Alison.
Las semanas iban pasando y mamá seguía igual, no veíamos mejora alguna por su parte, pero tanto mi padre como yo teníamos esperanzas de que saliera de esta. Toda mi familia había venido a ver tanto a mi madre como a mí, pero no había dado muchos detalles de lo que había pasado para que me fuera, no me apetecía hablar del tema con gente de mi familia que prácticamente no conocía. Sam y Anna habían estado conmigo todo el tiempo que podían, tenían que ir a clase también, yo había perdido la mitad del curso, y estando mi madre en el hospital lo último que me apetecía era ir a clase, asique en verano haría clases particulares para presentarme a los exámenes de septiembre y pasar de curso. Siempre se me había dado bien estudiar, nunca había tenido malas notas, y sabía que si volvía a clase todo se complicaría, las miradas de mis compañeros. Mi madre en coma. Mis pensamientos en Londres.
Eso me hizo recordar a Matt. Desde que me llamó para decirme que la operación de Amber se había retrasado no hemos vuelto a hablar, me mandaba algún mensaje que otro pero no era lo mismo, la relación se estaba enfriando. De todas maneras no tenía tiempo para hablar con Matt. El tiempo que no pasaba en el hospital lo pasaba con las chicas o con Jack, desde nuestra última conversación nos habíamos hecho inseparables. Teníamos una amistad mejor que la de muchas personas. Me contaba todo lo que le pasaba. Tenía novia, Mía, y eran muy felices, él estaba ilusionado de verdad. Al principio a la chica no le hacía gracia que él y yo nos lleváramos tan bien, ya que habíamos tenido una historia mucho tiempo. Pero cuando Jack le contó que nuestra relación era más una relación de amistad y que nunca había llegado a sentir por mí lo que sentía por ella, se relajó, incluso ha venido a verme algún día al hospital.
En cierto modo sentía envidia por ellos. Podían pasar todo el tiempo del mundo juntos, hablaban a todas horas y no se cansaban. Sin embargo, Matt y yo éramos todo lo contrario. Él no se preocupaba por llamarme, y mi orgullo me lo impedía a mí.
Hasta que un día por fin se decidió a marcar mi número de teléfono.
-¿Si?-Contesté incrédula al ver su nombre en la pantalla.
-Hola Al...-Su voz sonaba más apagada.- ¿Cómo va todo?
-Aquí está todo igual, mi madre sigue en coma y no sabemos nada más, ni cuando despertara, si lo hará, si estará bien. Nada. ¿Y por allí?
-Bueno, mamá lleva unas semanas ingresada, por eso no he tenido tiempo para marcarte, lo siento de verdad. No sabemos lo que tiene, empezó a sentirse mal de un día para otro y la llevé al hospital pensado que era un simple resfriado que le había afectado más de lo normal. Pero pareció ser que no era así. Aun así no saben qué es exactamente lo que le pasa. Y aún no la han operado porque hay muchos riesgos de que salga mal. Estoy desesperado Al.-Sollozó al otro lado de la línea.
-Matt eso es terrible. Tenías que habérmelo dicho antes.-Le reproché.
-Lo sé, y lo siento, pero solo podía pensar en estar con mamá aquí, en no separarme de ella por si le pasaba algo peor.
-Matt no digas eso, tu madre es una persona muy fuerte. De las más fuertes que he llegado a conocer. ¿Recuerdas cuando estuve contigo en el hospital? Se recuperó muy rápido. Seguro que esta vez es igual. Dale tiempo y dentro de nada estará contigo.
Oí que mi padre me llamaba desde la cocina. Habíamos ido a casa a cenar juntos, con mamá se habían quedado sus hermanos, que por cierto los había visto cuatro veces escasas, pero ellos insistieron en que nos fuéramos a descansar que ellos se quedarían con mi madre.
-Oye... tengo que colgar. Mi padre me está llamando para ir a cenar.
-Vale Alison. Cuídate.
-Lo mismo digo Matt. Cuida de tu madre. Llámame pronto.
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Cuidado con lo que eliges.
RomansComo si fueran pocos los días que llevaba ahí encerrada, seguían y seguían sumando, había perdido la cuenta. No tenía compañía, no tenía nadie con quien hablar, nadie salvo él, la persona que la había llevado a ese oscuro y frio lugar. Su secuestrad...