11. Cangrejos en la playa

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''La persona más tierna que he conocido.''



Cassie Delaney

Le doy un trago a la botella de cerveza que tengo en la mano. ¿Borrachera? No lo diría. En estos momentos nos encontramos Justin, Macy, Tayson y la chica esa, Tonia, en las rocas que se encuentran en la playa. Dónde vienen los aficionados a pasar un día intentando pescar algún pez a veces sin éxito.

Los primeros 30 minutos fueron algo como...incómodos para mi. Todos parecían estar emocionados con la noche de amigos que íbamos a pasar, sin embargo yo no estaba tan segura de ello. Mi mamá me había dado permiso a venir, aunque le pareció extraño que le pidiera permiso. A lo que Macy me acabó explicando que siempre había hecho lo que yo quería, sin importar que o quien dirían.

Después de haberme calmado gracias a los recuerdos de mi papá, y a que mamá me diera una manzanilla conseguí volver en sí, con una sonrisa caminando hacia mi habitación ara prepararme.

—¿Y bien, que te vamos a poner?—dio Mayc cuando ya estuvimos dentro de mi cuarto, abriendo mi armario de par en par y paseando sus ojos sobre todas las prendas de ropa que tenía el lujo de tener. Se llevó una mano a la barbilla, sujetando esta con su dedo pulgar e índice fingiendo ser una científica en busca de una cura para alguna enfermedad desconocida.—Mmmhhh...¿que tal esto?

Sacó un mono de color turquesa que no recordaba haberme puesto mucho. Lo que sí recordaba es haberlo comprado un día en un arrebato que tuve al entrar en una tienda de ropa, me gusto y me pareció útil el hecho de que fuera pantalón corto y tirantes en una sola pieza. No tendría que pensar en que me iba a poner que combinara con los pantalones o camiseta que me hubiera puesto algún día, como me pasaba muchas veces así que lo compre. Pero nunca me lo puse.

Fruncí el entrecejo.

—Para empezar, no soy una modelo de Calvin Klein a la que tienes que vestir para un desfile—la señale—. En segundo lugar, nunca me lo he puesto, seguro que me queda fatal, además que sólo vamos a la playa.

Mi amiga se ríe, no poco. Su carcajada me llena los oídos de una manera desorbitada.

—Seguro que te queda genial, vamos, tienes un cuerpo de escándalo. Y no sólo vamos a la playa, ahí estará tu Jack.

Sabía de su obsesión por Titanic y Leonardo DiCaprio, pero me hizo prometer que le guardaría su secreto y me lo llevaría a la tumba.

Por ahora estoy cumpliendo bastante bien.

—No recuerdo que Theo James se haya teñido de rubio.

Y ahí estaba mi obsesión. Divergente y el magnífico Cuatro. Maldita sea, yo quiero que el me lance una flecha y me roce la oreja. Que injusta que es a vida.

Ella niega con la cabeza con una sonrisa de lado antes de acercarse a mi cama, siento como esta se hunde a mi lado en el momento en el que ella se sienta sin haber soltado aun la prenda de ropa.

—A veces me cuesta entenderte—me dice y coloca un mechón de pelo que se me ha espadado detrás de mi oreja—. Parece que estés bien, te ríes y te diviertes, pero en el fondo siento que tienes un vacía que no desaparece aunque estés riendo a carcajadas.

No digo nada, asiento con la cabeza con mis ojos puestos en algún punto perdido en el suelo de mi cuarto, tiene razón, pero no es algo de lo que yo tenga la solución por mucho esfuerzo que ponga en encontrarla. Es curioso que una sonrisa pueda tener dos significados: puede mostrar lo bien que estas o puede ocultar lo mal que t sientes.

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