-Bueno, nos vemos.- Digo, mientras recojo mi chaqueta del perchero.
-Guay, hasta mañana.- Dice, y salgo de allí. Son las ocho y media, y, acabo de salir de trabajar.
Cierro la puerta tras de mi, cojo la bici, y me decido a cruzar la calle. Lo hago con dificultad, ya que el semáforo está estropeado, y tengo que esperar a que pasen todos coches para poder cruzar. Entro en el portal, y saludo a Ernesto.
-Buenas Don Ernesto, ¿que tal el día?- Digo al entrar.
-Pues limpiando, como siempre.
-Uf, eso es una putada.
-Cuide su lenguaje.
-Oh, si. Lo siento. ¿Hay algo nuevo para mi?
-A decir verdad, ha llegado un paquete, además de unas cartas, y la circular.
-Oh, genial, llevo esperando ese paquete un par de semanas.
-Y, ¿ puedo preguntarle que es? Si no le importa.
-Oh, si. Es una trilogía muy buena, que me han recomendado, la encontré barata en una página de internet, y la compré.
-Estupendo.- Dice, y me entrega las cartas-. Aquí tiene sus cartas, además de su circular.- Dice, y me la da.
-¿Para que es ahora la junta?
-Es para decidir sobre lo que vamos a gastar en combustible, para la caldera.
-Oh, interesante. Leeré los detalles mas tarde, muchas gracias.- Digo a modo de despedida.
-Que duerma bien, señor Daniel.
-Igualmente.- Digo, y bajo hacia los trasteros.
Deposito mi bici, en el trastero, y cojo el ascensor hasta la tercera planta.
Dejo las cosas en el suelo, y me dispongo a buscar las llaves dentro de mi mochila. Las saco, y abro la puerta. Recojo la caja del suelo, y entro. Cierro tras de mí.
-Pues por fin en casa.-Digo para mi mismo, mientras dejo las cosas sobre la mesa-. Espero que no te hayas aburrido.- Le digo a mi pequeño compañero. Ah, a este no lo he presentado. Hace unos tres días que lo compré, es un pez de colores, que no tiene nombre, todavía. Le echo algo de comida, y paro el filtro.
Mientras, entro al baño. Al salir, mi móvil, suena.
-¿Diga?
-Hola Daniel.
-Ah, hola tía.
-¿Como te va por allí?
-Genial, ya tengo un trabajo, y estoy muy contento con el instituto.
-Yo me alegro.- Dice, y mientras, busco unos filetes en el frigorífico, y pongo la sartén a calentarse-. Y, bueno, ¿que tal es el vivir solo?
-Nada del otro mundo, por ahora, las cosas me van bien. La comunidad es tranquila, el conserje es amigo mío, la casi me conozco la ciudad entera.
-Eso está muy bien. Bueno, continúa con tus tareas del hogar, que yo tengo que bañar a la prima.
-Vale, adiós.- Digo, y cuelgo.
Pongo los filetes en la sartén, mientras cojo un bol para ensaladas. Abro el frigorífico, y saco lechuga, tomate, un poco de "zanahoria en tiras", y salsa césar para ensaladas.
Le doy la vuelta a los filetes, y mientras, escurro la lechuga. La pongo en el bol, añado tomates, zanahoria y la salsa. Ya está lista.
Volteo de nuevo los filetes. Busco el mantel, y lo pongo en la mesa. Pongo unas rebanadas de pan, y unos cubiertos.
Pongo los filetes en un plato, y los pongo en la mesa, junto con una coca-cola, y un vaso con hielo.
Enciendo la tele. Pongo el noticiario nacional, para ver que pasa en el mundo, mientras me como mis filetes, y mi ensalada. Hace algo de calor, así que me levanto, y abro la ventana. Me siento, y continúo cenando, mientras veo lo que ha ocurrido en el día de hoy, además de las previsiones del tiempo para mañana.
Al terminar de cenar, recojo la mesa, y friego los platos. Me siento en el sofá, y decido tener unos minutos de relajación. Con un abrecartas, abro la carta de la luz, para ver lo que me han soplado. Uf, por suerte no es mucho, solo sesenta y cinco euros. Tiene pinta de ser una burrada, pero en comparación con lo que paga mi padre, no es casi nada, y casi todo es impuestos.
Abro la otra carta, que está un poco mejor, la cual pone la compañía de internet. Estos me han cobrado lo contratado, veinticuatro con noventa y cinco. Genial, y para el final, lo mejor, la caja con los libros.
-Bueno, vamos a ver a qué nos enfrentamos.- Digo, mientras abro la caja.
Al abrirla, hay plástico de burbujas. Lo retiro, y encuentro tres libros, y lo que parece ser un póster enrollado. Al sacar los libros, les quito el plástico, y los examino.
-Los juegos del hambre. Bueno, dicen que son buenos.- Digo, mientras me levanto y voy hacia el despacho.
Allí, pongo los libros en un hueco que tengo hecho, específico para estos libros, y me vuelvo al salón.
Abro el póster, y es una especie de círculo, con un pájaro dorado en el centro, me gusta, así que lo dejo en la habitación, para colgarlo mañana.
Me lavo los dientes, me quito la ropa, abro la ventana, y me meto en la cama, para descansar un rato, espero que mañana me vaya mejor.
Empiezo a hacer una lista mental de lo que tengo que hacer mañana. Salir a correr, limpiar, comprar, y estudiar, ya que la semana que viene, tengo varios exámenes.
Apago la luz, y me encierro en un profundo sueño.
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Mi vida como estudiante
Teen FictionPues si, como muchos estudiantes, mis intereses difieren de los de mis progenitores, y por eso, y gracias a la ayuda de un pariente, me mudo a otra ciudad para poder estudiar lo que realmente me interesa.