Matt.
Compré el billete de avión para la semana siguiente, pues esta semana tenía que terminar unos asuntos relacionados con mi madre. Además, tenía que darle su espacio a Alison, no quería llegar a Liverpool y agobiarla con mi presencia, después de todo lo que le había hecho probablemente ella no quería verme.
Salí de la agencia de viajes con una sonrisa en la cara, pensando que en menos de 7 días volvería a ver a Alison. Fui directamente a casa, durante el camino no paraba de pensar, mi cabeza era un hervidero de preguntas y de temas que tenía que resolver antes de volver a verla. Decidí que lo primero que tenía que hacer era ir a hablar con la causa de mi problema, Kelsey. Tenía que saber exactamente qué había pasado esa noche, porque yo no me acordaba de nada, solo sabía lo que ella me había contado, yo estaba, y estoy locamente enamorado de Alison, y sé que no tocaría a otra chica ni borracho.
Otro asunto que tenía que resolver era el de Alan, no podía llamarle padre, porque yo solamente tenía madre. Me di cuenta tarde de que enfadarme porque mi madre me lo hubiera ocultado era una tontería, mi madre, aunque no me hubiera dado la vida, fue la que me ha dado la mejor vida que he podido pedir, mi madre ha sido la que me ha ayudado siempre a ser la persona que soy ahora, mi madre ha sido la mujer más fuerte que conoceré jamás, mi madre es y será siempre eso, mi madre. Y no puedo estarle más agradecido de todo. Pero he de admitir que al enterarme me dolió, me dolió saber que mis verdaderos progenitores no me habían querido, me dolió pensar en lo mal que lo tuvo que pasar mamá cuando su marido la abandonó por elegir quedarse conmigo y me dolió que me lo ocultara tantos años. Pero pensándolo ahora, en frío y con los preciosos ojos de Alison en mi mente, me daba cuenta de lo estúpido que fue enfadarme por una tontería así, y le estoy agradecido por haber decidido quedarse conmigo y por haber cuidado de mí siempre.
No quería saber nada de ese hombre, Alan, pero tenía que resolver ese tema, debía saber la verdad acerca de mi vida y de mi procedencia, y quería saber por qué había abandonado a mi madre.
Y sobre todo, el tema más importante que tenía que tratar era el de Alison, el amor de mi vida, jamás había tenido nada tan claro como eso, amaba a esa mujer, amaba cada parte de ella, amaba sus preciosos ojos marrones, esos ojos que sabían exactamente como mirarme para que me derritiera, amaba como me miraba cuando hacía algo que no le gustaba, amaba la cara de interés que tenía cuando leía y como me sonreía cuando se daba cuenta de que la estaba observando. Alison era todo lo bueno que me había pasado en la vida, y tenía que recuperarla, tenía que hacer lo que fuera por ella, porque ella me había dado todo. Ella, en este momento, era todo para mi.
Sin darme cuenta había llegado a mi portal, entré a casa con las ideas más claras que nunca. Iba a recuperar a mi chica, pero primero iba a saber que había pasado exactamente la noche que me fui con Kelsey.
Con decisión cogí mi teléfono y marqué su número de teléfono, contesto al tercer tono con esa voz chillona que la caracterizaba.
- Hola Matt, que sorpresa que tú me llames. ¿Necesitas algo?- Noté un toque de ironía en su voz.
- No vayas por ahí Kelsey, tenemos que hablar de lo que pasó la noche del entierro de mi madre, y tiene que ser ya, así que dime cuando nos vemos y donde, es muy urgente.
- ¿No te quedó suficientemente claro la otra noche cuando te lo expliqué qué quieres volver a oírlo? ¿o es que quieres repetir Matty?- Soltó una pequeña risa que hizo que apretara los puños con tanta fuerza que me clavé las uñas en la palma de la mano.
- Kelsey para, quedemos en veinte minutos en el bar de la esquina de mi calle.
- Vale, tranquilo, el otro día no estabas tan enfadado Matt. Nos vemos en veinte minutos cariño.- Y colgó sin dejarme contestarle, pero lo prefería porque hubiera soltado una serie de improperios que no debería decir.
Tranquilo porque iba a solucionar este asunto, cogí mi chaqueta y me dirigí hacia el bar donde había quedado con ella en veinte minutos.
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Cuidado con lo que eliges.
RomanceComo si fueran pocos los días que llevaba ahí encerrada, seguían y seguían sumando, había perdido la cuenta. No tenía compañía, no tenía nadie con quien hablar, nadie salvo él, la persona que la había llevado a ese oscuro y frio lugar. Su secuestrad...