Capítulo 13

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Entré en el cuarto oscuro tanteando con las manos las rugosas paredes, probablemente se tratase de ese horrible gotelé. Busqué el interruptor de la luz sin éxito alguno. Un cuerpo se pegó por completo a mí. Sentía su respiración pesada chocar contra mi cuello, haciendo que mi corazón comenzase a latir mucho más rápido de lo que debería. Su frío aro rozó mi piel. Sabía lo que estaba haciendo, me estaba torturando. Cerré los ojos tratando de calmarme. "No puedes besarle" me repetía a mí misma una y otra vez, como si ese mantra me ayudase a mantener el control sobre mi propio cuerpo.

—Lo encontré.— dijo encendiendo la luz y separándose de mí lentamente, dejándome profundamente frustrada y helada por la ausencia de su contacto.

Quitó sus zapatillas pisando el talón y lanzándolas a un punto al azar de la habitación. Sabía lo que tocaba ahora, sabía que poco a poco se iría desvistiendo para provocarme; pero para mi sorpresa no hizo eso. Se acercó a mí y comenzó a recorrer mi mandíbula con su dedo índice. Un cálido cosquilleo invadió mi cuerpo, provocando que tanto mi corazón como mi estómago diesen un vuelco, en el buen sentido.

En cuanto fui consciente de que había abierto los labios y pasado mi lengua por ellos, di un paso atrás. No pensaba perder la apuesta, y a decir verdad tampoco quería que Luke la perdiese. Había sido una tontería habernos metido en esa situación. O quizás sí deseaba que me besase.

Me giré dándole la espalda y sacudí la cabeza, tratando de alejar esa absurda idea. Yo estaba con Erick. Yo quería a Erick. ¿Lo quería? No podía asegurarlo, pero sí me gustaba.

Mierda. Pensé cuando las frías manos de Luke rozaron mi cuello para apartar mi pelo. Lo enredó sobre sí mismo haciendo una especie de coleta y lo pasó por encima de mi hombro.

—¿Sabes lo que te haría ahora mismo?

Su aliento chocó contra el hueco de mi cuello. Su boca estaba tan cerca de mi piel que podía sentir como sus labios me rozaban. Alcé mi mano y la coloqué en su nuca, jugando con los mechones de pelo más largos que llegaban hasta ahí. Me di la vuelta y me encontré con sus hermosos ojos azules mirándome. Se paseaban entre mis ojos y mi boca constantemente. Mordí inconscientemente mi labio inferior y él tragó fuertemente. Con la punta de mis dedos rocé su barba y dibujé la forma de sus labios. Se separó de mí frotando su rostro con sus manos.

—¿Eso es todo lo que tienes? No será suficiente. — carcajeó.

Sentí como si un balde de agua helada hubiera caído sobre mí. Había destruido mi autoestima con tan solo un par de frases. Bajé la mirada avergonzada, pero al hacerlo pude ver el bulto que se empezaba a formar en los pantalones de Luke. Sonreí de lado.

—¿Ah, sí? Pues tendré que jugar mejor, ¿no?

Lentamente quité mis zapatos de tacón y los dejé a un lado. Comencé a desabrochar mi camisa. Mis manos temblaban. No estaba muy segura de si era por el nerviosismo o por la excitación. Quizás era una mezcla de ambas con el añadido de que en la habitación había un máximo de quince grados.

—Creo que necesitas ayuda con eso.

Asentí suavemente, pero antes de que pudiera pedirle que me ayudase su mano ya se encontraba descansando ligeramente sobre mi pecho. Rodeo mi cadera con su brazo y me pegó a él. Sentía su corazón latir desbocadamente, o era el mío. No tenía muy claro que respiración, latido o gemido era de quién. La mano que descansaba sobre mi pecho subió hasta mi boca y allí su pulgar tiró despacio de mi labio inferior. No pude contener un suspiro.

-En mi opinión te sobra ropa.- murmuré mientras tiraba de su camisa ya desabrochada para que cayese al suelo.

-Esto no es una buena idea.- las palabras salieron atropelladas de su boca.

Light ||Luke Hemmings||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora