Historias de Hogwarts I: la Décima

15. La última oportunidad

Megan, cansada de perseguir la quaffle, comenzó a mirar alrededor.

"¿Dónde estará la maldita snitch?"

Llevaban mucho tiempo jugando. El partido se estaba alargando demasiado, y para colmo el frío invernal cada vez era más intenso. La niebla tampoco ayudaba mucho. Cuando Megan levantó la vista para observar mejor las nubes un copo de nieve le cayó en la mejilla.

"Lo que nos faltaba" – se maldijo hacía sus adentros. Si empezaba a nevar sería mucho más difícil encontrar la snitch...

- ¡RÁPIDO, IAN! – chilló John Bennet desde los aros en su puesto de guardián.

Megan giró la cabeza y observó cómo su amigo se lanzaba a toda velocidad hacia el lado opuesto del campo. La buscadora de Ravenclaw le seguía de muy cerca. La túnica verde de Ian parecía fundirse con el viento, el muchacho echó todo su cuerpo contra la escoba mientras soltó una de sus manos para alcanzar un objeto dorado que ya estaba a su alcance cuando...

Megan sintió un vuelco al corazón, ¡por fin había descubierto la snitch! Sin embargo, todo el público miraba hacia las gradas de los profesores.

Se había formado un tremendo alboroto: la profesora Arundell trataba de agarrar al profesor Jake Blake que chillando señalaba hacía la grada decorada con el águila y los colores azules y plata de la casa de Ravenclaw.

- ¡Está allí! – creyó entender Megan desde el campo de juego. - ¡ES ELLA!

La profesora McGonagall llegó acompañada del abuelo Bennet, que junto con un auror del Ministerio, habían ido a ver el primer partido de la temporada.

Cuando Blake sacó la varita apuntando de forma amenazadora la grada de Ravenclaw, donde los alumnos habían echado a correr espantados al conocer las intenciones de su profesor, Robert Bennet, rápido y ágil, echó hacía atrás su gruesa capa verde botella y descubrió su varita.

- ¡Desmaius!

El auror fornido que acompañaba al abuelo consiguió agarrar a tiempo a Blake antes de que este cayera aturdido encima de la profesora Arundell, que todavía no se había repuesto del empujón.

Megan, todavía desconcertada, sacudió la cabeza y recordó de golpe que se encontraba en el campo de juego. Volvió de nuevo la vista hacia Ian Faulkner pensando que quizás ya tendría la snitch, pero se equivocaba: su amigo, con la boca abierta, observaba lo que estaba ocurriendo en las gradas de los profesores. Por otro lado, la buscadora de Ravenclaw se lanzaba en picado hacia donde se encontraba la pequeña pelota dorada.

- ¡Idiota! ¿A qué estás esperando? – Megan se acercó hacia donde estaba Ian y con la escoba la empujó para que volviera al juego. Ian se tuvo que sujetar fuertemente a la escoba para no caer, pero al momento ya estaba volando a toda velocidad hacia donde se encontraba la buscadora de Ravenclaw.

-Vamos, vamos...ya casi la alcanzas...vamos...-Megan cruzaba los dedos desesperada mientras su amigo se acercaba a la buscadora.

- ¡Ravenclaw atrapa la snitch consiguiendo 150 puntos! – gritó el comentarista mientras sujetaba fuertemente el micrófono. Tampoco quería perderse lo que estaba ocurriendo en las gradas de los profesores – Ravenclaw: 200 y Slytherin: 190, ¡RAVENCLAW GANA EL PARTIDO!

Los alumnos de la casa del águila que aún quedaban en las gradas, algunos desconcertados por lo que acababa de ocurrir y otros ya totalmente olvidados, comenzaron a tirar bufadas y gorros al aire mientras festejaban la gran victoria de Ravenclaw en el primer partido de la temporada.

Megan, con los ojos muy abiertos y cierta incredulidad, se lanzó en picado hacia donde se encontraba Ian. El muchacho ya se había bajado de la escoba totalmente abrumado. La nevada cada vez se hacía más intensa y algunos copos de nieve adornaban su oscuro cabello.