Capítulo 13

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Una semana ha transcurrido desde el regreso de Demian a Italia. Desde que su padre le informo que se tenía que casar, el pelinegro no ha querido ir a la casa de él, evitando todo contacto con su supuesta familia.

En todo ese tiempo se ha estado hospedando en la residencia de Carlos; en compañía de su amigo Dylan, que hace tres días su salud ha decaído, llegando al extremo de desmayarse.

-Ya te dije que estoy bien Demian, solo fue un simple mareo- dice el castaño sentado en la cama que compartía con su pareja Mateo.

-Sí, no me digas- dice con ironía el pelinegro- ayer te desmayaste cuando estábamos en el jardín Dylan. No le quise decir a Mateo porque tú me lo pediste, pero hoy se lo diré si o si

-¿Decirme que cosa?- El oji verde estaba apoyado en el lumbral de la puerta mirando interrogante al pelinegro.

-De algo sin importancia Mateo- decía el castaño nervioso.

-A mí la cara de Demian me dice lo contrario- dice caminando hasta nosotros.

La habitación se llenó de un silencio que ninguno de los presente quiso romper. El pelinegro esperaba que su amigo le dijera lo que realmente le pasaba, pero en ningún momento mostro indicios de querer hablar, así que decidió ser el que le contaría todo al de ojos esmeralda.

-Por lo visto no se lo quieres decir- suspira el pelinegro mira directamente a los ojos verdosos de Mateo- Desde que llegamos a Venecia la salud de Dylan ha decaído. Ha estado con vómitos, mareos y ayer se desmayó en el jardín.

-Es por eso que hace en días que actúas extraño. ¿Por qué no me lo dijiste?- le pregunta el oji verde a su pareja.

-No quería preocuparte y ser una molestia para ti- dice apenado el castaño.

-No eres una molestia para mí y es obvio que me preocupo por ti- el oji verde abraza protectoramente al castaño.

-Yo sugiero que lo lleves a un hospital- le comenta el oji azul.

-Eso es lo que voy hacer; así que Dylan arréglate que nos iremos al hospital. Iré a preparar el auto- Mateo se separa del castaño, yéndose de la habitación dejando solos a Demian y Dylan

-Bueno, es mejor que yo también me valla.

-Ahora te vas y me dejas solo maldito

-Tengo algunas cosas que hacer, además no estarás solo pronto Mateo llegara hacerte compañía, y no quiero tocar el violín- se dirige a la puerta del cuarto- adiós, llámame cuando te digan que tienes.

-Está bien.

Demian~

Estaba caminando solo por un parque que estaba cerca del centro comercial; observaba distraídamente a las parejas que estaban tomadas de las manos demostrándose el afecto que sentían el uno al otro. Me siento en unas de las bancas del lugar sin darme cuenta de la persona que estaba al lado mío.

-Hola- dice el extraño. Volteo a verle, llevándome una grata sorpresa.

-Hola- le respondo tajante.

-Sí que has cambiado Demian- dice mirándolo de reojo

-Ahora no me llamas rata, ¿será por qué estoy comprometido con tu hermano Joseph?- le encaro

-No es por eso- suspira- Me di cuenta de los errores que cometí en el pasado y quería pedirte perdón. Sé que estuvo mal lo que te hice, pero era tan inmaduro en ese tiempo.

-Me sorprende que el gran Joseph pida perdón, lo encuentro tan irónico. No espera, acaso tus amigos deben de estar escondidos grabando todo lo que conversamos.

"Me perdiste y ahora soy feliz sin ti."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora