DANGER (Sebastián Villalobos y tú)

XXIV "Realmente te preocupas por ella, ¿verdad?"

Sebastián POV:

¿Está loca esta chica?

¿Cómo rayos puede ella acabar de entrar en un coche de un extraño?

¿Es estúpida?

Mi deducción es que sí lo es.

Empecé a caminar por la plaza de estacionamiento, tratando de mantenerme en mi sano juicio, antes de que perdiera los papeles oficialmente. Si pensabas que los perdí antes, todavía no has visto la forma en como estoy ahora.

Estoy tan cerca de asesinar a alguien por el placer de hacerlo gracias a este estrés que se estaba construyendo en mi interior.

¿Dónde rayos estaba Juana cuando la necesitaba?

Concéntrate Sebastián, concéntrate. Me regañé mentalmente mientras frotaba la base de mi cuello.

Ella ni siquiera sabía quien era. Quiero decir, si lo supiera, ella se hubiera metido en el coche nada más verlo, pero ella se quedó parada como unos cinco minutos. Maldición, incluso si ella lo conociera, no debería de haberse ido corriendo así.

Él tiene que haberle dicho algo a ella...

Quiero decir, no hay otra explicación de porqué ella acaba de huir con un tipo desconocido.

Maldita sea, ¿cómo de descuidada podría ser?

Le di una parada al neumático de un coche que no me pertenecía, mientras interiormente gemía. Probablemente parecía un psicópata mental, pero en ese momento me importaba un bledo, ______ se fue en un coche con alguien a quien yo no conocía.

El coche ni siquiera me era familiar &  no podía ver nada debido a las ventanas tintadas.

Oh, rayos.

Maldije mi vida al máximo cuando comencé a caminar hacia el lugar donde estaba estacionado mi coche. No había manera de que yo la dejara subir a un coche de algún extraño & yo no corriera tras ella.

Sería un tonto si no lo hiciera.

Una vez que encontré mi Ranger Rover, abrí la puerta, me metí e inmediatamente lo encendí.

Algo dentro de mí me dijo que _____ no estaba en buenas manos & no iba a esperar a ver que pasaba.

La voz a encontrar, aunque sea lo último que haga.

Tirando de la llave de la ranura, dejé la zona de aparcamiento & me dirigí por la calle en la misma dirección en la que el coche en donde _____ se fue.

No fue hasta que llegué al final de la calle, cuando me di cuenta de que exactamente no vi por donde se había ido ese maldito coche.

Lancé una cadena de malas palabras en tono profundo, hice una rápida vuelta en U & comencé a conducir de vuelta a mi casa.

Excediendo el límite de velocidad, pedí para que los policías no estuvieran por allí para detenerme porque no tenía tiempo para ellos en este momento.

Al darme cuenta de que sería inteligente llamar a los chicos para hacerles saber que estaba conduciendo hasta la casa & para que estén preparados, deslicé mi iPhone por el bolsillo de mis jeans. Marqué el número de Mario, apreté el teléfono en mi oído mientras volvía hacia otra calle.

Mario: –¿Hola?–
La voz ronca de Ruiz se filtró a través del altavoz del teléfono.

Sebastián: –Hey, man, escucha. Necesito que tú & los chicos consigan el equipo conjunto. Tenemos que seguir a algo, o mejor dicho a alguien.–
Me volví a otra esquina.