Inmutable

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"Todos los colores coincidirán en la oscuridad" – Francis Bacon (1909-1992), pintor.

Las personas pululaban a su alrededor, SeungRi caminaba lentamente observando cada pieza expuesta, su corazón se aceleraba con forme iba siguiendo los trazos de cada pintura, sus manos picaban cuando trataba de comprender lo que simbolizaban las esculturas, "Maravilloso", era lo único que podía pensar cuando se detenía en cada estación, ¿Cómo podía alguien como Choi Seung Hyun, transformar cosas tan simples en tan magnificas obras?, su comprensión sobre las teorías artísticas, se quedaba corta al enfrentarse al trabajo del artista, mataría por tener una décima parte del talento que poseía el fantasma de corea, tal vez y solo con suerte, algún día lograría llegar exponer un trabajo de semejante calidad, soltó un suspiro y continuo con su ruta, debía aprovechar al máximo su visita a la exposición, no todos los días presenciaba algo así.

Seung observaba desde el fondo de la sala, como aquellos seres que se llamaban a sí mismos "críticos" y "fanáticos", intentaban descifrar el significado de cada una de sus obras, su trabajo merecía un mejor aprecio, no era algo que estuviera sujeto a la lógica del común, cada una de sus piezas, le había significado días de trabajo, miles de lienzos, yesos y metales destruidos antes de encontrar lo que quería expresar en cada proceso, pero aun así existían personas que se creían con el poder de juzgar basados en preconceptos, odiaba su suerte en estos momentos, la vida lo castigo con una genialidad que solo sus musas comprendieron, ellas había formado parte del desarrollo de sus creaciones, ellas las mismas que como le habían inspirado lo abandonaron a su suerte; Cerro los ojos por un momento y respiro profundo, no era el momento ni el lugar para recordar cosas dolorosas, debía seguir utilizando la máscara con la que adorno su rostro cuando ingreso a la galería, le gustara o no, Amelia tenía razón, si no se esforzaba por conseguir compradores podía perder su preciosa colección personal, continuo observando a los humanos que deambulaban el lugar esperando encontrar algo que lo entretuviera mientras la entrevista empezaba.

"Inmutable" – Escultura en Yeso, 40 cm, año 2013, Musa KDS

SeungRi se encontraba absorto frente aquella escultura, era simplemente hermosa, de varios colores y llena de bordes cortados sin cuidado, una nariz y un par de labios sobresalían justo en medio de la pieza, la nariz era algo sobredimensionada, no creía posible que alguien con una nariz tan grande existiera, pero los labios, esos eran otra historia, eran perfectos, anchos y acolchados, pintados con un rosa carne, que por demás solo los hacían lucir apetitosos, considero que si alguien tuviera la oportunidad de besar unos así, sería un estúpido en buscar otros, no valía la pena el precio intentando comparar, sus ojos se perdieron, tratando de descifrar el significado de su nombre "inmutable", ¿A qué se refería con eso?, todo cambia, de alguna u otra forma pero lo hace y más cuando se hablaba del cuerpo humano, nosotros estábamos condenados a mutar durante nuestra vida, le faltaba demasiada imaginación para llamar a sus obras, sonrío con nostalgia al pensar en su viejo profesor de modelado, el hombre más de una vez llamo a su trabajo, basura y porquería de mercado de pulgas, iba a retirarse del lugar cuando sintió una fuerte mirada a su espalda, giro y vio en varias direcciones tratando de encontrar la fuente de semejante fuerza pero no la detecto, frunció sus hombros en señal de frustración y opto por continuar con la exposición.

Odiaba a los periodistas desde el fondo de su ser, eran unas sanguijuelas tratando de alimentarse a costa de los demás, en sus primeros años había tenido que aprender a lidiar con la crítica y con todos los artículos llenos de mentiras que se escribían sobre él, al final opto por refugiarse en su casa y alejarse de todas personas que no le eran beneficiosas para su carrera, pero al final se quedó totalmente solo, cuando se dio cuenta de que aquellos que considero valiosos para permanecer a su lado solo buscaban por fama o dinero, esa etapa de su vida le enseño que en la única persona en la que podía confiar era el mismo. Sonrió para las cámaras y se dispuso a responder las preguntas que esperaba ya hubiera filtrado Amelia. Si no estuviera en público le hubiese hecho comer la cámara al imbécil que lo entrevistaba, él había sido claro, nada de preguntas personales, pero en esos escasos minutos, ya cuatro de las seis preguntas formuladas, se relacionaron con temas de índole personal, trato de guardar la compostura mirando de reojo como Amelia se mordía las uñas por causa de los nervios al no poder controlar al periodista, sabía que no era buena idea el haber aceptado la entrevista, su rostro trataba de deformarse con cada respuesta que daba, pero todo se fue a la mierda al escuchar la última –"Sr. Choi, ¿Es cierto que su última musa lo dejo por trabajar con el reconocido artista Koei Nawa?--, los recuerdos lo golpearon como si se trataran de un tren a toda marcha, el llanto, las palabras de reclamo, los gritos y golpes, sus ojos, apretó los puños hasta que sintió como perdía la circulación en las manos, sus ojos escocieron al enfrentarse a ese dolor de nuevo, inclino la cabeza y sin decir algo, se giró y empezó a caminar rumbo a la salida, no necesitaba de esta mierda, a lo lejos escuchaba como Amelia se disculpaba con el periodista y lo empezaba a llamar a media voz para que volviera.

SeungRi escucho como alguien lo llamaba, era la voz de una mujer, no la reconocía pero alguien mencionaba su nombre, se giró en dirección a esa voz y no alcanzo a dar un paso cuando se estrelló contra la pared más dura que había enfrentado en su vida, y decir eso era mucho, ya que siendo tan despistado solía enfrentarse con muchas o con su peor enemigo el suelo, que justo en estos momentos estaba esperándolo con brazos abiertos, cerró los ojos esperando el golpe, pasaron varios segundos pero no llegaba al suelo, abrió los ojos con lentitud y se encontró envuelto en un par de brazos firmes, levanto su cabeza pero empezó a arrepentirse de eso, cuando se dio cuenta quien era la persona que lo estaba sujetando, su corazón trato de atravesar su pecho al reconocer el hermoso rostro del David de Miguel Ángel, el olor a vino y tabaco inundo sus fosas nasales, mientras iba siendo puesto en su lugar, él lo observaba fijamente sin desprender sus manos de cadera, una suave sonrisa adorno los labios con los que había fantaseado más de una vez, se alejó lentamente al notar como demasiados ojos para su gusto los estaban observando, sintió como sus mejillas se calentaron y supuso que el color tiño hasta sus orejas, con demasiado esfuerzo para su gusto, articulo un gracias y bajo la cabeza al no poder soportar el escrutinio de esa mirada, quiso retirarse al no recibir respuesta pero una mano extendida frente a él lo detuvo, alzo su rostro rápidamente y firmo su sentencia de muerte al escuchar ese tono de voz, quien diría que se podía caer en el amor con solo escuchar cómo era pronunciado un nombre.

--Mucho gusto, mi nombre es Choi Seung Hyun—

Continuara...



Iniciamos lento, pero de ahora en adelante la mejor recomendación que les puedo dar es: No me odien y alisten los pañuelos.

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