Noah
"La vida te sorprende cuando menos los esperas..."Esa había sido la frase para mi primer día en el instituto. Solía motivarme cada día con una diferente ¿razón? Mis compañeros. ¿Qué tenían que ver ellos? ¡Pues mucho!
Cuando vives en un condado muy pequeño como Dallas, Texas, tus compañeros suelen creerse dueños de todo el mundo y por ello, nadie les puede decir nada. Aún más si tu padre es benefactor del instituto y tienes dinero hasta para limpiar el excremento de tu perro.
Entonces cuando personas insignificantes para la sociedad como Noah Smith —o sea yo—, sufren de algún abuso, robo de su dinero, almuerzo, dignidad y demás, es vilmente ignorado cuando intenta hacer uso de sus derechos humanos. Toda una mierda, ¡lo sé!
En fin, esa había sido mi frase.
Salí de mi casa despidiéndome de mi madre y fui directo a la estación de autobuses; cuando este llegó, respire hondo intentando tomar un poco de valor de lo que me rodeaba, y patéticamente, fije mi mirada en una gran posta de mierda. ¡Genial!
Subí y recorrí con mis ojos a lo largo del mismo; y estaban los típicos grupos, al principio los de primero y segundo año, tercero hasta llegar a los de cuarto. Pasando a los nerd, los deportistas y hasta el final "los populares", quienes ven como carne fresca, lista para devorar a cualquiera fuera de su círculo.
Seguí mirando, hasta que encontré los bellos ojos azules que tanto buscaba, me acerque y me senté junto a mi mejor amiga: Amalía Clark.
—Hola. —La saludé, sonriendo y acomodando mis gafas.
— ¿Listo para nuestro primer día? —cuestionó con mucho entusiasmo.
—Ouh... ¿sí? —Pero era más una pregunta que una afirmación.
— ¡Vamos Noah! Será un gran día, ya lo veras. —Me animaba. Le sonreí en respuesta—. ¿Qué tal tus vacaciones?
—Aburridas —dije, resoplando. Mi amiga sonrió.
Y era la verdad, habían sido de lo más aburridas; mientras Lía las había pasado donde su padre en la playa, yo... había estado donde mi abuela, y lo único parecido a la playa, era la arena de la caja del gato. Si es que cuenta como algo.
Durante el trayecto; una que otra bola de papel había caído sobre nuestras cabezas como un misil, pero Lía y yo, habíamos aprendido a ignorarlos. Al bajarnos del autobús, Max Connor —alias el bravucón—, paso llevándose mi mochila. ¡Y aquí vamos!
—Fíjate por donde caminas —dijo, con una gran sonrisa de autosuficiencia, mientras su séquito de sanguijuelas le celebraban. Bufé molesto, estaba harto de todo y tenía unas enormes ganas de romperle su cabeza rapada, pero todo quedaba en eso... ganas.
—Tranquilo —dijo Lía, dándome apoyo, mientras dirigía una mirada mordaz a mi agresor y me alzaba de nuevo mi mochila, se alejaron riendo y burlándose. Lía me sonrió y entramos al pasillo principal—. ¿Notas algo nuevo en mí? —pregunto, mientras nos dirigíamos a la oficina de la secretaría; para recibir la clave de nuestro nuevo casillero. Fruncí el ceño, la miré de arriba abajo y negué en respuesta—. Oh vamos, haz el esfuerzo. —Sonreí ante su mohín. Volví a verla y enserio no notaba ningún cambio.
— ¿Te operaste? —pregunte, quizá por eso no notaba nada. Ella golpeó mi brazo—. ¡Auch!
— ¡Mi cabello tonto! —exclamó. Mi boca se formó en una "O"—, ¿qué te parece? —Lo llevaba corto hasta los hombros y se había pintado las puntas. ¿Cómo no había notado eso?
