XVII - Un cálido día de verano

18 3 0
                                    

La cerradura cede, empujo la puerta hacia dentro, y la atravieso. Entro en mi casa. Está oscuro, y no se oye a nadie.

-¿Dani?- Pregunto, pero no obtengo respuesta alguna.

Avanzo por el pasillo de la que ha sido mi casa durante medio año. El salón está oscuro. Descorro las cortinas y descubro que las persianas están bajadas. Enciendo la luz.

-Dani, ¿estás aquí?- Vuelvo a preguntar, y, de nuevo, no obtengo respuesta.

Camino lentamente hacia el frigorífico, para sacar un refresco y tomarlo mientras veo la tele, y averiguo donde está Dani. Al acercarme a la nevera, algo me llama la atención. Es un post-it pegado a la puerta de ella, en el que pone:

 "Siento no estar en casa, me ha surgido algo. Llegaré sobre la hora de cenar. Tienes el almuerzo en el microondas. Disfrútalo.

Con amor: Dani."

Bueno, supongo que hoy no comeré acompañada. Enciendo el aire acondicionado, y pongo a calentar la comida, mientras tanto, me ducho.

Almuerzo tranquilamente mientras veo la programación de uno de los canales nacionales. Al terminar, limpio y recojo todo lo que he puesto en medio. 

Para finalizar, apago la televisión, y enciendo el ordenador. Tengo que rellenar algunos formularios y papeleo variado para el próximo curso de universidad.

Al terminar, decido tumbarme en la cama, a mirar el móvil, y sin darme cuenta, me quedo dormida...

                                                                   *     *     *

-Yo creo que con esto, es suficiente.

-Llevamos como setenta euros en refresco de cola, mas refrescos de naranja y hielo. Yo creo que es mas que suficiente. 

-Si, puede que nos hayamos pasado un poco. Bueno, paguemos y vamos al local, a ver si el resto ha acabado de limpiar.

Nos acercamos a la caja, y ante la atónita mirada de todo el mundo, pagamos y nos vamos. Llegamos al local, mas tarde de lo esperado, y nos cae una reprimenda de Marina.

Al rededor de las nueve, Celia, con la cual he ido a comprar, me deja cerca de casa, y entro, disimuladamente, no sin antes, saludar a Ernesto, el cual está fregando la escalera.

Subo por el ascensor, abro y cierro tras de mi, la puerta de la entrada. Dejo las llaves en el cuenco. Entro. 

Las luces están apagadas, todo está en silencio. 

-¿Alicia?- Pregunto, pero no obtengo respuesta. Estoy muy cansado, voy a dormir, ya mañana veré lo que hacer.

Entro en la habitación de Alicia. Está durmiendo en la cama. Me quito la camiseta, y me tumbo a su lado.

Caigo en un profundo sueño.

                                                                                   *     *     *

Me levanto, todo está oscuro, estoy empapado en sudor. Alicia, permanece a mi lado. Me levanto de la cama, y voy a la cocina.

El sol ya ha salido. Al salir de la habitación noto un calor axfixiante, y eso que solo son las nueve de la mañana.

Pongo un poco de aceite a calentar, mientras enciendo la televisión. En ese momento, mi móvil suena.

-¿Hola?

-Hola Dani, soy Marina. 

-Ah. Dime Marina.

-¿Tu tienes llaves del local?

-Si, me las diste tu anoche.

-Vale, necesito ir a encender los frigoríficos, y no tengo las llaves, te recojo en diez minutos y vienes conmigo. 

-Si, claro. Me visto y bajo.

-Vale. Nos vemos.

Cuelgo. Me visto,  y dejo preparado el desayuno. Cojo las llaves del local, y bajo.

Saludo a Ernesto, como todos los días, y Marina me recoge y nos vamos para el local. Durante el trayecto, me va contando todo lo del "plan" absurdo que tienen montado para que Alicia vaya a donde se celebra la fiesta. Es muy absurdo, pero creo que puede funcionar. 

Llegamos, encendemos los frigoríficos y guardamos toda la bebida. Es un trabajo sencillo. 

Diez minutos mas tarde, me deja en la puerta de mi edificio, y me da las últimas instrucciones para el gran día. Mañana.

Subo a mi casa para recoger mi cartera e ir al bar, a trabajar.

-Buenos días Dani.- Dice Alicia.

-Buenos días, ¿que tal el desayuno?

-Genial, ¿a donde has ido?

-Em...- Mierda-. Nada, a... a engrasar la bici, la última vez que la usé estaba un poco oxidada, así que he ido al chino a por grasa y he bajado al trastero a ponerla a punto.

-Que bien. Así no se estropea la cadena.

-Em... si, por eso lo he hecho.- No puede enterarse de nada, y me va a pillar.

-Ah, tu madre ha llamado, que dice que ya que es verano podríamos ir a visitarles.

-Em.., si, es una buena idea. La llamaré después de hablar con Fermín, para confirmar lo de las vacaciones. 

                                                                  *     *     *

-Hola, Adriana.- Dicen al otro lado del teléfono.

-Hola Alicia, ¿que tal?- Digo. Es Alicia, una de mis mejores amigas.

-Genial, pero ando algo preocupada.

-¿Que ha pasado?

-Es Marina, creo... creo que se está acostando con Dani.

-¿Pero que cojones?- Digo-. Eso es casi imposible, Marina lleva tres años con Fer, y el dice que tienen pensado casarse.

-Es que ayer, cuando llegué a casa, Dani no estaba, llegó como a las una de la mañana. Y esta mañana se ha ido temprano, luego lo he visto bajando del coche de Marina, y su excusa ha sido, que ha ido a engrasar su bici, la cual lleva en el taller dos semanas.

-Bueno, eso tendrá alguna explicación.- Mierda, esta mañana han ido a encender los frigoríficos para la fiesta.- El sábado en el perol, ya lo hablamos mas tranquilamente, tu no te preocupes. Además, eres su primera novia, a menos que sea un psicópata, no creo que te haga eso.

-Si tu lo dices...

-Venga que me tengo que ir.

-Vale, hasta luego.

Uf, menos mal que no nos ha pillado, tengo que llamar a Marina inmediatamente.

Mi vida como estudianteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora