Hace algún tiempo, cuando decidí dedicarme al derecho, mis padres estuvieron en desacuerdo. Ahora, espero a entrar en primero de bachiller, solo.
Mi historia es normal. Mis padres se opusieron. Y llegué a un acuerdo con ellos. Si conseguía pasar el bachiller con una nota alta, y, me pagaba mis estudios, podría estudiar lo que quisiera, a condición de que si no encontraba residencia, trabajo o no sacaba el curso, me obligarían a estudiar una ingeniería.
Eso fue a principios de verano. Un familiar mio, el cual vivía en una ciudad Andaluza, llamada Córdoba, me ofreció la posibilidad de quedarme en su piso, ya que se había mudado a un país extranjero y no encontraba a alguien que se lo alquilara.
Soy natural de Asturias, y lo que es el sur, no me agradaba mucho, pero con el fin de estudiar lo que quisiera, una tarde de Julio, con una mochila y veinte euros en la cartera, me aventuré a coger un tren hasta Córdoba.
Al llegar me sentí extraño. No era lo que estaba acostumbrado a ver, pero tenía cierto encanto, que lo hacía parecer un lugar agradable.
Mi pariente me estaba esperando en la puerta. Ese día, me llevó hasta el piso en autobús, y me explicó como debía llegar, y hasta me hizo un mapa. El piso estaba en una callejuela en pleno centro de la ciudad.
Un piso pequeño, una única habitación, un salón amplio, un despacho, una cocina adherida al salón, sin paredes, y un baño amplio, con una ducha, un váter y un lavabo.
Mis principios fueron esos. Mi pariente me regaló algunos muebles, como una mesa, y una estantería de esas de "Ikea". Que llegaron tiempo después empacadas y con cientos de tornillos y planos en alemán. Grande Ikea.
Tras pasar allí una semana de Julio, sin aire acondicionado, montando muebles de Ikea, y durmiendo en el suelo de la terraza, decidí limpiar el piso, adecuarlo, e irme.
Desde mi casa en Asturias. Mandé un par de posters, mi pequeña pantalla, mi ordenador, y diversas cosas más, como libros, altavoces y varios adornos que compré por internet ese verano.
Tras pasar el verano, haber ahorrado algo, y haberme despedido de mis familiares y amigos, cogí el tren hacia esa ciudad tan maravillosa, donde estudiaría lo que yo quiero estudiar, sin reglas, sin límites, yo y el mundo...
Ah, se me ha olvidado. Me llamo Daniel, natural de Asturias, de un pueblo llamado "El Berrón". Mis amigos me suelen llamar "Dani" o "Shakespeare", por mi gran afición a la lectura.
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Mi vida como estudiante
Teen FictionPues si, como muchos estudiantes, mis intereses difieren de los de mis progenitores, y por eso, y gracias a la ayuda de un pariente, me mudo a otra ciudad para poder estudiar lo que realmente me interesa.