Alison.
Cuando por fin oí a Matt salir del pequeño baño entré yo. Lo había dejado todo colocado a la perfección. Era un baño bastante pequeño, pero para una persona sola tampoco era necesario tener mucha amplitud.
Me había dejado encima del lavabo dos toallas amarillas, miré al espejo que seguía empañado y descubrí algo que me saco una gran sonrisa. Había algo escrito.
Gracias por alegrarme el día.
Matt era simplemente genial. No entendía porque no tenía novia, era un chico súper guapo, era alto y moreno, tenía una sonrisa preciosa, y su cuerpo era de 10. Él nunca me había hablado de alguna pareja, pero lo prefería. No es que yo fuera celosa, pero no me agradaba la idea de ver a Matt con otra chica.
Me metí a la bañera, no quería tardar mucho, pues Matt me había dicho que había quedado con su madre a las 14:00 y eran casi las 12:30, tenía que darme prisa. Me di una ducha rápida lavándome el pelo.
Decidí rizármelo, ya que Matt no me había visto con el pelo rizado aún, en realidad mi pelo era rizado, pero me gustaba más llevarlo liso. Cuando ya tenía el cabello listo, me maquillé un poco, me eché base y un poco de colorete, quería darle color a mis mejillas. Después me pasé el eyeliner azul que me había comprado, el azul era el color favorito de Matt, y también el mío. Me di un poco de rímel y me pinte los labios de rojo. Ya estaba lista.
Solo me faltaba vestirme y nos podríamos ir, Matt me había dicho que su madre vivía a las afueras de Londres, y que tardaríamos casi 45 minutos en llegar porque seguro que habría atascos, era miércoles y en horario laboral es más complicado moverse por la ciudad en coche sin pillar algún atasco.
Miré en mi armario indecisa sobre que ropa llevar, pero por fin lo vi, el vestido negro que me había comprado por si acaso, ese día lo utilizaría, tal vez fuera un poco formal, pero conocer a esa señora lo valía. Me puse unas medias de color carne y unas bailarinas rojas.
Me miré por última vez en el espejo y salí cerrando la puerta tras de mí.
Matt estaba, como siempre, esperándome sentado en el salón. Tenía la tele apagada y la cara escondida entre las palmas. Me pareció oír un sollozo.
Bajé todo lo rápido que pude las escaleras y me senté a su lado. Le puse la mano encima de la rodilla y él me miró, tenía los ojos rojos y algunas lágrimas le caían de ellos.
-Me acaban de llamar del hospital, se han llevado a mamá muy grave, voy a ir a verla, pero no quería irme sin avisarte primero.
-Matt, voy contigo.
-¿Quieres venir Alison?-Me preguntó incredúlo.
-No tienes que preguntarlo si quiera, estoy aquí para ayudarte, y ahora mismo me necesitas.
Me dio un abrazo en modo de agradecimiento y salimos de casa.
Ya en el coche no pude evitar preguntarle que le había pasado a su madre.
-Lleva unos años con problemas respiratorios, al principio pensábamos que tenía alergia y lo que le pasaba era asma. Pero pasó la primavera, llegó el otoño y seguía igual. Decidimos ir al médico a ver porque le pasaba eso y se dieron cuenta de que tenía problemas en los pulmones, y eso necesita de una operación, pero con mi salario no teníamos para pagarla. De momento está tomando unas medicinas, pero cada día va a peor. Y tengo tanto miedo de que le pase algo y me falte Alison. Es la persona más importante de mi vida.- Dijo llorando, parecía tan vulnerable así. Me limpié una lágrima que recorría mi mejilla, no recordaba haber comenzado a llorar.
-Matt juntos vamos a ayudar a tu madre, veras como se recupera y todo se soluciona. No te preocupes por eso. Oye, ¿puedo hacerte una pregunta?- Él asintió.- ¿Y tu padre? Nunca me has hablado de él.
-¿Mi padre? No tengo, nunca lo he conocido. Mi madre ha sido mi padre y mi madre, nunca ha querido contarme nada sobre él, solo sé que la dejó embarazada y la abandonó, a ella y a mí. La verdad nunca he querido saber nada sobre él, ni antes ni ahora. Mi madre y yo somos felices juntos.
No quise preguntarle nada más, pues notaba como hablar de ese tema le dolía. Seguimos el resto de la trayectoria en silencio.
Cuando llegamos al hospital Matt se acercó corriendo a recepción preguntando por su madre.
-Amber Scott.
Asique así se llamaba su madre, Amber. Nunca me había dicho su nombre.
Una enfermera le dio las indicaciones necesarias para llegar a la habitación de su madre.
Yo me acerque a él, le cogí de la mano para transmitirle mi apoyo y nos encaminamos juntos hacia la habitación de Amber.
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Cuidado con lo que eliges.
RomanceComo si fueran pocos los días que llevaba ahí encerrada, seguían y seguían sumando, había perdido la cuenta. No tenía compañía, no tenía nadie con quien hablar, nadie salvo él, la persona que la había llevado a ese oscuro y frio lugar. Su secuestrad...