17. ¿Celos?

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''¿Cita?¿Margaret?''


Justin Bieber


Un llanto, fuerte pero lejano me despierta, me siento aturdido cuando la luz del sol que se cuela por la ventana me golpea con fuerza en el rostro y, con los ojos entrecerrados, miro a mi alrededor viendo que estoy en mi habitación. Mi cama esta el doble de deshecha que de costumbre, y un móvil que no es el mío descansa sobre la mesa de noche.


Por ello es que los recuerdos de la noche anterior vienen a mi como un torbellino arrasando con todo a su aso. Cassie... Una sonrisa me invade el rostro pero en seguida se vuelve a esfumar. ¿Dónde está?¿Estará arrepentida?¿Me odiará?¿Qué estará pensando?


Todas mis dudas sin respuesta quedan a un lado cuando el lloro de Daphne cesa, y me pongo en pie de un salto. Voy completamente desnudo por lo que decido ponerme unos calzoncillos que cojo de mi cajón con rapidez, antes de salir corriendo de mi habitación. Estoy a punto de subir las escaleras dirección a la habitación en la que tenía a la pequeña durmiendo, sin embargo freno en seco cuando veo frente a mi a la imagen más hermosa que he visto jamás. Un cosquilleo en el estómago me consume.


Cassie, vestida con una camiseta y unas bragas, balancea a la pequeña sobre sus brazos, y esta con gusto la mira en silencio admirando su rostro. Tiene agarrado un dedo indice con su pequeña y diminuta mano con fuerza, lo que me dice que le ha caído bien. Por un momento me veo a Cassie sujetando a una pequeña nena justo como a Daphne, pero siendo fruto de nuestro amor. Un pequeño Bieber, o una pequeña Bieber con el carácter de Cassie y mi rostro plantado en el pequeño bebé.


—Es tan bonita...—sacudo la cabeza un poco al escuchar su voz me devuelve a la realidad que pertoca y un pequeño bajón me aplasta. Me reconforto al ver su sonrisa, en mi sofá sentada, en mi casa. Le dedico una mirada tierna acercándome a ella y sentándome a su lado. Dejo un pequeño beso sobre su cabeza y sigo admirando tal obra de arte.


—Quien diría que algún día extrañaríamos la infancia, si nuestro mayor deseo era crecer—habla sin despegar los ojos de Daphne.


—Mi doctrina es: Vive de tal modo que llegues a desear vivir otra vez, éste es tu deber, porqué revivirás de todas formas.


Ella me mira con una ceja levantada y yo levanta las palmas de mis manos.


—¿Desde cuando te has hecho tan filosófico?—pregunta y le sonrío.


—Desde que me vi escribiendo todo lo que sentía por ti.


Se ríe, y negando con la cabeza se pone de pie para dejar a la pequeña sentada en su carro de bebé. Esta hace un puchero, pero cuando Cassie deja sobre ella un pequeño juguete se tranquiliza.


Quería salir corriendo, todo lo que estaba pasando desde ayer me estaba volviendo loco y tenía miedo de que fuera demasiado perfecto para ser real. No quería que de un momento a otro todo cayera en picado y me fuera directa a la basura interior de mi cuerpo. Pero me quedé pensando que allí dónde hay alguien a quien se quiere muchísimo y donde hay alguien que nos quiere de veras, ése sí que es el lugar más bonito del mundo, así que no iba a hacer el ridículo y me iba a quedar aquí.

BadassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora