NUEVA EXPERIENCIA (ALEX)

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(ATENCIÓN: se recomienda leer este capítulo con música triste)

Vi como el chico se deprimía cada segundo más y me dio una pena horrible. Cogí mi cartera y saqué un billete de cincuenta euros que había estado ahorrando desde los quince años. Sé que suena algo triste pero hay gente que no se puede permitir más. Nos acercamos a la heladeria y dejé el billete para pagar los helados, pero entonces, Louis lo cogió y dejó un billete de cinco euros, suyo.

-No voy a dejar que pagues tu, Alex. Por favor no- las lágrimas se agolparon en mis ojos pero ninguna fue derramada. Estaba pagando con el único dinero que tenía para volver a casa, un triste helado para mí. Me sentía tan mal.

Pidió dos helados de chocolate y me dio uno. Me dedicó una pequeña sonrisa, que aunque intentase esconderlo, sabía que era mentira. Estaba preocupado, y se le notaba. Me lo quedó mirando un buen rato.

- ¿Te apetece pasear por el bosque?-asentí con una enorme sonrisa y él me cogió de la barbilla para que le mirase y me dio un pequeño pero dulce beso en la mejilla. Me sonrojé- Eres un amor- se rió y dejó ver todo sus dientes. Era tan hermoso...

Pasamos la tarde paseando, la conversación no fue muy productiva, pero me encantaba escuchar todo lo que decía. Me contó algunas cosas sobre su familia y como le habían tratado como un simple chucho, me habló de cada uno de sus amigos y de lo raros que todos podían llegar a ser, me dijo que desde los trece años había tenido que vivir solo y ganarse la vida por si mismo, hubo una temporada que vivió en la calle hasta que le cojieron para un trabajo que se dedicaba a la explotación infantil y pudo comprarse, un poco mierda, pero al fin y al cabo un apartamento. Siempre había estado trabajando y tuvo que dejar sus estudios porque no tenía tiempo para todo.

- Mi vida no ha sido fácil, pero no me quejo. Hay personas peor que yo y... Al fin y al cabo sigo aquí ¿no? Para que quejarse- era un hombre tan humilde. Hubo un momento, en el que me contó como cayó en manos de la marihuana, que comencé a llorar. Como reacción obtuve un cálido abrazo. Me estrujó todo lo fuerte que pudo y me besó la cabeza. Quería decirle de todo, quería que supiese que yo estaba ahó para él y no iba a alejarme nunca, pero increíblemente no podía. También me estuvo contando el papel que los chicos realizaban con nosotras. La verdad es que la idea de no ver a mis mejores en un largo tiempo me entristecía demasiado, pero cuando Lou me dijo que todo iba a estar bien y que las volvería a ver me relajé un poco. Me encantaba el tener que vivir con Louis, ya que adoraba a ese chico, pero por otra parte, ¿qué sería de nuestra relación? No iba a poder hablar. Sí, se que este programa se trata de eso, de que pueda "curarme", pero iba a ser realmente complicado.

Llegamos a mi cuarto y se paró en la puerta mientras yo abría la cerradura. Nos habíamos encontrado con Zayn por el camino y no parecía muy contento, pero en cuanto vio que nos llevábamos genial una enorme y suplicada sonrisa se formó en sus labios. Entramos a la estancia y me quité los zapatos embarrados por el suelo. Le señalé los pies a Louis para que hiciese lo mismo y, acto seguido, obedeció. Ambos nos sentamos en la cama y él se comenzó a tumbar. Cerró los ojos por unos segundos y los aproveché para dedicarle un buen examen a su rostro. Era el hombre más guapo que había visto en mi vida. Pero a pesar de esa hermosura, si le mirabas atentamente se podían ver unas bien marcadas ojeras y unas cuantas arrugas producidas por el estrés y el agotamiento. Me dijo que últimamente le habían cogido para trabajos nocturnos y no dormía casi nada.

Abrió los ojos y me observó, no pude mantenerle la mirada así que agaché la cabeza. Él me cogió de la mano y me tiró contra su pecho para que me acurrucase junto a él. Le abracé fuerte y tras unos minutos de relajación subí la cabeza para mirarle y me encontré con sus hermosos ojos cristalinos mirándome. Le sonreí y en seguida me di cuenta de la poca distancia que nos separaba. Cerré los ojos y noté su nariz frotándose con la mía. Dios, era tan jodidamente perfecto. Poco a poco su respiración fue chocándose con la mía más cerca y en un abrir y cerrar de ojos ahí estábamos besándonos de la manera más sincronizada que jamás haya experimentado. Su boca sabía a chocolate, por el helado y sus labios eran finos y juguetones. Estaban algo agrietados pero no le di la menor importancia. Me mordió el labio inferior, y se separó creándome una tremenda desilusión. Me colocó un mechón de pelo en su sitio y me apretó más contra él.

-Eres la primera persona que me deja besarla. Todas dicen que soy repugnante....

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