Besos fugaces © [COMPLETA]

14. Invitándote a vivir. (FINAL)

Lía.

Estaba en el jardín intentando leer un libro para despejar mi mente. Lo necesitaba, luego de pasar toda la mañana intentando hablar con Bruce y huyendo de Noah.

Cerré el libro y lo puse sobre mi regazo y perdí la mirada en algún punto, de pronto sentí como alguien se sentaba a mi lado.

— ¿Puedo? —Asentí con la cabeza, se miraba triste—. Lamento haberte esquivado todo el día, es solo que... tenía que pensar muchas cosas.

—Descuida... —Sonrió.

—Debes entender que todo lo que me dijiste fue un gran golpe. —Asentí—. No quiero que te sientas mal, no es tu culpa. —Rió triste—. Como dicen: el corazón no se manda.

—Lo siento, yo...

—No tienes por qué pedirme una disculpa, siempre fuiste clara. Fui yo quien pensó de más... —Tomó una de mis manos—.... Solo una cosa te pido.

—Si, dime —dije, no dando crédito a todo lo que Bruce me decía.

—Inténtalo, no tengo dudas que él te ama. Siempre lo hizo, solo que era demasiado estúpido para darse cuenta. —Abrí mis ojos como platos—. No me mal entiendas, estoy enamorado de ti, pero sé bien cuando he perdido y debo retirarme.

—Bruce, no sé qué decirte. Yo intente enamorarme ti, lo juro...

—Te creo. —Besó mi mano con suma ternura—. Pero no me perdonaría el impedirte que seas feliz con él. —Apuntó en una dirección con su cabeza, miré y era Noah quien nos observaba desde la entrada del jardín.

—Pero él está enamorado de Melody... —Negó con la cabeza.

—Míralo a los ojos y ahí tú misma descubrirás la verdad, la misma que te dije. —Lo miré creyendo que todo eso era un sueño. Bruce era un gran muchacho—. ¿Lo harás? —Asentí con la cabeza, sonriendo.

— ¿Seguiremos siendo amigos? —pregunté.

—Claro, no te privare el ser amiga del hijo perdido de Tom Cruise. —Sonreí negando con la cabeza.

—Muchas gracias. —Me arrodillé y lo abracé—. Eres un gran muchacho y ya verás que pronto llegara la indicada.

—Eso espero. —Lo escuché suspirar. Me alejé un poco y besé su mejilla—. Bien, tengo que irme. Al parecer alguien quiere hablar contigo. —Levanté la cabeza y miré a Noah muy cerca de nosotros. Ambos nos levantamos y vi a Bruce acercarse hasta Noah y decirle algo que no alcancé a escuchar. Luego se fue despidiéndose de mí con la mano.

Noah camino hacia mi cuando estábamos ya solos. Me sentía nerviosa, ¿qué le diría?, ¿mírame a los ojos que ahí veré la respuesta a todas mis dudas? ¡Ni de loca!

—Hola —dijo.

—Hola —respondí. Caminó acercándose a mí.

— ¿Cómo estás?

—Bien y ¿tú? —Dio otros pasos más.

—Un poco mejor ahora que estoy hablando contigo. —Agaché la cabeza avergonzada, me había comportado como una chiquilla—. Pero descuida, creo que me lo merecía.

Respiré profundo, debía saber de una buena vez qué era lo que Noah sentía por mí.

— ¿Qué sientes por mí?, ¿cuándo te diste cuenta?, ¿estás seguro que no es solo una ilusión?, quizá estés enamorado de Melody y no de... —No pude hablar más cuando lo sentí tomarme de la cintura y acércame, para luego callarme con un beso.

Inmediatamente en mi estómago se llevó a cabo una explosión cósmica, provocando que de mi pecho brotaran estrellas fugaces. Enrollé mis manos en su cuello atrayéndolo más. Y nada importaba, ni nadie, salvo nosotros. Se separó de mí y gemí en desilusión.

—Necesito que me escuches con atención. —Asentí perdida en el mar de emociones que ese beso me había provocado—. Estoy enamorado de ti, siempre lo estuve, desde que jugamos aquella tarde en tu casa, desde que te abrazaba cuando tenías miedo cuando llovía y había truenos, o cuando tomaba tu mano al caminar cuando salíamos en excursión. —Llevó las manos a mi rostro, acariciando con sus pulgares mis mejillas, consiguiendo que entrara en trance—. Y aunque siempre lo supe, tenía miedo, cuando nos alejamos lo comprendí, al sentir mi días grises sin tus matices de colores. Y no te preocupes por Melody, yo solo había confundido el deslumbro con atracción. Aquí... —Llevó una mano a su pecho, donde se encontraba su corazón—... solo estas y estarás tú —dijo y me miró mostrando una seguridad que nunca la había visto en él y que llego hasta mí, cubriendo y borrando todas las dudas que habían y podían haber.

—Te creo —dije, y era cierto, sus ojos en ningún momento y con ninguna palabra vi una pizca de mentira, solo sinceridad.

— ¿Entonces?

— ¿Entonces qué? —Me besó fugazmente de nuevo.

— ¿Estamos juntos? —preguntó. Me alejé y llevé una mano a mi barbilla fingiendo estar pensando con exhaustividad.

—No. —Su cara fue una combinación de asombro y tristeza.

— ¿Por qué no?, ¿no me crees? —Sus hombros cayeron derrotados, sonreí de lado como el emoji de WhatsApp.

—Quiero que me conquistes —dije tomándolo de la mano. Su expresión se relajó.

—Me parece una gran idea. —Besó la punta de mi nariz—. ¿Qué dices si ahora después de clases salimos?

— ¿Es una cita, señor?

—Sería un honor si acepta mi invitación. —Reímos.

—Será un placer salir con usted. —Hice una reverencia. Me tomó de la cintura y me atrajo a él, nos miramos a los ojos y luego nos besamos, sellando así el inicio de algo único y mágico.

Y así fue como al fin de tanto, después de tanta espera, Noah se convirtió en mi Noah.

Noah

Y Lía era mi Lía. La chica más genial de todas, tierna e inocente, así como terca y caprichosa.

No había duda alguna, mi corazón le pertenecía. ¿Cómo había podido vivir todo ese tiempo sin ella?, no tenía ni la menor idea. Pero de lo que si estaba seguro era que ya no tenía ninguna intención de volver a esos días, al contrario quería que cada uno de los que estaban por venir, como lienzo blanco mi chica de ojos azules pintara sobre ellos, figuras y trazos de vivos y alegres colores, que solo ella sería capaz de hacer.

"Lo bueno se hace esperar, solo debes estar presto a escuchar y mirar cuando la oportunidad esté frente a ti, invitándote a vivir".

FIN

Numero de palabras: 1017

N/A: ¿Qué les pareció el final?, yo quede feliz, conforme en como se dio todo. Nos leemos en el epílogo, tal vez lo subo ahora, dependerá si me motivan sus votos y comentarios.

Besos con sabor a algodón de azúcar 😘