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- Que inoportuno has sido en venir a mi casa justo hoy.

Le digo con un tono no tan amable mientras lo dejo entrar a mi casa.

Acaso me espía y sabe que mis padres se fueron de viaje. - Me pregunto- Aunque fue obvio, por las maletas gigantes que metieron esta mañana en la cajuela del auto.

Lo deje entrar solo porque estoy realmente aburrida.

- Por que dices justo hoy con tanto énfasis, acaso no puedo venir a saludar a una amiga.

Pregunta mientras cierra la puerta de entrada detrás de él y me mira fijamente con una sonrisa juguetona, mientras espera una respuesta o algún tipo de invitación para tomar asiento.

- Por que has venido, espero que sea algo importante, mis padres no me dejan entrar personas desconocidas mientras estoy sola en casa.

Le digo tratando de mostrarme seria ante la situación.

Tomo asiento en el sofá, el me sigue y se sienta en frente de mi.

- Me enteré de que vas a ir a la fiesta que se organiza mañana, eso es cierto.

Me pregunta mientras se inclina, hasta que sus codos se posan en sus rodillas y su cabeza queda encima de sus manos.

- Algún problema con eso.

- Solo quiero una respuesta.

- Y por qué crees que voy a responder a eso, así que viniste a interrogarme.

Le doy una mirada de superioridad.

- Solo vine a decirte que si estás pensando en ir, no lo hagas, ese tipo de fiestas siempre son demasiado.

Me quedo pasmada ante su petición.

- Demasiado? Acaso crees que no puedo manejarme por mi misma.

Le digo haciendo movimientos exagerados con los brazos.

- No es eso lo que he dicho pero si lo pones así, esta bien por mi.

- Escucha, no eres nadie como para decirme si puedo ir a una fiesta o no. Además ya tengo el permiso, no siempre logro conseguir uno.

Le digo mientras me levanto para ir a la cocina por jugo.

- Se que eres el tipo de chica que no va mucho a fiestas, se pasa en su casa aburrida y es muy probable que te guste leer. Creo que ni si quiera te gustan las fiestas.

Dice mientras posa su mirada en mi.

- No podrías saberlo. Y si voy a ir a la fiesta. Va a ser divertido, voy a llevar a mi mejor amiga. Tu vas?

- Tal vez me hagas ir.

- Oye, no necesito un niñero. Voy a estar con Mary, con Kathy y sus amigos, que podría pasar.

- No sabes lo que puede pasar, además estarás sola aquí en tu casa.

Dice, mientras se levanta para acercarse a donde estoy yo. Los dos nos sentamos en los taburetes que hay en el mezón de la cocina.

- Tu tampoco lo sabes, así que ya deja de decir lo que debo o no debo hacer, hablas con tanta seguridad. Como si me conocieras... Por cierto, como sabes que estaré sola.

Le pregunto mientras pongo una bandeja de galletas en medio de nosotros.

- Vi a tus padres sacar unas maletas y meterlas en el auto ayer. Tranquila no te vigilo o algo como eso.

- Pues parece como si así fuera.

Me meto una de las galletas a la boca, han quedado realmente buenas, las hice esta tarde, para combatir el aburrimiento.

- Y a donde se fueron tus padres?

- Se fueron a un viaje de negocios desde el miércoles y regresan el día domingo en la tarde.

Que tonta, no debí haberle dicho el día de partida ni el de llegada.

- Interesante.

- Eso es lo que conlleva trabajar en una de las empresas más importantes del país. Lo bueno es que trabajan juntos, aunque en diferentes áreas.

Le cuento sobre el trabajo de mis padres mientras escucha muy atentamente sin hacer ningún tipo de interrupción. Solo asiente.

- Viajan siempre juntos porque mi mamá es la asistente del jefe de la empresa y mi padre es el jefe del área de marketing. Y además son muy buenos amigos del señor Collins, que es el jefe de la empresa en la que trabajan.

«Viajan los tres con una comisión especializada para expandir los negocios a otras ciudades.

«La matriz es aquí, por eso me tuve que mudar, porque el señor Collins quería tener a mis padres trabajando con el, en la matriz. Pero hay sucursales en dos ciudades más, para el señor Collins no es suficiente, quiere tener al menos unas cinco sucursales en todo el país.

Termino de contarle, me levanto y recojo el plato de galletas y lo lavo.

- Quieres algo de tomar?

Le pregunto mientras saco una botella de jugo se mora, porque yo si siento que mi garganta esta tan seca que cuando le ofreci algo para tomar a Nate me atore y toso muy fuerte.

Se levanto y golpeó suavemente mi espalda.

- Si que me has hecho hablar hoy.

Me incorporo y saco otro jugo para Nate, el lo coge, agradece y vuelve a sentarse en el mismo taburete.

- Dime por que no quieres que vaya a la fiesta. Si me dices la verdad tal vez no vaya. Claro que depende de la razón que sea.

Vuelvo a mi asiento, en el taburete de la cocina, esperando una respuesta válida.

- Simplemente no quiero que vayas Marcie.

- O sea que vienes a mi casa, me dices que no vaya a una fiesta, ni si quiera me dices por que y esperas a que te haga caso.

Me mira como si hubiera algo que descifrar en mi.

- Iré, no puedo creer que me hagas ir.

Mira hacia abajo, haciendo rodar su botella de jugo, creo que es una mirada de desepcion la que se pasea por sus ojos. Me está haciendo sentir mal por no confiar en el.

- Si no quieres que vaya, por que no me dices lo que pasa. No puedo simplemente no ir porque tu me lo dices. Es obvio que hay una razón, si me la dices nos evitaremos mañana ese viaje hasta la fiesta.

Me mira con una pequeña sonrisa que apenas se ve.

- Me tengo que ir, nos vemos mañana en la fiesta.

- Esta bien.

Le digo, mientras me levanto para acompañarlo hasta la puerta.

Nos despedimos y se aleja hacea su casa.

Son las once de la noche, me muero del sueño.

Aseguro las puertas y ventanas, dejo limpio el mezón, me cepillo los dientes y me encierro en mi dormitorio.

Por que no quiere que vaya a la fiesta, acaso piensa que soy tan inmadura, que no voy a poder controlarme o que voy a enloquecer ya que no están mis padres y podría aprovechar y emborracharme cuanto yo quiera.

No creo que piense eso, cuando me dijo que no fuese, el por qué parecía ser algo más profundo que esas hipótesis mías.

Mi Vecino FavoritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora