5. Pensamientos lujuriosos.

2.8K 401 209
                                    

Noah

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Noah

—Gracias. —Metí las manos en las bolsas de mi jean—. Tú... tú... también... digo... —Sonreí al tiempo que fruncía el ceño, se miraba muy nerviosa—... te ves... sexy. —Abrí mis ojos como platos ¿había escuchado bien?

— ¿Gracias? —pregunte un poco asombrado con su comentario. Luego le sonreí—. ¿Qué se siente tener un amigo sexy? —bromeé. Lía estaba como en shock, la sacudí levemente—. ¿Estás bien?

—Ah, eh, uh... oh si bien. —Comencé a reír, rodeé sus hombros con mi brazo y la hale para comenzar a caminar—. Espero no te tomes en serio lo de sexy. —Me incliné para verla, sonreía.

—Ten por seguro que nunca lo olvidaré. —Lía rodó los ojos—. Y de ahora en adelante seré Noah el sexy. —La escuché reír, y sonreí. Quería que olvidara todos sus problemas.

—No lo dije en serio, eh. Supéralo.

—Nunca.

Llegamos al centro comercial y fuimos directo al cine, en la cartelera habían varias películas geniales, en serio geniales para verlas en un día como hoy. Estaba mirando una marquesina con una de las que me gustaría ver.

—Ni lo sueñes, no la veremos hoy. —Volví a verla, y le hice un puchero—. ¡No!, basta Noah, no me hagas esa cara. —Ella me dio la espalda.

Po favo —dije imitando a un bebé, me situé frente a ella, y uní mis manos en señal de súplica—. ¿Shi? —Ella me estudio con sus asombrosos azules ojos, nunca había visto un azul tan intenso y profundo. Eran hermosos.

—Noah no me hagas esto. —Fruncí el ceño—. No me veas así. —Pellizque su mejilla.

—Lía. —Le sonreí—, escoge tú la película. —Acuñe su barbilla, y nuestros ojos se unieron en una extraña conexión, mi piel se erizo, y sin evitarlo mis ojos cayeron en sus rosados labios, sonreí y señale con mi cabeza la taquilla sin romper la unión—. Hay que ir a comprar los boletos, ¿cuál haz elegido? —Nos alejamos un poco y ella comenzó a evaluar película por película, mientras yo trataba de acomodar las sensaciones que recién había sentido. ¿Había querido besarla?

—Esa de ahí. —Señaló con su dedo índice—. ¿Qué dices? —Era una de las que habían llamado mi atención cuando llegamos, sonreí.

— ¿Segura que la quieres ver? —Ella asintió, y yo entrecerré los ojos—. Veamos esa. —Era una comedia romántica, qué sabía a ella le encantaría.

— ¿En serio? —pregunto tratando de ocultar su entusiasmo por esa película, asentí con la cabeza. En realidad no se miraba para nada mal—. ¡Eres el mejor!

—Lo sé. —Me tomo del brazo y corrimos a la taquilla.

Las luces se apagaron y todos los murmullos se acabaron. Comencé a comer de mis palomitas, esperando la película comenzará.

Besos fugaces © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora