VIDA NUEVA: SAM

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Fui la segunda en poder conocer su futura habitación. Antes de entrar, Zayn me había dedicado unas palabras al oído que decían que no intentase matarme porque no lo iba a conseguir, me reí ante su comentario, ya que al parecer no se había dado cuenta de que yo ya estaba muerta. La gente no me entendía, y no me extraña, un simple mortal no puede entender a un alma perdida como la mía.

Tras intercambiar algunas miradas, le robé las llaves de las manos y abrí la puerta. Me encontré con un panorama descojonante. Eso era un puto manicomio. Estaba en una habitación completamente blanca, con paredes acolchadas y, a lo que muebles se refiere, solo había una cama y una armario, negro ambos. Las maletas cayeron de mis manos y dejaron resonar un eco malicioso por la estancia, entonces me di cuemta que era una sala insonorizada. No sabía donde mierdas me habían metido, pero se iban a cagar, porque conmigo no se jugaba.

Tras esparcir la ropa por toda la insípida habitación, saqué mis materiales de pintura, tanto temperas, como spraies de graffiti, rotuladores y de todo. Cogí el spray negro y comencé a dibujar una animacion de 'La Muerte'. Puse algunos comentarios con rotulador sobre la mierda de vida, el suicidio y los problemas que a mi me habían causado. La pared quedó perfectamente decorada a mi gusto y decidí que después de ordenar todo un poco, terminaría de pintar todas y cada una de las superficies de aquella monocromática estancia.

Pasó un buen rato, y como me había propuesto, todo estaba empezando a ser mas bonito con todos los dibujos que estaba haciendo. Había un poco de todo, dibujos gore, caras famosas, dibujos de las chicas, personajes inventados por mí, tatuajes, paisajes... No sabía si realmente me dejaban pintar en la pared, pero me daba exactamente igual. Paré un rato para descansar. Tenía los brazos agotados. Me miré el cuerpo y estaba manchada de diversos colores, me reí para mí misma, para algunas cosas me dejaba tanto llevar que acababa echa una mierda. Mientras miles de pensamientos rondaban mi cabeza, seguía mirándome el cuerpo. Estaba enormemente gorda, joder. Parecía una puta morsa. ¿Cómo iba a conseguir adelgazar? Era imposible. Aparté la mirada de mi misma, y volví a mirar todo lo que me rodeaba. No había ventanas. Sí, en ese momento me di cuenta.

"Joder que aburrimiento" pensé para mi misma.

No sé que iba a hacer todo el día allí metida pero nada divertido o que me produjese satisfacción seguro. No tenía nada con lo que emtretenerme. Me habían quitado el móvil antes de entrar, todos los objetos punzantes, solo me quedaba los spraies y ya me había cansado de dibujar, y eso que era lo que más me gustaba hacer en todo el jodido planeta.

De la exasperación que sentía, comencé a morderme las uñas pensando en que no podía drogarme de ninguna manera, no podía matarme, porque todo estaba acolchado y claramente no tenía pensado comer absolutamnete nada. Me agarré de los pelos y los comencé a tirar en todas las direcciones intentando hacerme daño, me clavé las pocas uñas que tenía en la piel, pero aun así seguía sin sentir nada.

De pronto, la puerta se abrió sin avisar y vi como Zayn corría hacia mí y me cogió de las manos para que no me tocara más.

-¡Sam, para!- me miró con su mirada intensamente y noté como me derretía por dentro soltando alguna que otra lágrima.-¡para! por favor- suavizó un poco más el tono en esas últimas palabras.

- Lo... Lo...Siento- susurré pero en el fondo no sabía si estaba diciendo la versad o mentía. Se levantó restregándose la frente con la mano en forma de desesperación o miedo, no estaba muy segura. Se acercó a la puerta y metió en la sala un carrito. Cuando se paró frente a mi vi como comenzó a abrir la boca. Por como se estaba quedando de pálido, con lo moreno que él era, supuse que ya se había dado cuenta de lo que le había hecho a las paredes. Se giró de todas las formas posibles, murmurando algunas palabras que no llegué a entender, para ver cada dibujo que había hecho.

-Sam....qué coño...- sabía que estaba enfadado pero de alguna forma sabía que me entendía y no iba a gritarme.

- Me aburría, lo siento, de verdad- intente poner la cara de ángel más mona que jamás hubiese visto pero, en cambio, me salió una patata, por como comenzó a descojonarse de mi.

-Ainss, eres de lo que no hay. No pasa nada, la verdad es que son muy....- hizo una pausa intentando buscar la palabra más adecuada para el momento- interesante- susurró. En ese momento fui yo la que empezó a reirse. Sacudió levemente la cabeza y me hizo levantarme. Me miró los brazos, que sangraban de las heridas que me había hecho. Zayn se sentía muy triste y enfadado probablemente, pero yo por otra parte, me sentía bien, me gustaba ponerme en riesgo y hacerme daño.

-En fin... Esto es tu horario de las cosas que vas a hacer mientras estes aquí- me dio una carpeta- también te he traído unos blogs grandes para que dibujes en ellos y no en la pared- me miró como echándome la bronca y me sonrojé de verguenza- tienes aquí algunos lápices, rotuladores y spraies- me los fue dejando en el suelo en una esquina- y por último- levantó una bandeja- te he traído cosas para que comas - vi que había traído un poco de pescado, un vaso de agua, un flan y un sopa. Le comencé a odiar en ese mismo momento, lo fulminé con la mirada y él hizo lo mismo- estás demasiado delgada, Sam, abre los ojos ya. Quiero que te lo comas todo. - Con esta última exigencia, salió por la puerta y me quedé allí mirando el bufet que me había preparado. La boca se me hacía agua. Pero entonces me di cuenta de que estaba a punto de comer un poquito y cogí la bandeja y la estrellé contra una de las paredes, me arrastré hasta el suelo y me llevé las manos a la cara para llorar en compañía de mi propia consolación.

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