—Cool —respondí, ella rodó los ojos y suspiro—. ¿Qué? —pregunté confuso. Ella me sonrió, me tomo del brazo y nos apresuramos a la oficina.
Pasar sano y salvo de entre ese mar de estudiantes; era casi una misión imposible, pues cuando crees que no puede haber más gente, de la nada aparecen. Es como si las partículas del aire se transformaran en personas destinadas a no dejarte pasar.
Íbamos riendo, sobre un chiste que Lía contó, cuando sin darnos cuenta la puerta de la oficina se abrió y choque fuertemente contra alguien.
— ¡Mierda! —exclamaron. Abrí los ojos y mis gafas no estaban, ¡lo que me faltaba!
—Noah ¿estás bien? —Amalía se apresuró a ayudarme—. ¡Fíjate chica! —dijo molesta.
—Lo siento. —Se escuchó la femenina voz, observe en esa dirección y solo miraba un borrón amarillo y de otros colores más—. Ten tus gafas. —Torpemente las tomé y me las puse—. Disculpa... yo no... me fije.
—Deberías de hacerlo —gruñó mi amiga.
Mis ojos rápidamente se acostumbraron a poder ver; y con un poco de vergüenza alcé mi cabeza, debía disculparme, pues había sido imprudencia de ambos. Y que borrón más hermoso... ¡Jesús!
—Lo siento, ¿Estas bien? ¿Te llevo a la enfermería? —preguntaba la hermosa chica con quien había chocado. Sentí el codazo de Lía, logrando hacerme reaccionar.
—Oh... bien... si yo... bien... —balbuceé torpemente. Perfecto Noah, ahora pensara que aparte de ciego eres tartamudo.
—Lo lamento mucho. —Volvió a disculparse, pero me sentía en un trance—, Noah, ¿Así te llamas? —Pestañeé y asentí con la cabeza. Ella sonrió. ¡Oh mierda! Tenía la dentadura más perfecta—. Me llamo Melody Grace. —Tendió su mano, y por impulso pase mi mano por mi jean y luego respondí al gesto.
—Noah... es hora de irnos —dijo Amalía, volví a verla sonriendo como tonto.
—Claro, no los retraso más —respondió Melody—. Y disculpa otra vez. —Sonrió con un poco de pena. Amalía me agarró del brazo y comenzó a arrastrarme ¡Literalmente!—. Hasta luego Noah y amiga de Noah. —Se despidió con la mano y camino por el pasillo hasta perderla de vista.
Entramos a la oficina, pedimos nuestras claves. Lía tenía cálculo y yo tenía historia. Salimos y ella se fue directo a su clase sin despedirse de mí. Y eso era raro ¿Estaba molesta?, ¿por qué? La observé irse y luego camine a mi clase.
La clase de historia fue por demás extraña. No lograba hilar mis pensamientos del todo. A veces me perdía, y no escuchaba la explicación del profesor. ¿Qué me distraía? Su nombre: Melody Grace. Sí, esa chica que acababa de conocer estaba robando mis pensamientos.
Era absurdo, si a penas me dirigió la palabra. Pero ¡Diablos! La chica era hermosa.
Al terminar me fui al laboratorio de química. Tome una bata, las gafas de protección y me senté en una mesa de adelante. Justo antes de que tocara el timbre, Lía junto a la que robó espacio en mis pensamientos entraron.
Melody me sonrió y todo lo demás desapareció.
Numero de palabras: 1041
Juez: Sky_Black1999
N/A: ¡Bienvenidos a Besos Fugaces! Ya conoceremos a Amalía, espero la amen como yo *-*
Nos leemos pronto <3
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Besos fugaces © [COMPLETA]
Teen Fiction"Quien diría los problemas que un beso podía ocasionar" Noah Smith; esta en su último año de instituto. Él acostumbra a motivarse diariamente con una frase diferente. Amalía Clark; es la incondicional mejor amiga de Noah, pero su cora...