Había caído tropezando con la misma piedra demasiadas veces. La herida que se había formado en mis rodillas comenzaba a llegar al hueso.
Siempre me había sentido atada a mí misma, amarrada a una roca con mi propio nombre que se hunde en el océano y me arrastra a mí con ella.El sonido de una rama romperse tras de mí obligó a mis pies a girarse. Observé el gran claro que se extiende ante mí. Sentí como una, no tan suave ni cálida, brisa me golpeaba y cerré los ojos.
-Evelyn, cariño...- era la voz de Erick.- Evelyn...
Abrí los ojos de golpe, me había quedado dormida mientras veíamos una película. Desperezándome me incorporé. La noche había caído y el cuarto de Erick se había convertido en una penumbra en la que apenas se lograba distinguir la forma de algún mueble.
-¿Qué hora es?- pregunté todavía confusa.
-Tarde.- mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad y ya podía ver a Erick sonreír.- Eres preciosa mientras duermes ¿sabías?- negué mordiéndome el labio inferior y dejé salir una pequeña risa que él calló al posar sus labios sobre los míos.- También hablas en sueños.- susurró todavía demasiado cerca de no boca.
-Debería irme. Mi madre estará preocupada.- me puse en pié buscando el interruptor de la mesilla de noche.
-Jim sabe que estás aquí y tu madre cree que duermes con Lauren. Quédate esta noche. No estaré el fin de semana. Podemos despedirnos a lo grande.
Sus palabras provocaron un nudo en mi garganta. Sabía lo que quería, a lo que se refería, sexo. Y yo no. Miré de nuevo el reloj despertador que estaba en la mesilla del lado izquierdo de la cama. Las dos de la madrugada. Antes no había logrado verlo porque el cuerpo de Erick me lo tapaba. Analicé la situación. Mi madre creía que me encontraba en casa de Lauren preparando un examen y que me quedaría a dormir allí. Si aparecía ahora ahí sería cuanto menos extraño.
-Está bien, ¿me dejas algo con lo que dormir?- pregunté suspirando.
-Coge en mi armario la camiseta que quieras. Puedes cambiarte aquí, yo iré a buscar algo de comer, tengo hambre. ¿Quieres que te traiga algo?- negué con la cabeza.- Está bien, vengo ahora.- besó mi frente y salió de la habitación con una amplia sonrisa dibujada en su rostro.
Abrí las puertas del armario rezando para que tuviese algo de manga larga. Camisas. Prácticamente tenía un armario lleno de camisas. Cogí una de cuadros azules y negros y me la puse sin abrochar los dos primero botones. Me dejé las mallas que llevaba puestas y me deshize el moño que sujetaba mi pelo.
-Guau.- escuché tras de mí. - Te queda muy bien, pero estaría mejor si estuviese en el suelo de mi habitación.- me tensé al instante.
-Erick, tengo algo que contarte.- pude ver como la expresión de su rostro cambiaba.
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Light ||Luke Hemmings||
Random—Vosotros cuatro habéis cambiado mi vida. Sois mis cuatro idiotas. ••• —Soy fuego, y tú pura gasolina.— mis ojos conectaron con los suyos y de nuevo un deseo voraz inundó mi cuerpo. —Llámame pirómano, pero no me importaría ver esta cama arder.— y aq...