divertido -dijo Justin-, pero debo marcharme. ¿Señorita... Boback? Si hace el favor de excusarme.
-Puedes llamarme Diosa -canturreó Blair, mientras Justin se retiraba por el pasillo hacia el cuarto de baño-. Mi nombre artístico. Diosa Gloriosa.
Justin se detuvo, volvió la cabeza y miró a Blair de arriba abajo.
-Blair es una de las estrellas del espectáculo de travestidos en el Pink Banana -le explicó ______.
-Ah -Justin se había quedado pasmado-. Estupendo. Yo, ya nos veremos por ahí -dijo, antes de meterse en el baño.
______ miró a su amiga, que esbozaba su mejor sonrisa.
-¿No te encanta cuando un hombre pone esa cara de bobalicón?
Justin esperaba que ______ pudiera sacar a su entrometida vecina del apartamento antes de que él saliera del baño, pero tampoco podía perder mucho tiempo. Entró rápidamente y se lavó lo mejor que pudo alrededor de las vendas, mirando el reloj cada tantos minutos. Se había dormido. Eran casi las ocho, demasiado temprano para recibir visitas pero tarde para marcharse sin que nadie lo viera. Las píldoras que había tomado la noche anterior le habían dejado KO del todo.
Para colmo, aparte de tener que vigilar a ______, tenía a aquella Blair, o Diosa, como quisiera llamarse. La llamada al teniente Jakes tampoco le había servido de mucha ayuda. El superior de Justin no se había puesto nada contento cuando se había enterado de las complicaciones que habían surgido, aunque si había peligro de que lo identificaran como policía, sacaría a Justin del caso.
Justin estaba convencido de que el rubí que le había quitado a los ladrones era robado. Aunque lo habían sacado de su engarce, la joya coincidía con la descripción de un conjunto de joyas que habían sido sustraídas recientemente de un ático de lujo de Park Avenue. Ya tenía bastantes pruebas contra Sloss y Bonny y el resto de la banda para encerrarlos. Lo que Justin necesitaba era dar con el modo de conectar los artículos robados con Boris Cheney, porque de otro modo los caros abogados del Gordo alegarían que su cliente no tenía ni idea de aquellas actividades ilegales. En el presente, Cheney era la mente pensante del círculo criminal que se había extendido hasta las afueras de la ciudad a través de sus casas de empeño. Tres meses atrás Justin se había introducido en el cerrado círculo de ladrones para hacer su trabajo de agente secreto en el papel del ladrón en quien podría haberse convertido de no haberle ido las cosas como le habían ido.
Lo habían detenido unos meses antes de su décimo octavo cumpleaños por participar en una pelea de borrachos. Al final le retiraron los cargos, pero un oficial llamado Don Richards le había leído la cartilla. A partir de ese momento el hombre se había tomado un interés personal en él que había conseguido hacer cambiar a Justin.
Pero de todo eso hacía muchísimo tiempo, pensaba mientras cerraba la puerta del armario cubierto de espejos. Estaba tan alejado de esos recuerdos como del verdadero Justin Bieber. Ser agente secreto era un trabajo muy solitario; sobre todo porque vivía continuamente así. Para el resto del mundo era un criminal. Por su seguridad, se había apartado de su familia. No tenía amigos, sólo conocidos. Idiotas como Bonaventure, o los informadores que utilizaba. Ninguna mujer, al menos no agradables. Ni siquiera se tenía a sí mismo.
El hecho de estar con alguien que lo había conocido en su vida anterior le había hecho recordar con venganza. Incluso aquella breve interrupción de vida normal le resultaba embriagadora. Y ______, la dulce ______...
Quería ser su héroe; pero no lo era. Aunque ella pudiera sentir atracción hacia él, al final acabaría rechazándolo con aversión. Acabaría viendo lo que los demás ya sabían: que él no era bueno.
Justin se palpó con cuidado las costillas doloridas a ver si seguían doliéndole. El dolor había disminuido, aunque muy poco.
