13. No está bien.

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Noah

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Noah

Solo ese primer besó basto para darme cuenta de todo lo que sentía por Lía. Y eran sorprendentes todas esas sensaciones y emociones que emergían con solo sentir sus labios unidos a los míos en una deliciosa danza.

Llevé mis manos a su cintura atrayéndola más, besándola con ardor, intentando tomar todo de ella y dándole todo de mí. Lía enroscó sus brazos alrededor de mi cuello acercándonos si es que eso era posible.

— ¿Por qué no me lo dijiste antes? —cuestioné sobre su boca, anhelando no separarme nunca de sus labios, de ella. La sentí tensarse y alejarse.

— ¿Por qué hiciste esto? —preguntó llevándose una mano a sus labios—. ¿¡Por qué!? —dijo furiosa. Pestañeé confundido—. ¿Qué es lo que buscabas con hacer esto?

—Yo...

— ¿Y Melody?, ¿qué pasa con ella? Estás enamorado de ella, ¿no es así?

—Lía. —Di un paso hacia ella—. Lo que sentía por Melody era solo confusión. Y... lo que siento por ti, es más fuerte.

— ¿Cómo estás seguro de eso?, ¿cómo sabes si no te estás confundiendo? —Negué con la cabeza, temeroso del rumbo de esa conversación.

—Estoy seguro. —Pero no soné así—. Yo... yo estoy seguro. Lo que sentí cuando nos besamos fue mágico. Nunca antes me había pasado. Lía, todo este tiempo estuve ciego.

—Esto es una locura —susurró. Y tenía miedo de haberme dado cuenta de mis sentimientos demasiado tarde.

—Créeme cuando te digo que: no siento lo mismo por Melody a lo que estoy descubriendo siento por ti. —Tomé su rostro entre mis manos, obligándola a que me mirara—. Créeme, por favor... —Besé sus labios una y otra vez en un intento de borrar todas sus dudas.

—Esto no está bien —musitó alejándose de mí. No me creía y eso dolía, porque no sabía qué o cómo hacer para que lo hiciera—. No sabes las veces que soñé con un momento como esté. No sabes lo mucho que me dolía que luego que supieras lo que sentía por ti te alejaras. —Intenté decir algo pero no lo permitió—. No me buscaste y luego de todo eso, ahora que estaba decidida a olvidarte vienes y piensas que todo estará. ¿Tuviste que besarme para darte cuenta de lo que sientes por mí? —dijo. Estaba dolida.

—No es lo que piensas...

— ¿Cómo es entonces? —Abría mi boca y la cerraba, así varias veces—. Es mejor que te vayas. No era necesario que intentaras estar conmigo por caridad, adiós Noah. —Y cuando intenté detenerla salió corriendo escaleras arriba.

Caminé a mi casa, derrotado y vacío.

Esa noche no dormí nada. ¿Cómo hacerlo?, había sido un imbécil, ¿por qué no dije algo?, ¿por qué no le dije que me sentía incompleto sin ella, que la extrañaba y la necesitaba como el aire?, ¿qué moriría sin volver a besarla?, que... yo estaba enamorado de ella y sin saberlo toda la vida lo había estado. Pero era demasiado ciego y miedoso para descubrirlo.

Lía

Me había besado...

¡Jesús!, había sido como probar algodón de azúcar con mi lengua. Tanto que podía lamerme los labios y sentir su sabor... Abaniqué mi cara pues comenzaba a sentir que la temperatura subía. Cerré los ojos con fuerza, ¿qué debía hacer?, ¿olvidarme de todo e ir a buscarlo lanzarme a sus brazos y besarlo con pasión y lujuria?, pero... ¿y Bruce?, no podía hacerle eso. Pues por mucho que quisiera auto-negarme todo ese tiempo había alimentado su esperanza que algún día estuviéramos juntos.

Y aunque moría de ganas por decirle a Noah que lo perdonaba y que intentáramos algo, no podía. Pues temía que lo que él pensara era amor por mí, fuera nada más una ilusión, un sentimiento creado por él. No lo soportaría, sería mi autodestrucción.

Y por esa misma razón tuve decidí alejarme de él luego de ese beso que despertaba todos mis sentidos, que lograba mi corazón palpitara como una locomotora y de mi pecho brotaran fuegos artificiales. Pues por mucho que provocara todo eso en mí, ya no quería salir lastimada.

Por la mañana Bruce paso por mí, en el auto de su hermano, lo saludé y emprendimos el camino en silencio.

— ¿Paso algo? —Volví a verlo—. Estas muy callada. —Sentí el temor en su voz y eso me hizo pedazos, ¿debía decirle que Noah me había besado y quería intentarlo conmigo?—. Descuida sino quieres decirme, está bien...

—No es eso —dije sonriendo—, lo que pasa es que... —Me miró un segundo, suspiré intentando armarme de valor, debía contarle todo, él merecía saberlo. Le narré todo antes del beso y aquí venía la granada—, luego de eso me beso. —Lo observe tensarse y apretar el volante con fuerza.

— ¿Lo intentaras? —Lo miré sin saber qué decir—. Dime, ¿le darás una oportunidad? —Se parqueó dentro del instituto.

—No lo sé... yo... —Dio un golpe al volante provocando que me asustara.

—Luego de todo lo que hizo, ¿piensas darle una?

—Bruce, es parte culpa mía también. Nunca le dije nada y...

—No Lía, no lo es... por favor. Sé que puedo hacer que lo olvides, solo permítemelo. Sé que puedo hacerte feliz. —Su voz estaba rasgada de dolor y miedo. Y justo ahí mi corazón se partió, haciéndome sentir la mujer más desdichada del mundo. ¿Por qué no podía amar a alguien como Bruce?, quería corresponderle de la misma forma, pero no podía, mi corazón estaba enfrascado en sentir sobre una sola persona, sin importar todas esas veces que lo curé y enmendé, lo seguía amando.

—No puedo, lo he intentado... pero no puedo. —Las lágrimas acariciaban mi rostro—. Lo siento. —Alcé la cabeza para verlo y tenía sus ojos anegados. Cerré los ojos y salí del auto.

Noah

Durante toda la mañana intenté acércame a Amalía pero cada que me miraba salía corriendo, huyendo de mí. Y me hallaba perdido y con cada minuto que pasaba sentía como mis sentimientos por ella comenzaban a emerger. Ya no cabía ninguna duda, mi corazón le pertenecía.

—Te notó triste, ¿pasa algo? —Luca se sentó a mi lado.

—No sé qué hacer... —Frunció el ceño y le narré todo. Luego silbó mostrando asombro.

—Con razón está triste y Bruce igual. —Lo miré expectante—. Creo que le contó todo y no terminaron bien... —Inmediatamente mi cuerpo entro en alerta. Ella estaba sufriendo por mi culpa.

Me levanté decidido a solucionar todo.

Número de palabras: 1036.

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Besos fugaces © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora