DANGER (Sebastián Villalobos y tú)

XI "¿Así que esto es sólo un juego para ti?"

Resulta que no tenía otra opción más, porque mientras yo estaba decidiendo, Sebastián abrió la puerta & esperó fuera para que yo saliera. Al salir, cerré la puerta detrás de mí antes de empezar a caminar junto a él.
Abrí la boca para decir algo, cuando Sebastián se adelantó.

Sebastián: –Sígueme.–
Apuntó con la cabeza en dirección hacia el almacén.

Asentí con la cabeza, sin decir una palabra, siguiendo el mismo camino detrás de él cuando empezó a caminar hacia aquel lugar. Al abrir la puerta, Sebastián entró al interior antes de cerrarla suavemente detrás de nosotros.

Cuando el se movió enfrente de mí para cerrar la puerta, me fijé en que la tensión de su mandíbula había desaparecido, calmándose después de que hubiéramos entrado aquí.

Fruncí mis cejas juntas. ¿Cómo puede pasar alguien de estar enojado a estar relajado en tan sólo una hora?

Sebastián: –¿Vienes o no?–
Me sacó de mis pensamientos, volteando a ver a Sebastián que estaba en el otro extremo del edificio.

Mirando alrededor del lugar, poco a poco empecé a caminar, sin decir una palabra. Las paredes estaban agrietadas, había unos pocos chelines que estaban sobre el suelo del almacén, el techo goteaba, & eso me hizo que me preguntara que rayos había pasado aquí antes de hoy.

_____: –¿Qué ha pasado aquí?–

Sebastián no se volvió. En su lugar volvió caminando.

Por un segundo, pensé que me estaba haciendo caso omiso & yo estaba a punto de preguntarle otra vez, cuando se detuvo a las afueras del almacén (una vez que él caminó a través de las puertas traseras). Hundió las manos en los bolsillos se sus jeans mientras miraba al cielo.

Cambie mis ojos de posición, dejé de mirarle & empecé a mirar lo que él estaba observando, al instante, mis ojos se abrieron & jadeé.

Estábamos en la cima de una colina, el cielo estaba pintado en colores rosa, naranja, amarillo & morado. Las nubes se balanceaban suavemente alrededor, el sol se cernía en la parte superior de nosotros. Podrías ver la ciudad desde aquí arriba. Parecía absolutamente increíble.

Sebastián: –Es bonito ¿eh?–
Cuestionó en voz baja.

Me atreví a mirar a otro lado que no fuera la hermosa vista que tenía delante de mí.

_____: –Si.–
Le contesté sin aliento.
–Es impresionante.–
Exhalé, regresando de la milagrosa belleza que tenía la naturaleza.
–Nunca he visto nada como esto.–

Él asintió con la cabeza, entendiéndome por completo.

_____: –¿Cómo encontraste este lugar? Si no te importa que te pregunte...–
Finalmente mis ojos del cielo, a él.

Él se puso sereno, en el sitio perfecto.

Sebastián: –Después de que este lugar se quemara.–

Bueno, eso responde a mi pregunta.

Sebastián: –Supongo que, vine para echar un vistazo & cuando llegué aquí, vi esto...–
Él asintió con la cabeza hacia las vistas.
–& al instante me enamoré.–
Ahora el volteó su mirada para verme a mí, la expresión de su cara era solemne.

Me metí un mechón de pelo detrás de la oreja.

_____: –Es agradable, me gustaría tener un lugar como este.–
Admití mirando al cielo una vez más.

Había una pacífica aurora, se sentía como si nadie te pudiera tocar. Donde podrías estar sola & no tenías que preocuparte por nada. Te sentías descuidada... Con vida.