Badass

2. Rebelde

''Nadie se atreve a decir lo que escribe.''

Cassie Delaney

Madre santa, si esto no es vida que baje Dios y lo vea. Me froto los ojos y vuelvo a mirar ese par de monumentos bronceados que caminan con una tabla de surf bajo sus brazos y una sonrisa que grita vengo a matar. Me quedo mirando a uno, el morenazo con ojos azules, y le guiño un ojo.

Como era de esperar el me devuelve el coqueto gesto, sin disimulo. Y como si no fuera de esperar deciden surfear justo en el campo de visión de Macy y yo. El amigo rubio nos mira, y sé al momento que están hablando de nosotras, pero el moreno no me quita el ojo a mi. Y es que ya no me extraña, los pocos días que llevo aquí y ya he tonteado con cuatro, con los que no he tenido nada, pero tontear no le hace daño a nadie. Ahora me arreglo, me maquillo más natural, me pongo bikinis brasileños y estoy bronceada. Me encanta. También aproveché para depilarme, iba siendo hora. Me dolió como los demonios, quise hacerme el completo; a crema es una mierda y a láser es más caro que un órgano. Así que tuve que optar por la cera, y casi me arranco los pelos. Dicen que la primera vez es la más dolorosa, y no quito razón.

Cuando rubio y moreno deciden hacer ya sus cosas con sus tablas, ojos azules me vuelve a guiñas un ojo y yo sólo suelto una pequeña risa ya que no tenía ganas de quitarme las gafas de sol solo para guiñarle el ojo. Venga ya, hombre. Macy, quien niega seria con la cabeza coge su móvil poniendo la cámara delantera. Sonrío cuando veo que también salgo en pantalla y enseguida sé que se la ha enviado a su novio. ¿A quien más le iba a enviar una foto con su mejor amiga en bikini y en la playa? Porqué al presidente no creo.

Los chicos han dejado un pequeño altavoz con el móvil y música puesta. Después de sonar Make it Clap de Busta Rhymes y Sean Paul mis oídos quedan bendecidos con Flo Rida y su My House. Mi cuerpo se mueve al ritmo de la música sin vergüenza, hasta que algo, o más bien alguien, me opaca el sol. Miro al frente encontrándome de frente un cuerpo bien esculpido de pie y mojado. Se mueve a un lado al ver que me he puesto seria y vuelvo a sonreír cuando el calor toca mi cuerpo.

—Así que te va esta música—oh joder, creo que me he mojado solo por escuchar su voz. Asiento mirando ese cielo de sus ojos. Creo que gracias a mis babas la marea va a subir. Se ríe— Me gusta tu sonrisa.

«Y a mi la tuya.»

—Jack, será mejor que vayamos que me enfrío—dice su amigo saliendo del agua y salundando con su mano hacia nosotras. El moreno, quien ahora sé que se llama Jack, asiente y vuelve su mirada hacia mi.

—Perdonad a Hugo—se diculpa y Hugo sonríe negando con la cabeza.

—¿Por qué no les dices que vengan hoy a Lidos?—le dice este.

Hugo se pone de pie con rapidez y va a su mochila, de donde saca un pequeño papel del bolsillo pequeño. Me lo entrega.

—Ahí esta la dirección. Somos promotores de la discoteca y es la segunda mejor de la zona. Esta justo en frente del hotel de al fondo—señala hacia su izquierda a un hotel blanco precioso que da a la playa—El horario lo pone ahí, y con nosotros tendréis consumición gratis junto con la entrada, esperaremos en la entrada hasta las 22:00. No faltéis, será un fiestón y no os lo podéis perder.