-¡Evelyn es tuya!- las sabias palabras de Lauren llegaron demasiado tarde, y para mi desgracia la pelota de voleyball impactó contra mi cabeza provocando que mi trasero se sintiese terriblemente atraído por el suelo.- Oh Dios mío, ¿te encuentras bien?- asentí, pese a que un zumbido martilleaba mis oídos. - Será mejor que te acompañe a la enfermería.
-Ya me encargo yo.- Michael se agachó ayudándome a incorporarme.
- Uy, no sabía que los cerdos hablaran- La Lauren agradable que hacía menos de un minuto se había preocupado por mi estado, pese a que el golpe había sido totalmente por mi culpa, había desaparecido. Michael miraba al suelo con las manos dentro de sus bolsillos. No entendía por qué ambos actuaban de esa manera tan extraña cuando coincidían en una habitación.
-Oink, oink.- Michael reprodujo el sonido de un cochinillo y ambas lo miramos como si no acabasemos de comprender que clase de drogas consumía.- ¿Qué? Los cerdos si hablan, pero no inglés, por eso no los entendemos.
-¿Seguro que no has sido tú quien se ha golpeado la cabeza?- Pregunté.
-Tiene sentido.- protestó colocándose tras de mi y apoyando su mano derecha en mi espalda.-Bueno, vamos a la enfermería.
Salimos del gimnasio tras informar a la profesora de lo ocurrido. El pasillo por el que Michael me llevaba era completamente desconocido para mi, probablemente si me dejara sola ahí sería incapaz de regresar por mí misma. Aunque debo admitir que tampoco estaba enterada de la existencia de una enfermería en este instituto.
-¿Qué hacías en el gimnasio?- pregunté intentando romper el incómodo silencio que se había formado.
-Pasaba por ahí.- se encogió de hombros.
-Pero tenías química, el laboratorio está al otro lado.- frenó en seco colocándose frente a mi.
-¿Quién te crees? ¿Mi madre? ¿Mi novia? Dime quien coño te crees. Te estoy salvando el culo y tú me interrogas cómo si fuese un puto criminal.- alzó la voz.
-Lauren me podría haber acompañado. Tú te ofreciste, yo no te he pedido nada, y tampoco te he interrogado. Sólo te he hecho una pregunta.- Ahora estábamos los dos gritando en medio del pasillo.
-Lo siento enana, esta noche no he dormido y estoy un poco susceptible.- sus brazos rodearon mi cuerpo. Ese cálido abrazo hizo que mi enfado se desvaneciese, dejando paso a un sentimiento de ternura y cariño.
-No pasa nada, vamos.- agarré su mano y tiré suavemente de él hasta una puerta con un letrero blanco con unas letras rojas en el que ponía: Enfermería.
(...)
-¡Evelyn! ¿Qué tal la cabeza?- gritó Luke cuando me senté frente a él a la hora del almuerzo.
- ¿Ya me vuelves a hablar Hemmings?- Erick se sentó a mi lado y me dedicó una pequeña sonrisa.- ¿Qué habéis dado en francés?
-No me he enterado, algo sobre baguettes, croissants y panninis.- se encogió de hombros mientras revolvía su plato de pasta.
-Pannini es una palabra italiana, imbécil.- dije soltando una pequeña risita.
-Hablando de italianas, ¿habéis visto a la de intercambio? Está para comérsela. - exclamó Calum haciendo exagerados gestos con las manos.
-Llegas tarde, ya se la ha comido Jim.- esta vez habló Erick.
-Sólo lleva una semana en el instituto y ya se ha ligado a cuatro tías.- Luke parecía realmente impresionado por las dotes que tenía mi hermano para ligar. Yo estaba acostumbrada, y sinceramente era algo que me desagradaba. La forma en la que jugaba con ellas, les decía lo que querían oír solamente para conseguir su objetivo: añadir su nombre a una horrible lista pegada en la puerta de su armario.
ESTÁS LEYENDO
Light ||Luke Hemmings||
Acak—Vosotros cuatro habéis cambiado mi vida. Sois mis cuatro idiotas. ••• —Soy fuego, y tú pura gasolina.— mis ojos conectaron con los suyos y de nuevo un deseo voraz inundó mi cuerpo. —Llámame pirómano, pero no me importaría ver esta cama arder.— y aq...