No podía decirle a ______ la verdad, así que estaba en un callejón sin salida. Si la protegía se tendría que quedar con ella; y, teniendo en cuenta lo que sentía por ella, esa era una opción un tanto arriesgada. Por no mencionar que tendría que seguir manteniendo aquella identidad falsa e insistir en que unos criminales lo perseguían.
Lo que necesitaba era disfrazarse para poder salir y entrar aunque Sloss y Bonaventure estuvieran vigilando el edificio.
La vecina, o vecino, de ______ seguía con ella en el salón. Tenía unas piernas estupendas, fuera cual fuera su sexo. Si al menos él también pudiera engañar a los demás así...
Mmm. Podría ser buena idea.
Si funcionaba, mataría dos pájaros de un tiro: podría permanecer en la zona que controlaba El Gordo terminar de cerrar el caso, a la vez que se quedaba cerca de ______ para asegurarse de que no le pasaba nada.
-Una locura -dijo en voz alta mientras salía del baño antes de cambiar de opinión.
______ y el hombre que parecía una preciosa mujer estaban en la cocina tomando café. Parecía preocupada, pero Blair fue aún más exagerada.
-Pensábamos que te habías escapado por la ventana -le dijo-. He asustado a varios pretendientes, pero ______ no está acostumbrada a que los suyos desaparezcan tan rápidamente. En realidad, aún estamos intentando librarnos de Jason.
-De Jason.
-El ex de ______ -dijo Blair mientras tiraba de un tulipán mustio de un jarrón que había sobre la mesa-. Estas flores son de él.
______ negó con la cabeza.
-Basta ya, Blair. A Justin no le importa eso.
-Pues claro que sí -dijo él.
Tenía que saber quién la visitaba regularmente. Por eso le interesaba.
-No te molestes, Justin -______ se encogió de hombros-. Me temo que Blair no se ha tragado lo que le has contado.
-Sí, ya lo estaba dudando. Pero tenía que intentarlo.
-No es que no me crea que pudierais estar liados -dijo Blair mientras cerraba sus exóticos ojos color ámbar-. Sin embargo el instinto me dice que, a pesar de lo mucho que os gustáis, aquí todavía no ha pasado nada.
Justin movió los pies, sin saber qué decir a eso. Sobre todo porque era cierto.
______ se puso de pie; tenía las mejillas coloradas.
-¿Esto, quieres café? Siéntate en mi silla.
-Me quedo de pie, gracias -dijo Justin, que se retiró para dejar que ______ preparara café.
Al momento ella le pasó una taza de café, mientras se fijaba en los cardenales.
-Lo siento, pero no he sido capaz de quitar la sangre de tu camisa.
-Te ofrecería algo de ropa mía -dijo Blair- si no estuviera segura de que no te van las lentejuelas.
La oportunidad perfecta. Justin la aprovechó.
-No estés tan segura.
Se produjo un momento de silencio antes de que Blair arqueara las cejas.
-¿Ah, sí? Jamás me lo habría imaginado.
-Necesito un disfraz.
______ se apoyó contra la encimera.
-Ya sé. Tienes que salir del edificio sin que te reconozcan...
Blair palmoteó.
-¡Sí! Tengo un par de chinelas que tal vez te quepan. Y un caftán te quedaría bien si te metiéramos un poco de relleno debajo. Y tal vez un turbante. No, mejor no. Demasiado caribeño.
Justin alzó una mano.
-Espera, espera. No pienso vestirme de mujer.
Blair se desmoronó.
-Pero entonces no tiene gracia la cosa.
-Esto no es por diversión.
-Debo discrepar. Todo en la vida debe hacerse por diversión. La vida es como un cuenco de cerezas. ¿Si no para qué estamos aquí? -contestó Blair.
-¿En qué clase de disfraz estabas pensando, Justin? ¿En una gorra de béisbol? ¿En gafas de sol?
-Algo más que eso. Más bien en algo semipermanente.
-Pero... -______ frunció el ceño-. Una vez que te hayas marchado...
Justin se aclaró la voz.  

Algo Dulce - Justin Bieber y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora