Cuatro chicas tienen importantes enfermedades mentales que las hacen ir al manicomio. Sus posibilidades de morir son muy altas, pero como método de reinsercción social y ayuda para mejorar el cerebro , el jefe de planta envía a las chicas con cuatro...
Desperté. Eran las seis de la mañana. No sabía porque últimamente me daba por levamrarme tan temprano pero al fin y al cabo me sirvió para aquel día. Tenía que levantarme, ducharme, elegir la ropa de hoy, darme aproximádamente tres horas para mentalizarme de que iba a vivir que ese hijo de la gran....., tenía que hacee la maleta y recoger todas mis cosas, y por último y más importamte, tenía que despedirme de las chicas. Todo eso suponía un gran esfuerzo para mí por la que levantarme temprano serviría de ayuda.
Me levanté de mala gana de la cama. Hacía un frío horrible, y notaba como el moco me empezaba a escurrir de la nariz. ¿Tal vez estuviese yo mala? No sabía. Me fui directa al baño y comencé a desnudarme. Ovservé mi cuerpo desnudo lleno de cicatrices que yo misma me había hecho con una cuchilla la noche anterior nada más irse Harry. Observé cada una de ellas, que era como un castigo para mi, para no perder la cabeza y no cagarla siempre.
"No son las suficiente"
"Has hecho mas cosas"
"No te toques, espera a que aprezca alguien y te salve"
Últimamente una de mis voces comenzaba a guiarme por un buen camino, pero aun así los otras dos le podían. Sacudí la cabeza y me metí en la ducha aún con el agua fría, que no me importó en absoluto. Comencé a pensar en todo lo que iba a dejar atrás, y realmente, no tenía nada. No tenía familia, no tenía objetos materiales de importancia, no tenía amor. Simplemente lo único que tenía en la vida eran mis chicas. Y me las iban a quitar por irme con un sinvergüenza, hijo de su madre. En fin, en esos momentos supongo que no quedaba otra ¿no?
Salí de la ducha y me envolví en una toalla roja. Dejé mis cabellos caer húmedos por mi piel y pudiendo oler el aroma a eucalipto que desprendía del champú. Me dirigí al armario y me detuve pensativa durante un buen rato en busca de algo relativamente decente que ponerme. Finalmente me decidí por un vestido de flores vintage que no me quedaba nada mal.
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Me calcé unas pequeñas bailarinas negras y en el momento en el que estaba a punto de ir al baño a peinarme, sonó un golpe en la puerta. Me acerqué dudosa, ¿quien sería a esas horas?, y abrí.
-Wow- Me hizo gracia ver la boca abierta de Zayn. Pero el momento se empezó a hacer incómodo así que dirigí mi mano bajo su barbilla y le cerré la boca. ¿Tan guapa estaba?
"No, eres horrible y lo sabes"
"Pareces una vieja"
"Estás pasable"
-Zayn, ¿pasa algo?- de repente pasé de una sonrisa conmovedora a estar seria y distante con el chico. Me miró sorprendido por las palabras frías que le había dedicado.
-No, yo solo, era para que recogieses las cosas, Harry está aquí- su mirada era triste y demoledora. Y una vez más, pasé de borde a encantadora.
-Vale, ¿me ayudas?- le guiñé un ojo y volvió a sonreir cosa que en lo más profundo de mi subconsciente me encantó y me tranquilizó bastante.
-Claro- me hice a un lado para poder dejarle pasar. Una vez ambos dentro, le dije que me iría a peinar y que en nada volvía, el simplememte asintió y se puso con la tarea de meter mi ropa en una maleta.
Pocos minutos después conseguí poner mi pelo de una manera algo más decente y salí. Me encontré a Zayn cerrando la maleta.
-¿Ya está?- me sorprendí ya que yo no hubiese sido tan rápida.
-Sí, solo queda poner todas tus cosas en cajas- nuestras miradas se quedaron enganchadas en una situación bastante tensa pero sensual.- a la mierda todo, lo necesito- oí como susurraba aquellas palabras y segundos más tardes me encontraba con la repiración entrecortada por un profundo y exquisito beso con lengua, sus manos rodeaban mi cintura y me acercaba cada vez más a él. Cuando ya no podíamos respirar nos separamos. Ambos sonreimos, pero en seguida algo en mi cambio.
"Tiene novia"
"¿De verdad eres tan puta?"
"Aléjate.."
-T-tienes que irte, ya acabo yo sola- agaché la cabeza y sentí sus manos aún rodeando mi cadera. Una furia que no sé exactamemte de donde salió, me invadió.
-¡Es que no lo has entendido, no me toques, largate!- con un fuerte y brusco movimiento separé sus brazos de mi y di varios pasos hacia atrás.
-Está bien, luego nos vemos, Lara- su tono era totalmente tranquilo como si nada de lo que le hubiese dicho le hubiese afectado. Vi como cogía camino hacia la puerta y desaparecía tras ella. No entendía porque me había besado. ¿Me gustó? Obviamente. ¿Fue un error? Tal vez si, tal vez no. ¿Necesitaba más de él?no lo dudaba, pero lo nuestro era imposible, y por mucho que quisiese pensar lo contrario, sabía que lo nuestro era puramente sexual.
¿Encontraría realmente a alguien que me amase de verdad en el futuro?
