Badass

9. Mandato divino

''Algo tuvo que haber para coincidir.''

Justin Bieber

Hubiéramos podido cruzarnos por ahí sin vernos, mirando hacia otro lado, o haber pasado a diferentes horas por el mismo lugar, o no haber pasado nunca. Tuvo que haber un algo, un mandato divino, una muy bien estudiada casualidad, para que, entre los cientos de millones de habitantes de este mundo, tu y yo coincidiéramos en el mismo lugar al mismo tiempo.  Y ese algo es por lo que le hablé ese día y la acabé conociendo. Sin imaginarme que llegaría a ser tan importante para mi. Y aunque haya millones... La seguiría eligiendo sin dudar.

Lo más bonito de la belleza humana es que alguien a primera vista no te llame demasiado la atención y que al conocerla, escucharla, olerla y tocarla te parezca la más bella del mundo. Ahora me encuentro con Tayson en Booty Swing, uno de los bares más concurridos de la zona en horario nocturno, justo a partir de la media noche. Es un buen sitio al que venir a tomarse un par de copas, bailar con buena música, el ambiente es increíble y la fiesta te dan ganas de repetir cada día. Estamos en la terraza, tomando un café con leche con Hold Up, Wait a Minute de ZHU petando los altavozes en el interior del local. Esperamos a la llegada de Macy y de Cassie. He intentado ponerme en contacto con Jasper también, pero me enviaba directo al buzón de voz. Los nervios me estaban matando por dentro, y es que no sabía que decir, de qué hablar o siquiera cómo saludarla. Por un momento siento envidia hacia mi amigo. No es por nada malo, sin embargo me jode que él tenga a su chica a su lado sin problemas entre medio. Por supuesto que han tenido sus peleas, pero al final de todo uno de los dos terminaba dando su brazo a torcer y volvían a ser los mismos de siempre. 

Cuando mi amigo en su sitio se da cuenta de mi fija mirada hacia él se remueve incómodo, frunciendo el ceño al mismo tiempo que le daba un pequeño sorbo a su café. 

—¿Tengo algo en la cara?—pregunta después de unos minutos—. ¿O es que acaso te has cambiado de acera?

Le doy un golpe en el brazo por su broma, aliviando la tensión del momento con unas risas entre medio cuando vimos de fondo como dos chicas captaban nuestra visión, sin embargo una fue la que se llevó mi completa atención. Me repito algo que escuché de no recuerdo quien, que alguien te haga sentir cosas sin ponerte un dedo encima, eso es admirable. 

Me acerco un poco a mi amigo y, con voz ahogada consigo hablarle.

—No olvides cuidarla...por si mañana en vez de verla, te toca imaginártela.

—No seas gafe, que te dejo estéril. 

Me incorporo en mi sitio levantando las manos sobre mis hombros en señal de rendición y mi amigo se ríe de mi. Al mismo tiempo dos presencias se incorporan en el ambiente.

—¿Qué le has dicho ya?—le pregunta Macy con una sonrisa a su novio, inclinando su cuerpo hacia él para dejar un casto y dulce beso sobre sus labios. 

Eso...coman pan frente a los pobres.